Nuvole

Capitulo 26

Nerissa

Me desperté y al no ver a James, me levanté rápido y comencé a buscarlo por la casa.

Hasta que me encontré con Niam.

-¿Y... Y James?

-Neri...

-Niam, ¿James dónde está?

-Neri... James...

- ¿¡Dónde está!?

Niam me pasó una carta y yo la abrí de inmediato.

Al leerla, fui por mi celular, saqué las llaves del auto y salí rápido de la casa.

En el camino no podía dejar de pensar en qué James se había ido, que me había dejado sola...

Ls lágrimas no dejaban de salir, no podía creerlo.

Una vez llegué al aeropuerto, empecé a buscar entre todas las personas a él, a James, a mi niño, a Saturno.

James

En cierta parte no quería dejarla sola, Pero, era lo mejor, necesitaba ese trabajo.

Llegué al aeropuerto y entré a la fila para hacer el check-in.

-¿A dónde se dirige señor?

-A Australia.

-¿Solo un boleto de avión cierto?

¿Y si me quedo?

No, no puedo hacerlo, tengo que ir a Australia.

No es lo que quieres, la quieres a ella, realmente la amas.

-Disculpe, señor, ¿solo un boleto de avión?

-N... No...

-¿Nombre de los otros pasajeros que lo acompañan?

-No... No iré...

-¿No irá a dónde?

-Debo irme... No puedo quedarme, ella me necesita.

La mujer se quedó sorprendida, pero terminó sonriéndome.

-Vaya a buscarla.

Dijo ella.

Salí corriendo en dirección a la salida, cuando de lejos veo un cuerpo que me resultaba conocido.

Caminé entre las personas, buscándola, buscando a mi novia.

Escucho cuando empezó a gritar mi nombre e hice lo mismo que ella.

-¡James! -Escuché de lejos-.

Me acerqué corriendo hacia ella, hasta quedar frente a su rostro, su hermoso rostro.

Aquellos ojos tan bellos que me cautivaron el primer día que la ví, aquel cabello tan sedoso y brillante, sus labios... Que se habían vuelto más hermosos de lo habitual la primera vez que nos besamos.

Tomé un mechón de su cabello y lo coloqué detrás de su oreja.

-Perdóname amor, no sabía lo que estaba haciendo.

-Tranquilo... -Dijo con los ojos brillosos debido a que los tenía aguados-.

-Vamos a casa, a tu casa. -Le digo a ella-.

Nos subimos en su auto y ella manejó hasta la casa.

Durante el camino no intercambiamos una sola palabra, lo único que se escuchaba era su playlist de Spotify, con canciones de Morat, claro.

-Perdóname amor, no quería irme así.-Digo, interrumpiendo el silencio-.

-Saturno, tranquilo, sé que pensabas que era lo mejor, quizás lo mejor para ambos, Pero lo importante es que estás aquí, que estamos juntos... -Dice, con una lágrima cayendo por su mejilla-.