CAPITULO 23. PROTECCIÓN

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 Mil discupas por tanto tiempo sin subir ni siquiera un poco pero hasta ahora eh tenido tiempo, gracias por esperar y deseo que este capi les guste

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GWYLLION

Cuando Escarleth desapareció de mi campo de visión observé los alrededores, la pequeña aldea aún se podía ver iluminada por los carbones encendidos de las casas, mi memoria reproducía cada imagen vista de cuando llegamos, no había nada que pudiera olvidar, en parte era una bendición pero en casos como este deseaba febrilmente poder olvidar la destrucción, la agonía y los cadáveres.

Mis hermanas y hermanos disfrutaban de sus dones, siendo capaces de hacer brotar las plantas o de manipular en pequeñas porciones el clima, incluso manipular los sentimientos entre otras cosas, pero desde el momento de mi nacimiento hasta mi muerte era la única que podía ser historiadora, la maldición pesaba sobre mi linaje desde tiempos inmemorables, y solo nacía una cuando el hada historiadora muriera.

Suspiré tratando de alejar las imágenes mientras revoloteaba en el aire hasta los pocos aldeanos que terminaban de empacar, eran pocas las pertenencias pero las suficientes como para poder sobrevivir durante algún tiempo, solo esperaba que fuera lo suficiente como para poderlos mantener a salvo. Aunque estaba segura de que era necesario sacarlos de este mundo si querían estar a realmente a salvo.

Trate de no estorbar a mi paso esquivando las maletas que llevaban de un lado a otro, me dirigí inconscientemente hacia un grupo de niños se calentaban las manos alrededor de una fogata, algunos lloraban y otro tan solo veían las llamas como hipnotizados, tan solo unos pocos trataban de consolar a los más chicos.

-          El Demonio de Plata  nos matará a todos, estoy seguro  - decía uno de cabellos negros y con el rostro tiznado en medio de gimoteos

-          Ella nos salvó a todos – dijo una niña de cabello castaño

-          Mentira! – gritó otro – la eh visto como mata y no hay misericordia en sus ojos cuando lo hace.

-          De hecho yo nunca la eh visto reflejar sentimiento alguno – dijo uno de los niños que veían perdidamente el crepitar de las llamas

Agité mi cabeza de un lado a otro con ganas de darle una bofetada a la bruja por intimidar a los que se le acercaban, fuera del hecho de que las leyendas que circulaban a su alrededor eran ciertas.

-          Escarleth no os hará daño -  dije acercándome más y sentándome en una roca lo suficiente lejos del fuego.

-          ¿Quién eres tú? – inquirió otro chico que consolaba a una niña entre sus brazos

-          Ella es... mmm... mi amiga – dije después de dudar  un rato como calificar a la hechicera.

-          ¿Tú amiga? -  dijo uno dejando de ver el fuego para concentrarse en mi rostro

-          Si -  dije un poco más segura -  ella salvo a dos niñas de mi mundo  - dije recordando a Zully y Holly.

-          ¿En serio?

-          Sí

-          No te creo -  dijo el que estaba seguro que moriría

-          Nunca le digas que no le crees a un hada historiadora – dije guiñándole un ojo

-          Pruébalo – dijo otro que salió de su letargo al escucharme

DEMONIO DE PLATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora