Park Sunghoon es un agente federal, pero, tras un incidente en su última misión ha sido relevado y degradado de su cargo, ahora, ha sido asignado a una misión como encubierto donde deberá ser el guardaespaldas del hijo de uno de los senadores más pr...
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Oficialmente había llegado el día en el que todo volvería a la normalidad, o, por lo menos fingirán que sería de tal forma.
— ¿Realmente crees que abra la puerta por voluntad propia? —Inquirió Heeseung con una sonrisa divertida acompañando su rostro, mientras que, se posicionaba frente a la puerta del apartamento del menor.
— No.
— Vas a abrirla como la última vez, ¿Verdad? —Pregunto el mayor asegurándose de tener su celular listo.
Jay sonrió con autosuficiencia a modo de respuesta acercándose al pomo de la puerta para amablemente empezar a forzarlo y lograr que se diera vuelta eliminando el seguro.
— Bien Park, es un récord. —Menciono enseñándole el cronometro. — 6.32 segundos.
— Pudo haber sido mejor.
Finalmente dio vuelta al pomo de la puerta y la abrió completamente sin importarle si estaba siendo demasiado ruidoso. Tampoco le interesaba que la cerradura se hubiera dañado por su culpa.
— ¡Sunghoon!, estamos aquí. —Aviso Heeseung pasando de largo hacia la sala de estar para tirarse cómodamente sobre uno de los sillones.
Jay se quedó de pie frente a la puerta manteniendo ambas manos en la parte baja de su espalda.
El platinado hizo su aparición atravesando el pasillo. Su semblante era calmado como de costumbre, no había ni una pizca de sorpresa al ver a los dos intrusos en su apartamento.
— Agh. —Se quejo rascando levemente su cabello al ver la puerta. —Voy a tener que volver a arreglar la cerradura.
— Conozco un cerrajero que lo hace. —Respondió Jay manteniéndose serio.
Sunghoon lo miro sin expresión alguna. —Bastardo loco, es la quinta vez que tengo que arreglarla por tu culpa.
Heeseung rio con gracia. —Para evitar ese tipo de situaciones incomodas, podrías simplemente abrirnos la puerta cada vez que vengamos.
— Si quizá tocaran la puerta al llegar o mínimo me avisaran cuando vendrán, podría considerarlo, pero, se aparecen aquí cada vez que se les da la gana. —Musito mirándolos mal. —No son bienvenidos. —Respondió llevando ambas manos a su cuello para empezar a hacerse el nudo de la corbata mirándose frente al espejo del salón.
— Perderíamos mucho tiempo haciendo eso. —Respondió Jay observando al menor luchar contra su corbata. —Necesitamos asegurarnos de que sigues vivo.
Sunghoon se detuvo por escasos segundos y sonrió levemente. —Voy a presentar una queja por allanamiento de morada. —Cambio el tema sutilmente y dirigió nuevamente sus manos hacia la detestable corbata.
— ¿Qué te está tomando tanto tiempo? —Cuestiono Heeseung caminando hacia el menor al ver que aún no lograba hacer correctamente el nudo. —Déjame a mí. —Pidió quitando sus manos y encargándose el mismo.
