Capítulo 17: Bandida

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Sábado 10 de la noche.
Lucero estaba harta de Camila, la mujer fingía querer estudiar para no tener que hacer nada más y mantener una fachada delante de Manuel y su familia política, incluso le había pedido la carpeta de apuntes y trabajos a Lucero para ponerse al día, ella de mala gana aceptó, necesitaba el folder para poder estudiar, sin embargo había accedido a dárselo, se sentía en deuda con Camila, pero necesitaba su folder de vuelta y por más que se lo pidiera la otra mujer no le respondía ni llamadas ni mensajes. La odiaba, de verdad lo hacía, había trabajado muy duro para lograr tener los primeros lugares en sus clases y que su promedio fuera de los mejores, sabía que Camila quería ponerle obstáculos para que las notas bajaran, no le gustaba sentirse inferior a ella. Le había mandado muchos mensajes que no habían sido respondidos, quería ir y pedírselo pero no quería encontrarse con Manuel, aún estaba molesta con él, que desastre, hacía una semana estaban bien y ahora no quería ni verlo. Sin embargo si no iba a recuperar su folder no podría estudiar, le dió hasta la mañana siguiente para responderle si no, ella iría, se fue a la cama con total determinación.

Domingo 6 de la mañana, sin mensajes, la estupida de Camila los había mirado todos y había decidido no responder. Tenía entendido que Manuel no estaría en su casa pues se había quedado a acompañar a su madre, así que decidió ir por la estupida carpeta, al siguiente día tendrían exámenes y ella no podría darse el lujo de bajar su rendimiento, le envió un último mensaje a Camila diciéndole que se pasaría por su casa. Afortunadamente la distancia entre las dos casas era corta, así que ni se molestó en bañarse, se cambió y salió caminando con el viento helado de la mañana golpeándole el cuerpo. Iba por todo el camino pensando en toda clase de improperios hacia la otra mujer, la detestaba. Solo bastaron 10 minutos para llegar a la casa. Tocó, esperó a que le abrieran y cuando no fue asi, tocó la puerta con mucha más fuerza.

Un Manuel muy disgustado y semi desnudo fue quien la recibió, Lucero abrió los ojos al ver al hombre que tenía en frente e inconscientemente se mordió el labio inferior, así con el cabello revuelto y estando en bóxer se veía irresistiblemente delicioso

–¿Qué haces acá? –Preguntó irritado
–Tu mujercita tiene mi folder con apuntes, vine por eso –entró sin ser invitada– ¿es así cómo le abres la puerta a tus vecinas?
–Camila no está, largo –señaló la puerta esperando a que se fuera y poder seguir durmiendo
–Necesito mi carpeta–se cruzó de brazos –no me voy a ir sin ella
–Lucero, no estoy para estupideces, tengo que trabajar más tarde, me duele la cabeza, no he dormido, de verdad no tengo la energía para lidiar contigo ni ser tu entretenimiento– se dirigió a su habitación –si necesitas tu carpeta búscala tú, por favor al irte cierra la puerta.

Lucero no entendía que le pasaba al estupido, pero trató de hacer lo que él le dijo, el problema era que no podía quitarse de la mente la imagen de el torso desnudo de ese hombre, ni de la cadena que tenía colgando en el cuello, quería volver a sentir el metal presionar contra su pecho mientras él entraba y salía de ella, además el anillo, el maldito anillo que usaba y que ella le había dicho que le gustaba vérselo puesto, y más aún cuando sentía que la acariciaba y recorría su piel con el, negó con la cabeza, tenía que hacer algo importante, pero ya había olvidado qué, sus pies la guiaron hacia la puerta de la habitación en la que el hombre trataba de dormir, la verdad es que no quería estar cerca de ella, dos minutos más y le arrancaría la ropa que llevaba puesta, no había dejado de pensar en lo que había ocurrido en el salón de clases, pero por el momento debía recurrir a la poca dignidad que le quedaba y huir de ella antes de que tuviera tiempo de caer bajo su mirada.

Mordió su labio inferior una vez, una imagen deliciosa se mostraba frente a ella,  no sabía como Camila había dejado de tener relaciones sexuales con él, una vez le había contado que Manuel era un hombre con el líbido muy alto, si fuera por él tendría sexo cada que se aparecía la oportunidad, pero a Camila simplemente no le apetecía. Mal por ella, Lucero aprovecharía para dejarle claro de a quién pertenecía, y en esa cama matrimonial, para que cada vez que él se acostara, solo su imagen aparezca en su mente.

INEVITABLE (Lucero y Mijares)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora