La Maldición Del Dragón (RhaenyraxLaenaxOFC)

Posibilidades y debilidades

Después de una semana, en el castillo que era el hogar de su hija Rhaenys trato de mantenerse alejada de su primo Daemon quien estaba bastante molesto con ella por llevarse a su hija, y el muy tonto no apreciaba que si no se la hubiese llevado no estaría más con ellos. Realmente se arrepentirá toda la vida de haber permitido aquel matrimonio de su pequeña y el de su hijo con Rhaenyra.

No era ajena a las debilidades de Laenor y no lo tenía rodeado por una manta de poder como Corlys después de la batalla en los peldaños, quería a sus hijos con todo su ser, pero sabía sobre los rumores de sus jóvenes amantes y como afectaba a Rhaenyra, así como la verdadera ascendencia de esos niños que hacían pasar por sus nietos, pero que se parecían más a Harwin Strong y su padre.

Realmente no estaba enojada con su hijo y Rhaenyra al respecto, por lo menos no como debería ya que sabía que la situación en la que estaban no era la mejor para ninguno de los dos, solo su marido y su primo estaban ciegos ante esa realidad, lo que si estaba era decepcionada porque no habían pensado lo suficiente en el futuro y como impactará el aspecto de esos niños en el reclamo de Rhaenyra y la posible herencia de Jacaerys del trono de hierro y la de Lucerys a Driffmark. Si realmente su hijo no podía encamar con Rhaenyra debieron buscar un amante que se pareciera un poco a su hijo o los Velaryon. Pero pensar en esas posibilidades era imposible, los niños ya existían y no había forma de cambiar su ascendencia o eso había creído hasta que Laena dió a luz a Rhaella.

Después de analizar a la pequeña bebé estaba segura que no había ningún rastro de Daemon en ella, no como lo había visto la primera vez que cargo a Baela y encontró en su nieta la misma cara de su padre cuando era un bebé en los tonos de su hija, o como en Rhaena que se parecía más a Laena, pero con el mentón afilado y el mismo tono de lila en sus ojos que Daemon.

Por más que veía a Rhaella no encontraba nada de su primo en ella, la pequeña por lo que podía apreciar tendría el cabello blanco platinado como los Targaryen sin los rizos rebeldes de su madre y hermanas, pero eso no significaba que su pelo fuera igual de lizo como el de su padre por lo que podía notar las puntas de su pelo se le comenzaban a ondular ligeramente. Su tono, así como su nariz fina y la forma de su carita eran iguales a las de Laena cuando era tan solo un bebé, pero la boca fina y rosada en forma de corazón no eran similares a las de su hija. Pero lo más importante eran esos ojos violetas tan oscuros que parecían observar con tanta atención todo a su alrededor, eran tan distintos a los de cualquier Targaryen que hubiese conocido y que solo había visto en la persona que les ayudó a salvar a la niña y Laena.

Pero eso no era posible, sin embargo, esa duda estaba haciendo crecer raíces en su corazón después de todo no era realmente de su conocimiento el alcance del ritual que había realizado su misterioso protector. Entonces para calmar sus dudas se dedicó a buscar en las bibliotecas de Esos al respecto pero en ellas tampoco tenían mucha información.

La otra opción que más se repetía en su mente era que su protector les dijera. ¿El problema? No sabía como contactarle, no era como si antes no se le hubiese ocurrido llamarle, solo que no sabía como, había burlado a los guardias, aparecía y desaparecida a su antojo.

Lo que le hacía cuestionarse aún mas quien podía ser. No descartaba que el ser fuera un brujo, pero de acuerdo a lo que hablo con las sacerdotisas de Esos no existían los brujos sin que los dioses lo supieran. No podía ser alguien normal, pero los Targaryen no eran seres iguales a los demás después de todo para muchos eran monstruos guiando a otros monstruos tan peligrosos como los dragones.

Pero más allá de quién era el sujeto misterioso que había salvado la vida de su hija y su nieta, deseaba saber si era posible que Laenor mediante un ritual pudiera hacer que su sangre corriera por la venas de Jacaerys y Lucerys. De esa manera esos niños podrían vivir con una mayor seguridad, porque si era real esos niños se podrían parecer a su hijo.