d i e c i s i e t e

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THEODORE

Me despertaron labios dulces repartiendo miles de besos por toda mi cara entre suaves risas y unos dedos recorriendo mi mandíbula con lentitud.

Buongiorno, cara mia.

Bonjour, mon amour.

Si seguía hablándome en francés iba a repetir lo que hicimos el día anterior, porque no, no salimos de mi habitación en todo lo que quedó de día. Sus apetecibles labios atraparon los míos en un corto beso de buenos días suficiente para darme las energías suficientes para despertarme. Agarré sus mejillas y me levanté apoyándome en el cabezal de la cama, Addie me siguió sin parar de besarme y apoyó sus manos en los costados.

Sus manos acabaron parando en mi pecho desnudo mientras yo la empujaba hacia mí con mi mano en su cintura.

—Mujer cásate conmigo.

—Cálmate, ni tu novia soy, Nott.

—¿Soy Nott otra vez? Ayer no gritabas lo mismo —ella se sonrojó aún más, me reí de su reacción y ella me miró mal.

—Eres insufrible —arrugó la nariz a la vez que lo decía y se apartaba para buscar su ropa.

—Eres una monada cuando te molestas —me levanté también para vestirme.

—Calla —me tiró algo, siguiendo la acción le tiré una de mis sudaderas en su cara al ver que no encontraba su jersey, ella la cogió mientras se reía.

Se puso mi sudadera por encima de su sujetador, le quedaba bastante ancha, me relamí los labios y aparté mi vista para dejarla vestirse sin que la comiera con la mirada.

—¿Crees que pregunten dónde estábamos? —me preguntó preocupada antes de irse.

Quería que todos supieran que estábamos saliendo, que la quería, pero no quería que su hermano me rompiera la cara ni que se enfadara con ella, además, ni siquiera habíamos tenido nuestra primera cita ni éramos nada formal, decirlo así como así solo aumentaría mis posibilidades de acabar con madame Pomfley.

—Si preguntan dices que estabas en la biblioteca y yo diré que estaba en mi habitación —respondí sin muchas ganas, me cansaba de mentir.

Y ella también, pero era lo mejor.

—De acuerdo —la agarré de la muñeca y la atraje a mí, ella sonrió de lado al sentirme otra vez.

—¿El miércoles una hora antes de las clases de Astronomía en la Torre? —ella asintió con gusto.

Se puso de puntillas para darme un beso y antes de que pudiera reaccionar ya se había ido de mi habitación.

Me dejé caer en mi cama con una sonrisa embobada, acariciando el anillo dorado con dulzura.

Merlín, ella era demasiado perfecta para mí.

Me quité el anillo para verlo mejor, no me lo había quitado desde que me lo dio. Pasé mi pulgar por el grabado elegante del corazón, luego miré el interior del anillo, como siempre, las iniciales de Adelaide Narcisa Malfoy estaban grabadas en cursiva.

Y las iniciales T. O. N debajo.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora