◖Solo tú || Naruto ||◗

Capitulo 11|| El rubio y el pelirrojo

Sin perder tiempo Kakashi suelta al chico para irse en dirección hacia los chillidos dejando solo a Deidara en medio de la nada.

Pensando en lo que podría estarle pasando al pobre Naruto acelera todo lo que puede su andar para llegar lejos.

Minutos antes de que la situación se complicara, una vez que Naruto había escapado de los brazos de Kakashi para poder resguardarse. Huyó sin una idea en concreto, sin un rumbo conocido, solo para poder estar lo más lejos de aquel lugar que no le gustó para nada.

No había pasado mucho tiempo cuando escucho a lo lejos la voz de Kakashi hablando con alguien y la voz de la otra persona. Sus orejas se movieron en el aire con velocidad para escuchar lo que estaban diciendo sin dejar de correr y levantar la arena del camino.

Deteniéndose un momento para escuchar bien, piensa en ayudar al hombre que lo rescató.

Él se queda inmovilizado pensando en las posibilidades que tiene en estos momentos de ayudarlo, incluso la de escapar.

La fuerte brisa golpea al pequeño ser, pero este solo se sienta en dirección en donde estaba su salvador moviendo solamente sus orejas. No solo capta la voces de Kakashi y la de Deidara si no de otra cosa más que esta lejos, pero que se mueve a gran velocidad.

Sin darle importancia al asunto, toma la decisión de abandonar a Kakashi ya que realmente no le importa si él vive o no. Levantando sus cortas patitas y sus nueces colas de la caliente arena del lugar, se da la media vuelta para salir de ahí lo antes posible antes que llegue a haber otra detonación que lo tomé por sorpresa.

Justo cuando dio la media vuelta se quedó pasmado. Por más que al ser una criatura mítica tiene más capacidades que un ninja experimentado en muchos sentidos, por alguna razón sintió un miedo que se le ha enterrado hasta los huesos haciendo que tiemble y sus dientes castañen con fuerza al ver que todo se ha tornado negro. Sin saber el por qué de su miedo o este color inusual en el desierto, decide echarse hacia atrás lentamente abriendo cada vez más sus ojos sin creer lo que está viendo.

-¿Estás perdido?

La extraña oscuridad tiene ahora una explicación logica, estaba bajo la sombra de alguien. Al voltearse ve de frente a quien provoca la sombra. Es un chico. No muy alto, pero tampoco parece un niño. Solo es de baja altura. El cabello lo mantiene corto y de un rojo puro, fuerte y concentrado, que llama la atención a primera vista ya que es como la sangre apenas es derramada. Unos ojos marrones profundos que combinan con la sotana negra con nubes rojas. Entre unos de los dedos de sus manos un anillo que combina con una uñas arreglada de color.

-¿Que pasa amiguito? ¿Estás perdido?

Ahora es Sasori con el que se ha encontrado. Este se pone de cuclillas con una sonrisa extendiendo sus manos. Naruto de inmediato se agacha listo para tener que morder, rasguñar, y gritar de ser necesarios.

Sasori se da cuenta que el pequeño ser siente hostilidad en su actitud. Este se ríe por lo bajo y le muestra una galleta que saca de su bolsillo.

-¡Mira! Es tuyo si lo quieres.

Naruto que por más que ve que el chico es amable y se comporta como alguien bondadoso, no puede dejar de sentir que hay algo demasiado raro en él, incluso la vibras que transmite le alteran hasta los pelos del lomo.

Kyubi está totalmente erizado. Todo en el se esponja como si le hubieran pasado una secadora después del baño. Parece todo un peluche al estar hecho una bolita de pelo. Su corazón late tan fuerte que hasta el mismo Sasori puede ver como está su ritmo cardíaco ya que su cabello se mueve como si se hubiese tragado una corneta y el bajo del aparato se refleja en todo su esponjoso ser.

Para Sasori todo esto le resulta extremadamente adorable, y no puede evitar reírse con una sonrisa que puso al Kyubi en total alerta.

-Calmate, no te haré nada.

Replica el chico lanzando la galleta con suavidad cayendo cerca de Naruto. Él no pudo evitar resistirse al dulce que se le fue arrojado. El Kyubi se acerca y se lo come lo más rápido que puede con unos pequeños quejidos al comer algo despues de mucho tiempo, y en fracciones de segundos se come una galleta tres veces el tamaño de su cabeza. Él chico no pudo evitar sorprenderse pensando que lo que tiene es hambre el pequeño ser anaranjado.

-Mi nombre es: Sasori.

Dice el chico nuevamente colocando su mano cerca de donde está Naruto, pero este se hace el duro volteandole la cara dejando ver unos enormes bigotes moverse con la leve brisa del lugar

-No te haré nada malo. Quiero poder cuidarte.

Estás palabras ablandaron el corazón de Naruto. Esta última frase le ha hecho recordar malos recuerdos, horribles, y más al recordar que recientemente fue abandonado. Y fue más que suficiente recordar todo lo que ha pasado para que sus ojos se llenen de lágrimas que él no quiere dejar caer.

-Por favor -susurra Sasori acercándose -, aunque sea déjame tocarte. Quisiera saber si puedo acariciar tu pelaje.

Naruto no hace más que pega su cabeza a la palma del pelirrojo dejando que se le escurra una que otra lágrimas en el proceso.

El chico que se percata de esto, sonríe y lo toma con delicadeza entre sus manos como si fuera un pequeño cachorro que ha enternecido su corazón.

-¿No tienes problema de que seamos amigos?

Entre más habla, más estrujado le deja su pobre corazón. Aunque Kakashi lo haya salvado, Sasori le ha dado en varios puntos débiles de él haciendo que sienta más empatía por este desconocido que el hombre que lo rescato de la muerte.

Él sin saber realmente cómo poderle comunicar lo que le quiere decir a Sasori, le da varios chillidos con jimoteos en ellos. Al fijar su mirada con la de él. Se entiende perfectamente lo que uno le quiere decir al otro.

Con una sonrisa de satisfacción, Sasori se lo lleva cargado entre sus brazos con delicadeza, como si se tratase de una cosa frágil lo que carga entre sus manos.

-No puedo esperar para hacerte parte de mi colección.

Una última explosión suena cerca sobresaltando nuevamente a Naruto.

Dentro de Naruto, se cuestiona la razón por la que sonó está detonación y Sasori ni se molestó en voltearse a ver. Cómo si supiera que hay bombas detonandose a cada rato y los puntos dónde estallan. Cosa que ya toda la aldea se ha empezado a acostumbrar. Pero, por alguna razón se ha empezado a reir.