DEMONIO DE PLATA

CAPITULO 10. Zully y Holly

Ya se que he tardado demasiado actualizando, pero os ruego de corazon que me perdoneis, ademas me gustaria aprovechar para agradeceros a todos vosotros por ayudarme a llegar a 2015 lectores en estos 10 capitulos.

Deseo que sigais comentando ya que es lo que me impulsa y presiona a seguir escribiendo 

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Suspire al levantarme de la piedra donde esperé a Darius durante horas, frote mis brazos aunque pudiera controlar mi temperatura, pero solo era un consuelo inconsciente, parecía que Felimware estaba más enojado por la asignación que de costumbre, pero solo porque él no estaba invitado no era motivo para enfurruñarse de ese modo.

Si bien era cierto que no deseaba hablar con nadie de la muerte de Mónica y de las miles de atrocidades y genocidio que pesaba en mi conciencia, no era porque no quisiera hacerlo, simplemente que asimilarlo todo era muy difícil para mí, ya hablaría con él cuando regresara. Por el momento era mejor que pensara que tenía aun el conjuro de obediencia del maldito rey.

Fui hasta el túnel autorizado por el rey para poder ir a felhők y que este no sospechara nada, repase la ruta y coloque las gemas en la posición correcta para abrir el portal, me enderece y espere, las esferas iniciaron una pequeña melodía de la cual estaba segura, nadie salvo ella podía escucharla, al finalizar la melodía en una nota aguda se abrió el portal primero en múltiples colores que luego se convirtió en un nítido color celeste. – Nos vemos Darius -   pensé con algo de tristeza al darme cuenta que todos a los que estaban a mi alrededor sufrían y por lo tanto debería tomar la decisión de vivir en la soledad.

Entré con paso firme al túnel, solo para ver a mi mundo desdibujarse a mi alrededor, la sensación de vértigo ya era bastante usual por lo que mi cuerpo se había acostumbrado con los años, cuando llegue a felhők tuve unos segundos de ceguera mientras mis ojos se acostumbraban a la intensidad de luz y colores que este mundo poseía.

Llegué a  un bosque con algunos árboles muy particulares, sus ramas se extendían hasta arriba pero sus hojas y flores azules y amarillas no estaba unidas a sus tallos sino que flotaban a su alrededor  movidas por el aire, otros árboles eran casi normales, las raíces cubrían el suelo como serpientes y una gran cantidad de aves cantaban alegremente, baje un poco más la capucha para protegerme del extremo brillo e incandescencia de los colores, el sonido del agua llamo mi atención hasta dos riachuelos donde por un lado corría agua verde esmeralda y por el otro un rosado pálido, ambos causes se unían más abajo en un catarata de al menos seis metros de alto y el agua adquiría un intenso color violeta.

Palpe un poco el agua para medir la temperatura y conjure un poco solo para comprobar que no era toxica, al verificar que no era así  bebí del dulce liquido, casi era como beber ambrosia desde su propia fuente, no sé porque se me vino a la mente cuando era niña, Mónica me llevaba a un lago del Bosque de Remény y me dejaba jugar con el agua durante horas, en ese entonces no había nada que no hiciéramos juntas, pero para mi desgracia venían una lagunas con recuerdo borrosos o nulos, nunca les puse mucha atención y jamás me imagine que la persona que se suponía mi único lazo de sangre había suprimido mi voluntad y me manejaba a su antojo. Presione los dientes con fuerza al llegar a mí ese pequeño dato. Como deseaba  que todo fuera una pesadilla, aunque ya sabía por experiencia que todo lo que soñaba tenía algo de verdad, las muertes que presencie y sentí en carne propia, la muerte de la pareja, las batallas y los asesinatos, todo, completamente todo debía ser real.

La  vista de una mujer jaguar protegiendo a sus hijos me había despertado en medio de un infierno obligándome a actuar como debía, con lealtad... ¿Pero a quién?. El jaguar me grito que los había traicionando, que los había condenado y sí tenía razón ¿Quién soy? O más bien ¿Qué soy? ¿Porque podía transformarme a cualquier cosa sí no pertenecía a ninguna de esas especies?