Capítulo 19

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Nerissa

-Buenos días hermana.- Dijo Niam mientras entraba a la habitación.

-¿Qué quieres, Niam?

-Hablar contigo.

Me siento en la cama y la miro.

-No me mires así, que me asustas.

-¿Puedes irte de mi habitación?

-Técnicamente no es tu habitación…

-Dime qué quieres o te vas ahora.

-Necesito que perdones a James, Neri.

-No lo haré, Niam, lo que hizo estuvo mal.

-Si, estuvo mal, pero no lo hizo con mala intención.

-¿En serio? No me digas.

-Neri, por favor.

-Si quiere que lo perdone, que venga y me lo diga a la cara y yo lo pensaré.

-Okey, se lo diré.

-¿Tienes su número?

-Sip.

-¿Cómo lo conseguiste?

-Me lo pasó él…

-¿Osea que sabía que diría eso?

-Te conoce mucho, hermanita.

-Te vas ahora o me arrepiento.

-Okey okey, me voy, te amo.

-Yo igual ¡vete!

Se fue de la habitación y minutos después, volvió a entrar.

-Viene en 20 minutos, vístete.-Cerrando la puerta-.

Me puse un Jean y un polerón beige con letras, junto con unos converse.

Escucho golpes en mi puerta y me levanto a abrirla.

Ahí estaba él, con un ramo de flores en su mano derecha y dos libros en la izquierda.

-Necesito explicarte lo que pasó, Luna.

-Está bien, pasa.

Nos sentamos frente a frente en la cama y él comenzó a hablar.

-Fui al lugar donde se encontraba ella y le dije que te mandara una carta, que se disculpara por lo que había hecho, para que así no te sintieras tan mal o triste, escribió la carta y me la pasó en el sobre cerrado, yo no la leí hasta que me la pasaste, solo quería que la disculparas y que ella se arrepintiera, pero al parecer no lo hizo, Luna, en serio discúlpame, solo quería hacerte feliz.

Bueno, tal vez deba perdonarlo, no lo hizo con intención.

-¿Podrías perdonarme?

-Okey James, te perdono y discúlpame a mí también, por no haberte escuchado.

-No te preocupes.

Lo miro a los ojos y luego él eleva su rostro hasta que nuestros ojos se encuentran.

Tenía un rostro perfecto, aquellos ojos, con esa luz genuina, aquél corazón tan puro y sincero, aquellos labios tan lindos, suaves y rosáceos.

-¿Te gustó mi regalo?

No respondí, tomé su cara con mis manos y me acerqué, al instante, nuestros labios se habían unido, forjando un tierno beso, un beso que transmitía paz, calma y seguridad, uno que decía que donde él estuviera, yo estaría bien y a salvo.

-Sí, me encantó el regalo.

-¿Y el beso?

Sonreí y volví a besarlo.

Estábamos tan concentrados en el beso, que no nos dimos cuenta que la puerta estaba abierta. 

-Bueno tortolitos, me avisan cuando quieran comer, comida, no comerse entre ustedes.-Dijo Niam mientras cerraba la puerta.-

Nos sentamos en la cama y luego nos levantamos para salir de la habitación.

-Qué rico huele.-Dijo él mirando a la mesa-.

-Hicimos lasaña.-Dijo Camile-.

James y yo nos miramos y le sonreímos.

-Siéntense.-Dijo Niam.-

Había un problema, los únicos dos espacios que quedaban era, al lado de Camile y al lado de… William.

-¡James, ven, siéntate aquí!- Dijo Camile-.

James me miró y yo asentí.

Luego me senté al lado de William y este me miró levantando las cejas.

-Tranquilízate y come.-Llevándome una cucharada de lasaña a la boca-.

-Qué rica está la lasaña.- Dijo James con la boca llena-.

Todos nos reímos y yo me quedé viéndolo, era tan tierno.

Él me vio mientras lo estaba mirando, sonrió y siguió comiendo.

-James, come bien, no tienes 6 años.

-Eeey, más respeto.-Dijo Camile haciendo puchero. -Los niños de 6 años ya somos grandes-.

Todos nos reímos a la vez.

-Si, cami, son grandes.-Le dijo William-.

Seguimos comiendo y hablando.

-Bueno, ya terminamos, tengo que ir a ayudarle a Neri a escribir una escena, luego volvemos, con permiso.- Dijo James mientras se levantaba y me tomaba de la mano-.

Yo miro a Niam y ella me mira con una mirada pícara, señalando que fuese con él.

Entramos a la habitación, cerré la puerta y él comenzó a besarme lentamente en la boca y luego bajó al cuello.

Yo me acosté en la cama y él seguía besándome.

-No creo que debamos hacer… esto, no ahora.-Le digo mientras jadeaba-.

-Oh, okey, no te preocupes, lo siento.-Acostándose al lado mío-.

-No te disculpes, está bien, tal vez cuando seamos mayores, no sé.

-Está bien, pero ¿Podemos dormir juntos hoy?

-Siiii.

Me puse mi pijama y me acosté junto a él, coloqué mi cabeza sobre su pecho y él me dió cariño en el pelo hasta que me dormí.

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Con cariño, mari ♡

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