DEMONIO DE PLATA

CAPITULO 18. Nuevos aliados

Gracias por esperar tanto tiempo para que subiera el capi, suplico vuestras disculpas

Espero de ahora en adelante subir mas seguido, aunque sean cortitos

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Escarleth

Me desperté junto con la noche, el sueño me había devuelto un poco de mi fuerza, aunque la necesidad de alimentarme era fuerte, aun podía controlarme, me aleje un poco del lugar donde se suponía debía esperarme Gwyllion para verificar la ruta de los rebeldes, los localice no muy lejos de la entrada principal esperando a la joven de la taberna.

-       Debió de estar aquí hace más de dos horas – murmuraba el hombre del turbante

-       No podemos esperarla más – dijo el de ojos violeta – sí sigue con vida nos alcanzará luego

-       ¿Y si está en riesgo?

-       Si está en riesgo, sabe que no podemos protegerla con esta emergencia, ella comprenderá

-       Pero podría morir – dijo nuevamente el del turbante tomando al otro por el cuello de la camisa

-       ¡Si entramos ahí moriremos Jheraky! -  dijo apartando al hombre del turbante de encima

-       Bharak por favor no podemos dejarla ahí

-       Lo siento amigo -  dijo Bharak – sí no avisamos, todos morirán y de nada valdrá todo lo que hemos hecho - Jheraky secó sus lagrimas y camino en silencio.

Noté la tristeza que ocultaba Bharak y la impotencia de la voz de Jheraky, los observe como se alejaban en sus cabalgaduras a buen paso, no me preocupaba ya que podría localizarlos con facilidad, solo necesitaba que Gwyllion apareciera.

-       ¿Gwyllion donde estas? – proyecté al hada

-       Estoy en la ciudad. – respondió el hada del mismo modo

-       Explícate – dije en lo que debería ser un gruñido mental

-       La joven que estaba con los rebeldes fue capturada, creo que el contemplador la localizo después de que salimos de la ciudad, se la han llevado al calabozo y los cerdos que la tomaron han prometido hacerle cosas espantosas, debo avisarle a sus  amigos

-       Ellos ya se fueron

-       ¡Eso no es posible! Ella está contando con ellos

-       Si es posible – dije indiferente

-       Entonces debemos ayudarla Escarleth

-       No es nuestro problema

-       Pero morirá

-       La gente muere todo el tiempo – dije temiendo la próxima frase del hada

-       Por favor Escarleth, no puedes ser tan cruel de dejarla ahí- suplico el hada

-       De acuerdo – dije después de un momento -  ¿hace cuanto se la llevaron?  -  dije con un suspiro

-       Hace poco más de una  hora

-       ¿Donde estas?

-       Casi en las puertas principales

-       Nos veremos en la taberna en que la vimos

-       Muy bien

Corte el vinculo y me puse en camino, debía ahorrar toda la energía que me fuera posible, por lo que decidí utilizar el manto nocturno para ocultarme, además de que ya no sentía la presencia del Rey, despreocupándome así de que sintiera el poder de mi aura, por lo demás, podía sobrevivir perfectamente sin alimentarme sí no utilizaba magia y si tenía que matar a alguien era mejor que lo utilizara como alimento, coloque mi capa sobre mis hombros y cubrí mi rostro y pelo para no llamar la atención, busque con rapidez un punto muerto en la muralla y escale por ella sin ser vista por nadie, caí al otro lado por detrás de una casa, la ciudad estaba muerta en comparación con el trajín del día, como si en su mayoría las personas solo llegaran a ella nada más que para hacer negocios, las callejas se encontraban vacías a excepción de algunos guardias de turno, corrí en línea recta, ocultándome entre los callejones o subiendo a los tejado para acortar distancia, la experiencia me resulto refrescante después de tanto tiempo.