Nerissa
-Buenos días hermana.- Dijo Niam mientras entraba a la habitación.
-¿Qué quieres, Niam?
-Hablar contigo.
Me siento en la cama y la miro.
-No me mires así, que me asustas.
-¿Puedes irte de mi habitación?
-Técnicamente no es tu habitación…
-Dime qué quieres o te vas ahora.
-Necesito que perdones a James, Neri.
-No lo haré, Niam, lo que hizo estuvo mal.
-Si, estuvo mal, pero no lo hizo con mala intención.
-¿En serio? No me digas.
-Neri, por favor.
-Si quiere que lo perdone, que venga y me lo diga a la cara y yo lo pensaré.
-Okey, se lo diré.
-¿Tienes su número?
-Sip.
-¿Cómo lo conseguiste?
-Me lo pasó él…
-¿Osea que sabía que diría eso?
-Te conoce mucho, hermanita.
-Te vas ahora o me arrepiento.
-Okey okey, me voy, te amo.
-Yo igual ¡vete!
Se fue de la habitación y minutos después, volvió a entrar.
-Viene en 20 minutos, vístete.-Cerrando la puerta-.
Me puse un Jean y un polerón beige con letras, junto con unos converse.
Escucho golpes en mi puerta y me levanto a abrirla.
Ahí estaba él, con un ramo de flores en su mano derecha y dos libros en la izquierda.
-Necesito explicarte lo que pasó, Luna.
-Está bien, pasa.
Nos sentamos frente a frente en la cama y él comenzó a hablar.
-Fui al lugar donde se encontraba ella y le dije que te mandara una carta, que se disculpara por lo que había hecho, para que así no te sintieras tan mal o triste, escribió la carta y me la pasó en el sobre cerrado, yo no la leí hasta que me la pasaste, solo quería que la disculparas y que ella se arrepintiera, pero al parecer no lo hizo, Luna, en serio discúlpame, solo quería hacerte feliz.
Bueno, tal vez deba perdonarlo, no lo hizo con intención.
-¿Podrías perdonarme?
-Okey James, te perdono y discúlpame a mí también, por no haberte escuchado.
-No te preocupes.
Lo miro a los ojos y luego él eleva su rostro hasta que nuestros ojos se encuentran.
Tenía un rostro perfecto, aquellos ojos, con esa luz genuina, aquél corazón tan puro y sincero, aquellos labios tan lindos, suaves y rosáceos.
-¿Te gustó mi regalo?
No respondí, tomé su cara con mis manos y me acerqué, al instante, nuestros labios se habían unido, forjando un tierno beso, un beso que transmitía paz, calma y seguridad, uno que decía que donde él estuviera, yo estaría bien y a salvo.
-Sí, me encantó el regalo.
-¿Y el beso?
Sonreí y volví a besarlo.
Estábamos tan concentrados en el beso, que no nos dimos cuenta que la puerta estaba abierta.
-Bueno tortolitos, me avisan cuando quieran comer, comida, no comerse entre ustedes.-Dijo Niam mientras cerraba la puerta.-
Nos sentamos en la cama y luego nos levantamos para salir de la habitación.
-Qué rico huele.-Dijo él mirando a la mesa-.
-Hicimos lasaña.-Dijo Camile-.
James y yo nos miramos y le sonreímos.
-Siéntense.-Dijo Niam.-
Había un problema, los únicos dos espacios que quedaban era, al lado de Camile y al lado de… William.
-¡James, ven, siéntate aquí!- Dijo Camile-.
James me miró y yo asentí.
Luego me senté al lado de William y este me miró levantando las cejas.
-Tranquilízate y come.-Llevándome una cucharada de lasaña a la boca-.
-Qué rica está la lasaña.- Dijo James con la boca llena-.
Todos nos reímos y yo me quedé viéndolo, era tan tierno.
Él me vio mientras lo estaba mirando, sonrió y siguió comiendo.
-James, come bien, no tienes 6 años.
-Eeey, más respeto.-Dijo Camile haciendo puchero. -Los niños de 6 años ya somos grandes-.
Todos nos reímos a la vez.
-Si, cami, son grandes.-Le dijo William-.
Seguimos comiendo y hablando.
-Bueno, ya terminamos, tengo que ir a ayudarle a Neri a escribir una escena, luego volvemos, con permiso.- Dijo James mientras se levantaba y me tomaba de la mano-.
Yo miro a Niam y ella me mira con una mirada pícara, señalando que fuese con él.
Entramos a la habitación, cerré la puerta y él comenzó a besarme lentamente en la boca y luego bajó al cuello.
Yo me acosté en la cama y él seguía besándome.
-No creo que debamos hacer… esto, no ahora.-Le digo mientras jadeaba-.
-Oh, okey, no te preocupes, lo siento.-Acostándose al lado mío-.
-No te disculpes, está bien, tal vez cuando seamos mayores, no sé.
-Está bien, pero ¿Podemos dormir juntos hoy?
-Siiii.
Me puse mi pijama y me acosté junto a él, coloqué mi cabeza sobre su pecho y él me dió cariño en el pelo hasta que me dormí.
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Con cariño, mari ♡
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Nuvole
RomanceNerissa, una chica de 15 años, que trabaja en una librería, de repente, se encuentra con alguien que le cambiará la vida.