Subió las escaleras hasta abrir la puerta de su habitación liberando una atmósfera tan acogedora que la rodeó, entró dejando a un lado la pesada maleta y observó todo su alrededor. Estaba tal y como la había dejado antes de ir al campamento.
—Ah...—Suspiró con alivió lanzándose en su cama para aspirar el olor a sabanas limpias y revolcarse un poco entre ellas como lo haría una adolescente de su edad. —Por fin en casa.
Quedó unos momentos mirando sin más el techo de su habitación disfrutando del aire tan familiar, su mente estaba en blanco hasta que recordó que tenía que desempacar todo lo que habita llevado al campamento en una gran maleta que la esperaba en la entrada de su habitación, no lo pensó más y tomó los audífonos de su escritorio y reprodujo la música que más le gustaba.
Pasó un buen rato en lo que acomodaba, doblaba y separaba la ropa que debía ir al cesto. Cuando todo estuvo en su lugar sonrió satisfecha, apreciando el buen trabajo que habia hecho.
—¡Riley, hija. ¡La cena esta lista! —Llamó su madre desde abajo.
—¡Voy, mamá!
Dejó sus audífonos a un lado y bajó al comedor para tomar asiento, mientras sus padres terminaban de servir la comida en los platos.
Ambos de sus padres tomaron asiento a su lado sonriéndose entre ellos con complicidad mientras Riley ya estaba devorando lo que había sobre su plato.
—Y dinos, hija. ¿Qué tal estuvo el campamento? —Comenzó su mamá mientras cortaba su carne sin mucha prisa.
Riley levantó ambos de sus hombros sin mucho interés en responder. —Estuvo bien.
El semblante de su madre cayó esperando una mejor respuesta. Su padre miró la expresión aclarando su garganta para continuar.
—Supongo que metiste muchos goles, ¿No fue así?
Riley solo asintió con un sonido gutural mientras continuaba centrada en su plato. Su madre frunció el ceño intentando descubrir la manera en la que pudieran conversar.
—¿Y qué más pasó?, ¿Hiciste amigas? —Insistió su madre. —¿Qué nos dices de la chica con la que estabas?
De la nada el cuerpo de Riley recobró consciencia, ahogándose con la comida y tosiendo con desesperación. Sus mejillas se tornaron rojas dándose cuenta de lo que había hecho frente a ellos hace un rato, sintió por un momento que sabían todo lo que pasó en el campamento cuando no era así. Levantó la mirada dandose cuenta de que ambos ya la observaban con un rostro de confusión.
Soltó una risa nerviosa y respondió. —¿Quién?
—La chica morena con un mechón rojo. —Aclaró su papá.
Riley solo fingió haber entendido para ganar más tiempo en formular una respuesta. —Oh... ella. — Sonrió con nerviosismo apretando su pantalón bajo la mesa. —Es Val, la capitana de las Firehawks.
Ambos de sus padres se miraron sonrientes.
—Así que mi hija ya se codea con grandes personas, ¿Eh? —Dijo su padre levantando sus hombros con orgullo después de haberle dado un golpe amistoso con su codo.
—¿Es tu amiga? —Preguntó su madre.
Riley solo atinó a reír con nerviosismo. Intentaba disimular todo lo que había pasado en el campamento. Los besos, caricias y peleas; como si sus padres pudieran saberlo a través de sus ojos.
Asintió lentamente, nunca dijeron que eran novias o algo por el estilo. —Sí, así es...buenas amigas.
—Eso es maravilloso. Estoy segura de que seguirán viéndose cuando entres al equipo.
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La Capitana del Equipo Riley x Val
FanfictionCuando Riley entra a un campamento para formar parte de un equipo con fama nacional, conoce a Valentina Ortiz, capitana del equipo Firehawks.