c u a t r o

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*primera publicación el 4 de agosto de 2024, 18:03*
*editado el 16 de octubre de 2024, 20:52*

ADELAIDE

Mi primera mañana escolar se podría haber resumido en soportar a Snape, ignorar a Theodore, ayudar a Enzo con no estamparse con alguna columna y consolar a Pansy con su perdida de maquillaje, prometiéndole ir la semana que venía a Hogsmade con ella para comprar cosas.

Iba en los pasillos con mi uniforme sujetando el libro de Defensa, Historia de la Magia y Transformaciones y mi pluma y pergaminos corriendo lejos de Matteo, quien me perseguía queriendo recuperar su paquete de cigarrillos.

Aquella escena me recordaba bastante a Dylan y a mí, escapando de una furiosa Harriet de cuarto quien nos perseguía en busca de sus cigarrillos.

Suerte que lo dejó en quinto después de que Dylan le insistiera tanto.

Dylan...

Dylan era un año mayor que nosotros, pero a partir de tercero fue al mismo curso debido a que faltó un curso entero por un grave problema de salud que le detectaron: una maldición de sangre inquebrantable que desapareció de su familia por tres generaciones, pero de alguna manera u otra resurgió en Dylan.

Los Quebert siempre estuvieron malditos, todo el mundo lo sabía.

—¡Malfoy, devuélveme eso! —me gritaba por los pasillos, sin aire por estar riendo, hablando, riendo y corriendo a la vez. La gente le miraba como si estuviera loco (tampoco se equivocaban tanto) y otras suspiraban.

Me giré para ver si me estaba alcanzando cuando me choqué contra un chico haciendo que todo se cayera de mis manos incluyéndome a mi misma. Me maldecí internamente.

—Lo siento mucho, no estaba... —paré de hablar al ver el castaño que tenía enfrente.

¿Tenía que ser él?

—Mira al correr, principessa —se levantó de mal humor, ni siquiera me ayudó.

—No me llames principessa, Theodore,  y gracias por tu ayuda —dije con notorio sarcasmo lo último, Theodore ni se volteó y me dejó ahí tirada recogiendo, qué caballero.

Y mi tinta se había derramado.

—¿Ayuda, mademoiselle? —preguntó Adrian a mis espaldas, asentí y él me ayudó a recoger pergaminos, hasta llevó los libros por mí —. Te puedo prestar mi tinta, si quieres.

—Muchas gracias, Adrian, no como a ese cenicero de mierda —él se rió del apodo que le puse a Theodore y caminamos juntos hasta mi clase de Historia de la Magia, me puso los libros en mis manos con cuidado y sacó una cajita de tinta y me la tendió.

—Un regalo de bienvenida, belle —un ligero rubor se instaló en mis mejillas y lo cogí agradecida.

—Vamos, par de idiotas, la clase empieza —Theodore pasó por en medio de nosotros, golpeando mi cabeza con su pluma.

—Bueno, tiene razón. Me voy a mis clases, nos vemos —me guiñó un ojo y yo entré a la clase de Historia de la Magia, muy emocionante, lo sé.

Rodé los ojos al ver que solo quedaba un sitio libre al lado de Theodore o Weasley, y prefería a Theodore si hay que ser sincera. Vi que Pansy estaba sentada al lado de Granger y no pude evitar articular traidora, por lo que ella junto las manos pidiendo perdón.

¿Y en qué momento Mattheo había llegado antes que yo?

—¿No podrías haberte ido con Pucey? —me preguntó aburrido, estábamos casi al final de la clase así que el profesor no nos podía oír.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora