DEMONIO DE PLATA

CAPITULO 21. Rebeldes

Gracias por su paciencia pero eh de confesar que no tenia animos de escribir, ya eh salido de la fosa donde me ocultaba para ver lo que ha pasado con nuestros personajes.

El capi es pequeño pero al menos trataré de subir uno por semana de las historias pendientes 

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Gwyllion

Pese a que ya había visto a Escarleth limpiar un campo de batalla, no me acostumbraba a ver y sentir como su poder se expandía, volé hacia Escarleth con  cuidado de que ninguna de esas esferas me tocaran y no porque me hicieran daño, sino porque me daba escalofríos con solo saber de donde procedían.

Cuando estaba por llegar a la Hechicera, esta ya se levantaba de forma cansada, como si le costará alejarse del contacto con la tierra, también noté por primera vez una profunda  tristeza que se ocultaba detrás de su fría personalidad, como si le hubieran arrancado el corazón  y solo dejaron un agujero. Al llegar a su hombro derecho no me preocupé por pedir permiso para sentarme en él.

-          Todo ha terminado – le dije con una sonrisa

-          Al contrario Gwyllion – dijo en un susurro – esto apenas comienzan

Kamal se nos acercó a buen paso cuando el poder de Escarleth lo permitió, su rostro cubierto por la lluvia se veía fiero pero algo había cambiado en él, así como en los otros rebeldes, veían a Escarleth con respeto pero aun la desconfianza brillaba en sus ojos.

Escarleth se giro hacia Kamal mientras este se acercaba, quedaron en silencio por algunos minutos antes de que el guerrero hablara.

-          Gracias por ayudarnos hoy -  dijo como si le costara pronunciar las palabras -  pero como sabemos que no es un engaño de su parte

-          Si me hubieran enviando a matarlos por su rebelión, hace mucho tiempo los habría exterminado

La verdad que encerraba sus palabras me erizaron la piel, Kamal presiono sus dientes y soltó su respiración en forma de un fino silbido. Escarleth observo con detenimiento el rostro de todos lo que la observaban fijamente, incluso a mí me incomodaba como la observaban.

Kamal

-          Debes hablar con el consejo, pero en otra parte – le dije a la bruja cuando noté que los demás no podían apartar la mirada del rostro de la guerrera, igual que me sucedía a mi desde que la vi por primera vez 

Caminamos en silencio uno a la par del otro, mientras que Escarleth se negaba a verme, el hada no apartaba los ojos de mi rostro, me obligué apartar la mirada de aquella chica y concentrarme en calcular los daños, los niños y las mujeres ya salían de su escondite y buscaban agua para apagar los fuegos que la lluvia no había extinguido, varias mujeres lloraban sus muertos y los niños se veían desubicados al no ver a los guerreros caídos en el campo y en cambio observaban  como brotes de una flor carmesí crecían cubriendo el fango, la bruja por su parte me seguía con una máscara de hielo en su rostro, sin mostrar emoción alguna, aunque a momentos me parecía que estaba más bien molesta con todo lo que ocurría.

Argus, el fundador de la rebelión y el más anciano nos localizó con la mirada fuera de la casa del consejo, sonreía triunfal pero esta desapareció cuando noto la presencia de Escarleth y sin advertencia muto a su forma jaguar  corriendo directo hacia la bruja.

-          Argus, no! -  grite en reacción

La velocidad y la agilidad del viejo fue más rápida que mi reacción, me gire a Escarleth para apartarla pero esta ya se encontraba lejos de los habitantes, Escarleth levanto su mano derecha apuntando la palma hacia Argus.