Atravesaste Mi Corazón - ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒ

-16-

Father
Alexa's POV:

Los nervios que tenía no eran normales.

En unos minutos comenzaría la clase de matemáticas.

Tendría prueba, y tengo que sacarme un azul sí o sí. Mi papá ya me advirtió que para la próxima prueba no me podía ir mal.

Porque sí, en la prueba de historia que tuve me saqué un cinco coma seis.

Así que me dio un leve castigo, solo me quitó el teléfono durante toda esa semana, me lo devolvió el domingo, aunque sería el lunes.

Tuve que suplicarle que me lo pasara, mentí con que tenía que hacer algo para una tarea.

Sonó el timbre de ir a clases, miré asustada a Martina.

  - ¿Estudiaste? —me preguntó.
  - Sí, todo el fin de semana y ayer.
  - Yo ayer repasé, porque lo entiendo todo.
  - Quisiera ser tú para entender, yo tuve que recurrir a Vick para que me ayude. La estuve jodiendo todo el fin de semana.
  - Al menos estudias con tu polola, yo estudié sola —se puso a pensar—..., y con mi perro, porque nadie más que él me quiere.

Le di un leve golpe en la cabeza, reímos.

  - Tonta —bromeé negando con la cabeza, con diversión.
  - Ay, ya llegó la profe —los nervios que con la conversación se habían esfumado, volvieron con todo.

Tenía miedo de no aprobar y que mi papá se enoje conmigo.

No quería que otra vez me pegue, así que solo espero que no lo haga.

Ya tenía la prueba, me quedé paralizada después de rellenar la casilla del nombre.

«No, ahora no, por favor...»

...

En mitad de la prueba me tuve que escapar al baño porque me estaba sofocando y no podía escribir, mis manos temblaban. 

No puedo hacer eso, pero la profe notó que estaba muy mal entonces hizo la excepción.

Adoro a la profe.

Mínimo ahora estaba con Vicky, me estaba refugiando en sus brazos.

  - Vi-Vicky, no quiero que me pegue —con todas mis fuerzas intentaba no llorar, odiaba hacerlo en el colegio, aunque más de una vez lo haya hecho.
- Tranquila, amor, no te va a pegar —me consoló, acariciaba mi brazo con cuidado.
  - No lo sé, no quiero volver a mi casa.
  - ¿Qué te pasó, Alex? —escuché la voz de mi hermana, levanté mi cabeza del pecho de Vicky, estaba ahí.
  - Nada —mentí.
  - Ah... bueno —claramente no se creyó mi mentira, pero aún así me la dejó pasar.

...

- Marti, ayúdame, no seas penca —le estaba contando que le quería hacer un regalo a Vicky, pero que quería que sea algo bonito.
- Pero dime qué le quieres dar.
- No sé, algo que le guste pero que sea bonito.
- Mmh, ¿un cuadro?
- No, muy fome.
- Hacerle una pulsera.
- Qué aburrido, no.
- ¿Le gustan los anillos? Puedes darle eso —me imaginé sus manos con anillos, en realidad se le verían muy lindos... Muy lindos, demasiado.
- Eso va a ser, aunque igual está fome, pero ahí me invento algo.
- Sí po, le haces una carta y le pones color y toa' la hueá'.
- Exactamente.

Ahora faltaba comprar el anillo y ponerle empeño a el regalo, aunque las artes plásticas se me dan como el forro, pero fue, por ella me puedo esforzar.

- Oye —la miré.
- Dime.
- ¿Le vas a hacer una carta?
- No sé, no digamos que soy muy sentimental, me cuesta.
- Y ¿lo harías por ella?
- Obviamente po, ahueoná' —me pegó en el brazo por haberla insultado—. Perdón.
- Mira cómo eres... a ella sí te esfuerzas por hacerle cartas y estas cosas, y a mí por mi cumpleaños me das un abrazo.
- Y te quejas —me hice la ofendida—, agradece que te doy un abrazo, aparte siempre te canto feliz cumpleaños a las doce y te llevo un dulce al colegio.
- Bueno, sí...
- Malagradecida —me quejé de broma—... así son —negué con la cabeza.