Park Sunghoon es un agente federal, pero, tras un incidente en su última misión ha sido relevado y degradado de su cargo, ahora, ha sido asignado a una misión como encubierto donde deberá ser el guardaespaldas del hijo de uno de los senadores más pr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Me perturba un poco que me mires así, sin decirme nada.
Sunoo aparto la mirada del mayor, no apenado, ni tímido, simplemente lo hizo para no incomodarlo, por lo menos, no más de lo que seguramente ya lo había hecho. Tenía curiosidad, claro que sí, él era difícil de leer. Aun cuando en un inicio parecía todo lo contrario.
Sunghoon parecía a simple vista un libro abierto, pero, se había dado cuenta que quizá lo único que estaba abierto era lo que le permitía ver. Más allá de eso, no era accesible, por lo menos no para Sunoo.
Le gustaba estar cerca de él porque no lo conocía, no sabía quién era su padre, no le preguntaba cosas personales a menos de que él las mencionará, no buscaba nada de él, pero, sin duda alguna, lo que más apreciaba y le gustaba a Sunoo, es que Sunghoon no parecía tener interés en el de ningún tipo.
Pasaban tiempo juntos durante las clases porque veían todas juntos, pero, Sunghoon no iba más allá de lo que Sunoo fuera. Iban al ritmo que el pelirosa quería, y, eso le gustaba, aunque, también le molestaba un poco.
— ¿Por qué no has preguntado o si quiera dicho algo? —Inquirió curioso el pelirosa caminando a paso lento en medio del campus de camino hacia la cafetería del lugar. —No sé, quizás un "oh, ¿estás bien?", o, "auch, eso debió doler", o cualquier cosa.
Sunghoon levanto una ceja en su dirección sin siquiera voltearlo a ver. —¿Te llenan las palabras vacías o la falsa preocupación?
— ¿Qué?
Sunghoon organizo mejor en sus pensamientos que decir.
— Sunoo no te ofendas. Me agradas, me gusta pasar tiempo contigo, pero, no tengo ningún derecho de meterme en tu vida si no me has dado la libertad para hacerlo. No te hare preguntas incomodas de temas que probablemente no quieras tocar, ni comentarios absurdos como un "eso debió doler" al ver gran parte de tu torso de un extraño color morado.
Sunoo sonrió divertido. —Entonces, ¿no me has preguntando por que no te importa saber lo que me paso o por qué no quieres ser imprudente?
Sunghoon ni siquiera pensó la respuesta. Eran automáticas. Debía agradarle y procurar que el pelirosa quisiera seguir manteniéndolo cerca.
Metió las manos en el bolsillo de su chaqueta y saco un pequeño chocolate de él. Se lo ofreció al menor con una leve sonrisa en su rostro.
— Si algún día quieres hablar de algo, de lo que sea. Aquí me tienes. Soy un buen oyente, pero, no alguien que te haga preguntas sin que antes tu inicies la conversación.
Sunoo rió animado ganándose una mueca de confusión por parte del mayor.
— Lo siento. —Se disculpo aceptando el chocolate que le ofrecía el mayor. —No puedo tomarte en serio cuando eres tan formal, de verdad.
Sunghoon quiso hablar, pero, fue interrumpido por el pelirosa. —¿Cuántos años es que tienes?, ¿35?, pareces mi papá hablando así de formal. —Se burlo nuevamente.
