t r e c e

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ADELAIDE

El sábado por la mañana estaba en la habitación de Theodore, él me abrazaba por la cintura en la cama, enterrando su cara en mi cuello. Notaba su suave respiración golpear mi cuello y lo abracé más fuerte.

Buongiorno —susurró en mi oreja.

Bonjour —le susurré de vuelta con una sonrisa, me dio un corto beso en la frente y se levantó de la cama.

Estiré mis brazos a él indicándole que me ayudara a levantarme, se rió y me empujó hacia él.

Merci.

—Me encanta cuando me hablas en francés —me halagó en voz baja —, te ves demasiado sexy.

—El momento era bonito hasta que dijiste eso —le empujé lejos y le pegué en el hombro.

—Vamos, amore —me intentó volver a abrazar pero yo me alejé, riéndome.

—¿Así que ya no soy principessa?

Amore suena mucho mejor.

—Theo, abro —identifiqué la voz de mi hermano y supe que fue una mala idea quedarme a dormir con Theodor .

—Hay veces que creo que sales con mi hermano con tanto que entráis y salís de la habitación del otro —murmuré antes de entrar en un armario, dejé un pequeño hueco para poder ver.

Theodore se rió, pero una vez entró Draco paró y fingió estar leyendo una revista (Vogue, para ser exacta, que había traído yo y se me había olvidado hace dos días).

—Ah, hola —saludó Theodore lo más casual que pudo.

—Necesito que me ayudes con algo —se sentó en la silla de estudio de Theodore, el italiano se sentó en su cama listo para escuchar.

—Te escucho.

—A lo mejor tengo una cita con Astoria —un poco más y chillaba en el armario, me tapé la boca para no emitir ningún sonido —, pero ella me ha dicho que saldría hoy conmigo solo si vienes y sales con su hermana Daphne.

Daphne Greengass llevaba años detrás de Theodore, hasta habían salido dos veces oficialmente el anterior año. Theodore nos había dejado claro que no iba a volver con Daphne ni aunque le pagaran mil galeones.

Eso no iba a cambiar, ¿cierto?

—Sé que no volverías con ella, pero es solo una cita, no significa que tengas que ser su novio —lo intentó convencer,

Odié a mi hermano por un momento.

—Draco, eres mi mejor amigo pero no.

—Vamos, por favor, recuerda que me debes un favor.

Claro, cuando le tiramos mi té por accidente en la cabeza, como no olvidarlo.

—Pero no ese tipo de favor, ¿vale?

—Theo, míralo también como una forma de disculparse por haberte besado a mi hermana —Theodore se quedó helado y suspiró frustrado.

—Ya te dije que lo sentía por eso, estaba muy borracho esa noche y me quería divertir, ¿vale? No quiero volver a discutir contigo por eso —le pidió Theodore exasperado, capté como miró en dirección al armario por un segundo, le di una sonrisa falsa.

Sabía que mentía, pero no significaba que no me doliera.

—No todos los días te dicen que tu mejor amigo se lió con tu hermana que casualmente se odian desde que se conocieron —escupió con ironía —. Lo pasado es pasado, Theo, y sé que jamás harías algo como eso, pero por favor, solo ten una cita con Daphne, hoy a las cinco, ¿sí?

—De acuerdo —mi corazón dio un vuelco cuando escuché que accedió.

Draco se fue de la habitación de Theodore y seguido yo salí del armario preparada para irme, Theodore me agarró de la muñeca impidiéndome ir.

—Sabes que no me gusta Daphne, principessa —me intentó atraer hacia él.

—Pero ella no —dije cansada, me deshice de su agarre, él la buscó como la otra vez, pero esta vez yo no estaba bromeando —. Y hoy es nuestra primera cita, me ibas a dar una sorpresa, pero vas a una cita con Daphne.

Bella, no vamos a hacer nada, te lo prometo —me dijo acariciando mi mejilla —. Y tendremos nuestra cita mañana, ¿vale? —no dije nada —. Lo hago por Draco, no por Daphne, amore, no volvería con esa loca jamás —me rendí y me dejé atraer por él, quien dejó un beso en mis labios que yo seguí.

—Eres idiota, Nott.

Un idiota che ti vuole.

Lo dejé pasar por esa vez.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora