11. Escape

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— ¿No te cansas de hablar?

— Nop. —Respondió el mayor del grupo moviendo su cabeza de un lado al otro. —¿Tú no te cansas de ser un amargado?

— Prefiero ser amargado que insoportable.

— Por lo menos, lo mío se arregla quedándome callado, pero, lo tuyo es más grave.

Se divertía con la situación actual.

Llevaban aproximadamente 2 horas de recorrido en el auto de Jay, quien se encargaba de manejar con la compañía de Heeseung como copiloto. El dúo había discutido aproximadamente en tres o cuatro ocasiones por cosas triviales.

Nada se tomaba personal porque después de cada pequeña discusión terminaban intercambiando pequeñas sonrisas o miradas de complicidad, o, simplemente cambiando de tema como si nada.

Sunoo sentía cierto temor de que fuera incomodo el viaje junto a los amigos de Sunghoon, no los conocía lo suficiente como para poder sentirse cómodo con su presencia durante los dos días que estarían juntos, pero, hasta el momento, las palabras que habían intercambiado entre sí, no eran incomodas o forzadas.

Giró a ver a Sunghoon quien estaba a su lado observando el paisaje a través de la ventana del auto con un deje de nostalgia. Se sorprendido al verlo sonreír hacia la nada.

— Te ves feliz.

El platinado giro a verlo manteniendo la leve sonrisa en su rostro. —Hoy tengo razones para estarlo.

— Es lindo verte así. —Reconoció sonriéndole y girando su vista nuevamente hacia al frente. —Supongo que tus amigos influyen mucho en ello.

Heeseung sonrió desde su asiento. —Somos como una familia y Sunghoon vendría siendo nuestro hijo.

— Aquí vamos de nuevo. —Jay murmuro negando con la cabeza.

Sunghoon sonrió observando  a Heeseung por el retrovisor. —Pues que familia tan disfuncional.

— De hecho, tenemos una foto donde lucimos como una familia. —Conto el mayor con alegría dirigiéndose hacia el pelirosa. —Tuve que obligarlos a que se la tomaran, tal y como pasa en las familias normales.

Sunoo rió. —¡Es una fotografía muy curiosa! —Comentó alegre recordando la vez que la había visto en la sala del platinado. —Cuando la vi, me dio gracia y ternura.

Sunghoon volteo a ver a Sunoo rápidamente.

— ¿Qué?

Heeseung lo imito, girando sobre su cuerpo para verlo directamente.

— ¿La has visto?

— Si, en la casa de Sunghoon. La tiene en su sala.

Sunoo quería comprender que sucedía porque de repente algo en el ambiente había cambiado. Noto como Heeseung y Jay intercambiaban un par de miradas sin decir nada, mientras que, Sunghoon permanecía callado en su lugar, como un niño esperando ser regañado.

PRETEND |  SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora