Capítulo 7. Sabor a besos

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Después de esa noche Riley sabía que algo había pasado, aunque la mayoría de las cosas seguían como si nada hubiera cambiado, a excepción de que ahora los entrenamientos incluían pequeñas sesiones de besos por varios lugares del campamento que cada vez dejaban a Riley con ganas de más. Para esto, Riley no tenía etiquetas, ni siquiera con Valentina, quería suponer que seguían siendo amigas como al inicio, pero ¿cómo estaba segura de eso si las amigas no hacen ese tipo de cosas? Ni siquiera estaba segura de lo que a ella le gustaba, solo sabía que mientras fuera Val todo estaba bien. 

Eran algunas de las cosas que se preguntaba Riley mientras se preparaba para entrenamiento con Val esa mañana. Las puertas de los vestidores se abrieron en par mientras Val aparecía en el umbral portando su uniforme distintivo de las Firehawks. Sus miradas se cruzaron por un momento haciendo que Riley se torciera en su antigua posición. Val sonrió tomando sus cosas para ir justo a su lado.

—¿Estás lista para el entrenamiento, Michigan? —Dijo mientras tomaba de los bordes de su camiseta sacándola de ella y quedando en sujetador. 

Las palabras de Riley tardaron más de lo que esperaba tras ver cómo Val procedía a quitar sus pantalones después colocarse su traje. Con una mirada disimulada Val observó cómo Riley la miraba sin palabra alguna. Ellas dos podían besarse por horas, pero Riley seguiría sin poder evitar no sonrojarse cada vez que estaba cerca de ella. 

—Eh...yo... ¡Sí! — Dijo, levantándose de forma brusca —De hecho, yo creo que debería adelantarme a la pista, ya sabes, para calentar...estirar.  — Explicaba Riley llena de ademanes, evitaba a toda costa bajar su mirada por el cuerpo de Val, aunque en ocasiones fallaba. 

Tomó su casco junto con su stick dispuesta a salir. 

Val rápidamente puso todo su uniforme en orden tomando del hombro de Riley antes de que saliera y lanzó su cuerpo con delicadeza contra los casilleros y aprisionándolo con el suyo.  

—No tan rápido, Michigan. —Dijo con una sonrisa seductora, mientras la tomaba por el mentón. —Creo que podemos empezar a calentar desde ahora. —Murmuró pegada a sus labios para después tomarlos sin más.

Los besos de Val eran extasiantes, y siempre terminaban dominando el beso después de una batalla con la que Riley nunca podía. Metía sus manos por debajo de su camiseta acariciando su abdomen y recorriendo hasta su espalda baja, sintiendo como se aferraba a sus hombros.  Se solo separó lo suficiente para que Riley pudiera recuperar un poco de aire, respiraba con pesades, sus mejillas estaban teñidas de un tono rojo. Riley aún era nueva en todo esto, no era tan buena respondiendo a los besos de Val cuando de poder se trataba, prefería mantenerse en la sumisión, era algo que le avergonzaba admitir, pero que su cuerpo demostraba sin problema alguno. 

Los besos continuaron unos minutos más, los labios de Riley soltando suspiros contra los de Val, acercándola para que se animara a más, sus piernas se volvían débiles ante su contacto obligándola a sostenerse fuerte de ella. Después de unos cuantos besos más, Val se separó. 

—Te veo en el hielo, Michigan. —Dijo saliendo de los vestidores con una sonrisa victoriosa casi como si hubiera ganado un campeonato, dejando una Riley jadeante. 

Riley se dejó caer sobre los casilleros con sus piernas temblando, luchando por no caer. Cerraba los ojos con fuerza mientras tomaba respiraciones profundas en busca de aliviar todo lo que sentía. Val siempre era así con ella, podía hacer lo que quisiera con ella y al final solo dejarla con ganas de más. 

Tomó su casco que ahora estaba en el suelo junto con su stick y de dispuso a salir a la pista de hielo donde Val ya estaba calentando. 

Durante esos últimos días Val y Riley estaban pasando más tiempo solas, alejándose de forma inconsciente de sus amigas, Bree y Grece. Aunque esto no impedía que en unos cuantos entrenamientos estuvieran juntas, esto no le gustaba a Valentina para nada, quien buscaba robar la mayor parte de su tiempo practicando con ella o integrándola a las Firehawks, haciéndole saber en todo momento que ella podía ser mejor que sus amigas. Esto de igual manera se volvía sospechoso para Dani, quien se había mantenido observando desde lejos, cómo es que se desenvolvía su relación frente a los demás, era obvio que Val no le permitía convivir con demás gente, pero ella sabía que había algo más, que algo se ocultaba en las sonrisas falsas de Valentina, y moría por descubrirlo. 

