Regreso a Driffmark

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Laena Velaryon se encontraba en la cubierta del barco que la llevaba de regreso a Driftmark, su hogar de infancia. A su lado, las gemelas Baela y Rhaena jugaban con la pequeña Rhaella, quien apenas comenzaba a dar sus primeros pasos tambaleantes. El viento del mar acariciaba sus rostros, trayendo consigo recuerdos de días pasados, de tiempos más simples y felices. Mientras su querida Vhagar sobrevolaba el barco.

Rhaenys, su madre, se mantenía erguida y firme a pesar de la brisa fría, observando el horizonte con una mirada calculadora y preocupada. Sabía que regresar a Driftmark era lo mejor para su familia en estos tiempos inciertos, especialmente ahora que la corte en Desembarco del Rey estaba llena de tensiones y sospechas.

Su esposo para su molestia no las acompañaba. Su orgullo herido y su rencor hacia su hermano, el rey Viserys, lo mantenían lejos. La noticia de que Viserys esperaba otro hijo con la reina Alicent había sido la última gota que había necesitado para partir a una batalla en dioses sabe dónde. Pero sabía que la herida era aún más profunda para él era que Rhaenyra, también estaba embarazada. Mientras ella de acuerdo a los maestres y sanadores no podría darle más hijos a su esposo.

Laena no podía evitar sentir una mezcla de alivio y tristeza con su llegada a Driftmark pues su antigua casa le ofrecía una seguridad y una estabilidad que en Essos jamás le había podido proporcionar. Tristeza porque, a pesar de todo lo que sucedió desde que había contraído nupcias, extrañaría a Daemon y sabía que sus hijas desde que se despidieron de él también lo extrañaban. Las gemelas adoraban a su padre, a pesar de sus defectos y sus decisiones a menudo cuestionables. Pero sabía que luego de las palabras que habían dicho los maestres la herida era profunda para él y ella, pues para Laena el hecho de no volver a ser madre le consumía y se sentía en un estado de desconsuelo. Deseaba con todo su ser poder darle a Daemon más hijos, compartir con él la alegría de ver crecer a su familia.

La llegada de Rhaella había sido una bendición, un rayo de luz en tiempos oscuros, pero la idea de que no podría experimentar esa felicidad de nuevo era desgarradora. Daemon ansiaba un hijo varón, un heredero que pudiera llevar su linaje y sus ambiciones hacia el futuro. Saber que no podría cumplir ese deseo de su esposo la llenaba de desesperación.

Sentía como si una parte de su identidad como madre y esposa le fuera arrebatada, y esa pérdida la acompañaba cada día, como una sombra silenciosa. La desesperación se mezclaba con la culpa, preguntándose si de alguna manera había fallado a Daemon y a sí misma.

Miró a Rhaella, que balbuceaba felizmente mientras jugaba con un pequeño juguete de madera. Laena se prometió a sí misma que, aunque no pudiera darle más hijos a Daemon, se aseguraría de que Rhaella, Baela y Rhaena tuvieran todo el amor y cuidado que ella podía ofrecer. Era una promesa que mantenía su espíritu firme, incluso en los momentos de mayor tristeza. Sabía que debía ser fuerte por sus hijas, que dependían de ella para encontrar estabilidad y consuelo en estos tiempos inciertos, así como su madre había estado en todo momento para ella y Laenor.

Mientras observaba a sus hijas jugar, Laena pensó en Visenya que había visitado a Rhaella casi todos los días, después de aquella noche que la vio saltar de su ventana. Esos ojos violetas tan profundos para ella se habían convertido en un consuelo inesperado en los momentos de mayor dolor que se había enfrentado. Laena no sabía quién era ni por qué se preocupaba tanto por ella, pero sentía una extraña tranquilidad al saber que alguien más velaba por ella y sus hijas.

Todavía recuerda esa noche en la que cuando recibió la noticia de su infertilidad la consoló Visenya.

Era una noche tranquila en Driftmark. Laena estaba sentada en la mecedora de la habitación de Rhaella, alimentándola y arrullándola para que se durmiera. Mientras la pequeña Rhaella cerraba lentamente los ojos, Laena la observaba con ternura y tristeza, pensando en la noticia que había recibido ese día.

La Maldición Del Dragón (RhaenyraxLaenaxOFC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora