Mientras tanto con Riley, sus amigas hablaban sin parar sobre el partido de ese día, impresionadas por la habilidad de las Firehawks, ignorando el hecho de que Riley no había probado ni una sola rebanada de pizza y que permanecía absorta a la conversación. Estaba sumergida en sus pensamientos, y en medio de todos ellos estaba Valentina, tenía muchas ganas de saber qué hubiera pasado si Val hubiera llegado hasta ella. ¿Actuaría como si nada hubiera pasado o se atrevería a besarla de nuevo? No lo sabía.
Levantó la mirada por reflejos ante las fuertes risas qué avisaban por entrar. En un momento su mente quedó en blanco tras ver a las Firehawks entrar en la pizzería, parecía que el destino quería responder sus dudas poniendo a Val en su camino. Antes de que sus miradas cruzaran, Riley se volvió a sus amigas riendo forzadamente solo para aparentar que se estaban divirtiendo, obteniendo unas miradas confusas por parte de sus amigas, pero llamando la atención de las Firehawks, así como de unos pocos por el ruido repentino.
Dani sin pensarlo mucho se acercó hasta su mesa. —Michigan. —Decía. Para ese entonces Val ya se había percatado de su presencia, mirando a Riley casi como si la quisiera atravesar, pero esta pasaba de largo ignorando su presencia. —Qué casualidad encontrarte justo aquí.
—Sí, que casualidad que casualidad, ¿verdad?, ustedes aquí... yo también... —Decía señalando con ambas manos riendo con nerviosismo, Val se acercó quedando frente a ellas, cruzó sus brazos mientras sonreía.
Riley miraba esto sonrojada como si estuviera a punto de estallar. Sus amigas que hasta ahora permanecían en silencio intentando comprender la situación, no tenían muy en claro que pasaba con Riley.
—¿Qué les parece si nos sentamos todas juntas? —Propuso Val, las amigas de Riley se miraron entre ellas asintiendo frenéticamente.
—¡Sí!
—¡No! —Contradijo Riley levantándose abruptamente de la silla, avergonzándose internamente por la atención que atraía sin querer, se aclaró la garganta y continuó. —Quiero decir, no podemos, estamos...—Balbuceó con ademanes, pensando en una buena excusa. —Estábamos justo por irnos. —Sonreía con vergüenza. Varias de las Firehawks levantaron una ceja.
—Pero aún no terminamos la pizza. —Dijo Grece, Riley miró a la mesa solo para confirmarlo, hinchando las mejillas.
—Pensábamos llevarla. —Respondió —¿Verdad? —Sus ojos se hicieron más grandes suplicando porque le siguieran la corriente.
Bree se levantó junto con Riley —Sí, lo sentimos, tal vez pueda ser en otra ocasión.
—Oh, está bien, no pasa nada. —Decía Val sin mirar fijamente. —Bueno, en otra ocasión será, adiós, Michigan. —Se despidió sacudiendo la mano para todas, guiñándole un ojo especialmente a Riley, trayendo de vuelta el sonrojo. Grece y Bree solo correspondieron el adiós sin pasar por alto el guiño.
Cuando las Firehawks estuvieron lo suficientemente lejos, ambas miraron a Riley de reojo esperando explicaciones, Riley se sintió atrapada entre la espada y la pared con la obligación de dar explicaciones por lo que paso hace un momento.
Soltó un largo respiro y respondió. —Se los diré en la habitación.
Sus amigas solo asintieron sin insistir más. Pidieron lo que restaba de la pizza para llevar y volvieron al campamento dirigiéndose a la habitación de Bree.
—Bien, ahora dinos qué fue eso. —Dijo Grece cruzada de brazos con Bree a su lado. Riley se tumbó sobre la cama ahogando un grito de frustración. Se recompuso en la cama y les dio espacio a sus amigas para que se sentaran a su lado.
Jugaba con sus dedos de forma nerviosa, no tenía idea por dónde empezar. —Hace mucho que Val y yo hablamos, nos conocimos el primer día y desde entonces nos hemos hecho cada vez más cercanas. —Sus amigas escuchaban de forma atenta a lo que tal vez parecía un poco obvio. —Ella se ofreció a entrenarme por las mañanas y todo estaba bien, pero creo que yo empecé a sentir cosas que no sé explicar y que hacen que no sepa cómo sentirme. —Llevó una de sus manos a su cabeza jugando con uno de sus mechones con la cabeza gacha. —Pero entonces Val me besó hace poco y-yo no sé qué hacer al respecto, creo que me gustó, pero no sé qué decirle o si debería actuar como si nada hubiera pasado, no he hablado son ella desde entonces y no creo que pueda durar mucho tiempo ignorándola. —Tartamudeó un poco dejando un silencio prolongado. Cuando se percató de esté, miro a sus amigas que permanecían boquiabiertas.
—Wow. —Se atrevió a iniciar Grece.
—No esperábamos eso. —Riley se encogió en su lugar avergonzada por la situación.
—Creo que será mejor que me vaya, necesito tiempo para pensar. —Dijo levantándose para caminar hacia la puerta.
—Espera Riley. —La detuvo Bree tomando de su mano. —Puedes confiar en nosotras. Estoy segura de que todo saldrá bien, sabrás qué hacer y sentir. —Soltó de su mano regalándole una pequeña sonrisa junto con Grece.
—Gracias, chicas. —Salió de la habitación cerrando la puerta tras de ella. Se sentía fastidiada de no pensar en nada más mas que todo lo que había provocado un simple beso.
Empezó a caminar en dirección a su habitación, ajena a todo lo que podía pasar a su alrededor. Una sensación recorrió su espalda cuando escuchó pasos tras de ella.
De pronto alguien tomó de su cintura sin previoaviso jalandola para sí misma, su corazón dió un pequeño salto, cosa que intento no demostrar. Riley miró a quien ya esperaba encontrar, su cuerpo estaba lo más pegado al de Val de no ser por sus manos que intentaban crear un espacio. Los pasillos estaban en su mayoría oscuros pues se supone que para esa hora todos debían estar durmiendo.
—¿Por qué has estado ignorándome? —Murmuró Val lo más cerca de su rostro. Riley intentó replicar sin que nada saliera de ella. Val echó una mirada por todo su rostro sabiendo qué era lo que sucedía. —Fue el beso, ¿No es así? —Afirmó con una voz susurrante muy cerca de su oído, esto le puso la piel de gallina a Riley haciendo que sus músculos se tensaran. Sabía muy bien qué era lo que la mantenía tan alejada, esa atención era justamente la que la hacía estar ahí, pegada a ella.
Val deslizó su mano hasta el rostro de Riley mientras que con la otra bajaba lentamente las manos que las separaban. —Si querías otro debiste pedírmelo. —Murmuró, lentamente acercó sus labios a los de Riley deslizando su lengua por uno de sus labios para después capturarlo con fuerza entre los suyos.
La forma en la que la besaba era lenta, sin prisa pero sin dejar a un lado las ganas que tenía de hacerlo. Los labios de Riley intentaban responder torpemente, cediendo a la sumisión.El cuerpo de Riley pasó de sentirse débil a exaltarse nuevamente cuando unos pasos se avecinaban de un pasillo cercano. Si no querían meterse en problemas era mejor no ser vistas ahí.
Rápidamente Val tomó la mano de Riley entrando a una habitación que parecía ser de almacenamiento, cerrando la puerta sin hacer mucho ruido. El cuerpo de Riley quedó entre la puerta y el cuerpo de Val, mientras tomaba de sus hombros buscando aligerar sus nervios. Val sonrió tomando de sus brazos para ponerlos alrededor de su cuello.
—Relajate. —Susurró, nuevamente Val capturó unos de los labios de Riley, besándolos con goce mientras presionaba el cuerpo de Riley contra el de ella. El corazón de Riley estaba por salir de su cuerpo.
Pequeños suspiros salieron de su boca chocando contra los labios de Val. —Por favor... nos van a escuchar. —susurraba con una voz ahogada. Los pasos estaban cada vez más cerca de la puerta, con la intención de abrir la misma.
—Entonces no deberías hacer ruido. —Murmuró sobre los labios de Riley mientras su rodilla se acomodaba presionando a Riley aún más sobre la puerta. Al mismo tiempo, giraba el seguro de la puerta lentamente. Fue entonces cuando la manija empezó a girar bruscamente sin lograr nada. Riley respiraba con dificultad sintiendo el sudor bajar por su frente. La situación la hacía sentir de forma que nunca había sentido.
Los suspiros se hacían más pesados frente a los labios de Val, provocándole pequeños golpes en el estómago, hasta que la linterna pasó por debajo de la puerta anunciando su retiro. Riley dejó escapar un suspiro más aliviado después lo esto, sus brazos aún estaban al rededor del cuello de Val. Y mientras intentaba recobrar la compostura, Val dejaba pequeños besos por su rostro.
Sus ojos volvieron a conectar sabiendo que algo empezaba a existir ahí. Riley miró sus labios una vez más deseosa de saber qué era lo que realmente quería. Intrigada por lo que pasaría en el futuro, se acercó uniéndolos una vez más.
Oigan pero que guapa es la Valentina Ortiz, por dios.
Bueno bbs, se merecían un capítulo bueno por no haber publicado uno ayer. Solo para evitar funas quedémonos con que Val no es mayor de 18, nadie acá lo es, ok ¿, ok.
Me gustaría saber si tiene alguna sugerencia o si les ha estado gustando esto.
Por cierto ¿Qué camino esperan que tome la historia?
Los leo, chaooo.
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La Capitana del Equipo Riley x Val
FanfictionCuando Riley entra a un campamento para formar parte de un equipo con fama nacional, conoce a Valentina Ortiz, capitana del equipo Firehawks.