DEMONIO DE PLATA

CAPITULO 12. El pasado duele

Salí de mi reconfortante sueño con las energías a tope y dos niñas guindadas de cabeza en una rama más alta que la mía de donde me observaban con curiosidad, aun no quería salir de mi sueño y deje caer mi brazo sobre mis ojos con el fin de evitar la luz y las miradas curiosas.

-       Escarleth –dijo Holly de un modo canturreado

-       Escarleth – siguió Zully con el mismo tono

-       Escarleth – Holly

-       Escarleth – Zully

-       Escarleth, Escarleth … Levántate, levántate  - cantaron las dos al unísono mientras brincaban de la rama donde se sujetaban con las piernas y ahora caían a mi cómoda rama moviéndola de arriba abajo – Escarleth, Escarleth arriba, arriba, arriba, arriba – moviéndola aun mas fuerte hasta que mi cabeza  quedo guindando remedando la primera posición de ellas

-       Si, si ya me levante – dije aturdida por la tediosa canción – voltee a ver al frente, ahí de cabeza estaba Oksana conteniendo una risa malvada – ¿y tú de que te ríes mala hierba?

-       Primero no soy mala hierba – respondió ofendida la Dríade – y segundo acostúmbrate, yo he tenido que soportar el mismo despertar durante años con miles de canciones distintas

-       Genial – dije más para mí que para la dríade, me lance al suelo y tome de nuevo mi bolso pasándolo por uno de mis hombros.

Oksana no perdió el tiempo esperándonos y rehízo el camino, las gemelas tampoco perdieron un minuto y corrieron al frente sumergidas en sus juegos infantiles, alcance a Oksana en solo un segundo aprovechando el silencio para retomar  mi libro justo donde lo dejo.

Hechizo de obediencia:

El hechizo de obediencia se compone de tres partes, sangre, espíritu y magia

La sangre debe de ser conjurada para ser la base del hechizo, el espíritu es conjurado y esclavizado para hacer la voluntad del amo y si no obedece el dolor poseerá el espíritu y se reflejara en la carne, existe solo una forma conocida para liberarse de un conjuro de esta índole y es que otro más poderoso adopte el conjuro y lo sufra en carne propia. 

Para poner en efecto el conjuro se necesita la sangre conjurada del esclavo, una pequeña cantidad será suficiente para iniciar el conjuro de liberación.

-       …aldea – terminaba de decir Oksana

Había estado sumergida en el libro lo que parecía una eternidad y ahora me perdía lo único que decía Oksana en todo el camino, genial el día iba mejorando

-       ¿Disculpa que dijiste? –pregunté

-       Que llegaremos a la aldea en solo unos minutos, cuando llegues no realices nada que después puedas arrepentirte – respondió de forma seca

Las niñas secretearon antes desaparecer en el interior de unos enormes arboles, Oksana las seguía de cerca y desapareció segundos después,  olí la magia en la pared mientras la atravesaba, la sensación  era como la seda y el agua junta tocando mi piel, tuve un segundo de obscuridad y luego una luz segadora me atravesó, delante de mis  ojos aparecieron múltiples casas construidas a base barro y corteza de árboles con techos de paja amarilla, note que no solo habitaban ninfas, sino que entre ellas habían hombres, anote esto mentalmente para estudiarlo después, ya que hasta donde había estudiado las ninfas vivían aisladas  y sin hombres a su alrededor, solo conocí casos donde las ninfas eran atraídas por el canto y el vino de los Sátiros. Las gemelas entraron corriendo en una de las chozas más grandes y Oksana se colocaba en la puerta para salva guardarla,  observe que los niños eran escasos, tal vez uno por cada cinco ninfas, algunas ninfas cantaban al mismo tiempo que hacían sus labores domesticas, si alguien pensaba que eran simplemente hermosas nunca habían visto una aldea llena de ellas.