Los entrenamientos habían acabado por ese día, Riley y Val se quedaron unos momentos más en el hielo esperando a que las demás salieran de los vestidores para después entrar ellas, dejaron rápidamente sus cosas en sus respectivos casilleros para salir en dirección a las habitaciones. Bromeaban y reían en el camino a la habitación de Val.

Intentaban no hacer ruido casi como si llevaran algo de contrabando, intentando que nadie las viera. Una vez cerraron la puerta, dejaron escapar una última risa disfrutando del momento. Reían como si realmente a alguien le importara mucho verlas entrar a la misma habitación, pues hasta el momento todos sabían que solo eran buenas amigas.

—Estuvo cerca. —Decía Val mientras sonreía para Riley. 

—Sí, realmente estuvo cerca. —Habló Riley mientras limpiaba algunas lágrimas de risa. Ambas cayeron en la cama intentando relajarse, las risas cesaron lentamente hasta sumergirse en un silencio plácido. 

La habitación estaba iluminada únicamente por una débil luz proveniente de la mesita de noche, pero que era suficiente para que ambas se pudieran distinguir entre la oscuridad. Riley notó los ojos de Val sobre los de ella mirándolos de forma intensa. Ambas se encontraban recostadas sobre su costado contario, una frente a la otra, miraban sus rostros apreciando las características de cada una. Sin duda alguna Val era una persona muy atractiva y, sumando sus habilidades sociales y deportivas, podía ser la pareja ideal de muchos. 

—Eres muy linda, Riley. —Decía mientras acomodaba un mechón de su cabello tras su oreja. —Tengo mucha suerte de poder hacer lo que quiera, ¿Verdad? —Riley asintió ligeramente. Fue entonces cuando Val se recargó sobre su codo acercándose a ella. Esperó solo unos segundos para unir sus labios en un beso no tan apurado. 

El beso se tornaba de forma sensual, jalando de su labio inferior para seguir tomándolo, poco a poco el cuerpo de Val se puso sobre el de Riley apresurando más el beso, sus manos ya estaban viajando por todo su abdomen y su rodilla se posicionaba entre las de ella. La blusa de Riley se levantó solo un poco mostrando su abdomen, y de pronto sentía como Val planeaba alejarse, Riley tomó de su muñeca evitando que se alejara. Fueron los ojos pidiendo por más y sus mejillas sonrojadas los que hicieron que Val continuara.

Val hizo más presión con su rodilla haciendo que Riley jadeara ante en rose. Los besos se volvieron más intensos haciendo que cada una disfrutara del sabor de la otra. Las manos de Val comenzaban a quemar su piel, percatándose de ello, Val se alejó un momento para ver la imagen de Riley debajo de ella. Tomó el atrevimiento de quitar su blusa dejando expuesto su torso, mirando de reojo como Riley la observaba sin separar la mirada con las mejillas coloradas. Se acercó nuevamente a sus labios mientras sus manos levantaban la blusa de la menor, sacándola de ella y dejándola tan solo en un sujetador blanco. Val redirigió sus besos hasta el cuello de Riley, donde mordía y chupaba dejando pequeñas marcas a su paso, bajaba hasta sus clavículas repartiendo besos por la zona, a lo que Riley respondía con más gemidos mientras retorcía su cuerpo.

—Muero por hacerte mía. —Murmuró Val sobre su piel. 

—Yo también. 

La iluminación tenue golpeando el cuerpo atlético de Val hacia la situación más excitante, Riley tenía toda una vista para ella sola, sus manos se aventuraron a subir por su espalda hasta enredar sus dedos en su cabello, sosteniéndose fuerte. Sus ojos se encontraron una vez más, ambos llenos de lujuria deseosas por más. 

—Me gustas mucho, Val. —Murmuró Riley provocando una leve sonrisa en el rostro de la susodicha. 

—Yo también te quiero. —Dijo para acercar sus labios una vez más. 



UF, siento el FBI suspirándome en la nuca. 

Espero que el tiempo de espera para cada capítulo no sea un problema, siempre releo todo para entregarles lo mejor, sin ni una falta de ortografía, espero que realmente se note. 

Y OMG, LA HISTORIA LLEGO A MIL VISTAS, ni yo me la creo, apenas tiene una semana que empecé a escribir. Muchas gracias por su apoyo, de verdad que leer sus comentarios me motivan a seguir escribiendo, los tqm. Chaoo. 


La Capitana del Equipo                            Riley x ValDonde viven las historias. Descúbrelo ahora