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*primera publicación 02 de agosto 2024, 23:02*
*editado el 08 de octubre de 2024, 20:12*

ADELAIDE

El sexto año en Ilvermorny acabó y yo ya estaba en el Andén 9 3/4 esperando a que mi familia me recogiera, aunque seguramente se apareciera solo Draco.

Empujaba el carro lleno de mis maletas con una mano y con otra sujetaba a mi gata Bianca. Con mi mirada buscaba una melena rubia por todas partes pero no aparecía, ni después de tres cuartos esperando. Mis esperanzas se desvanecían a medida que la gente ya se iba y quedaban ya poca gente. Decidí irme de una vez del Andén 9 3/4, con algo de dificultad empujaba mis cosas y mi gata no ayudaba mucho la verdad, así que la puse encima de todo el montón de cosas que llevaba.

—¿Ayuda, Addie? —me lancé a abrazar a mi hermano con todas las fuerzas —. Lo sé, me amas.

—Vamos, quiero volver a casa ya. Echaba de menos Londres.

—Creo que estabas mejor en Estados Unidos —murmuró una voz que conocía demasiado bien, por mi desgracia.

—¿Qué haces aquí, Nott? —me paré al lado de él con una cara de pocos amigos.

—Draco me ha pedido que viniera también. No te ilusiones —se rió, sacó su típico paquete de cigarros y el mechero.

—Créeme, Theodore, antes muerta —empujé el carro de nuevo y salí de la estación con los dos chicos—. Y no fumes, odio el olor.

—¿Y a mi qué?

—Qué amable.

—¿No quieres que te ayude con algo? —negué, me rehuía a aceptar su ayuda —. Vamos, no seas terca, no vas a poder empujar todo eso, y mira que tu hermano ya lleva muchas de tus cosas, con lo que mides y la poca fuerza que tienes —se burló agachándose a mi altura, expulsando el humo del cigarrillo en mi cara provocando que tosiera sin parar.

—Draco, ¿lo has llevado aquí para que me fastidie o para que me ayude? —le cuestioné apartando todo el humo de mi cara.

—A ayudarte, por supuesto —dijo Draco riéndose de nosotros dos, puse a Bianca en los brazos de Theodore, sabiendo cuánto odiaba a mi gata desde que la conoció.

—Pues ayúdame con Bianca, entonces, llévala por mí, sé que os lleváis genial —al ver su cara de horror sonreí satisfecha —. Y lleva esta maleta de mientras —le di una de las maletas más pesadas que tenía para que la arrastrara, debí de haberle dado una sin ruedas pero esas no tenían tanto peso.

—Eres insufrible y mimada.

—Tú has venido —le sonreí falsamente.

Pasé todo el camino pidiéndole que me sujetara cosas y luego quitárselas, para luego devolvérselas y ponerlas otra vez en mi carro, me encantaba verle tener que aguantar porque Draco estaba ahí, si no estuviera, apostaba toda mi fortuna a que Theodore ya me hubiera dejado a mi suerte y ni se hubiera ofrecido a llevar ni un papel por mí.

Pero claro, tenía que comportarse si no quería que Draco se enfadara con él.

Nos paramos en un café un rato para descansar, le quité a Bianca de los brazos de Theodore, quién suspiró aliviado al ver que, según él, a la horrenda criatura esponjosa lejos de él. A cambio de Bianca le di las demás maletas.

—No te flipes, echaba de menos a Bianca y me dolían las manos de empujar.

Bianca me ronroneó, pero al instante en que miró a Theodore sus pelos se erizaron.

—Draco, ¿por qué le regalaste esa mierda de mascota? Adelaide es más insufrible cuando está con su gata —se quejó Theodore mientras se comía un cruasán.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora