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ADELAIDE

—Addie, por favor, ves al entrenamiento conmigo —me rogó Pansy durante diez minutos —. No has asistido a ninguno en los dos meses que llevas en Hogwarts, vamos, verás lo patéticos que son algunos y nos podremos reír, y si Theodore se cae de la escoba me reiré contigo, te lo prometo —no pude evitar reírme de su ocurrencia.

—¿Alguna otra razón por la que quieres que vaya contigo? —se quedó en silencio y me miró inocente.

—Podrás ver a tu querido Adrian...

—Pansy.

—Vale, a lo mejor quiero ver a alguien —¿estaba volviendo a tener sentimientos por mi hermano? La amaba, pero no.

—¡Pansy! ¡Me dijiste que ya habías superado a mi hermano! —le pegué en broma con una revista en la cabeza, ella se rió conmigo.

—No es tu hermano —negó con la cabeza —. Es Blaise.

¿Acaso estaba escuchando lo que estaba escuchando? Me preguntaba aún procesando la información.

Blaise siempre tuvo un pequeño flechazo por Pansy, no se le notaba mucho porque lo ocultaba genial, pero casi todos nuestros amigos lo sabían e intentamos darles señales a mi mejor amiga, pero ella o estaba por Draco o por, últimamente pero al parecer ya no, Hermione.

—¡Por fin! —exclamé emocionada para luego taparme la boca, ella me miró extrañada pero lo ignoró.

Quería ser su dama de honor y madrina de sus hijos.

—¿Así que es un sí? —asentí con la cabeza.

—¿Pero Blaise es jugador? Que yo sepa no.

—No, pero estará en las gradas —me dijo emocionada, negué riéndome y nos preparamos para ir a ver a nuestro equipo entrenar.

Rebusqué en mi armario algo cómodo, ya que seguramente iba a pasar ahí un buen rato. Encontré un jersey blanco y debajo una térmica para evitar el frío, era muy friolera, unos pantalones vaqueros negros anchos y mis Ugg's favoritas. Cogí mi bolso favorito, uno rojo vino de cuero, y metí mi móvil, algo de maquillaje, unos cascos, mi libro favorito El arte de ser nosotros y una baraja de UNO.

Y sí, todo cabía en el bolso, una chica siempre se las apaña para que todo le quepa.

Las dos salimos de nuestra habitación, nos encontramos a Adhara, la castaña estaba sentada en un sillón dibujando a cierto Slytherin que conocía demasiado bien, uno que vivía conmigo y le enseñaba a cuidar de sus rizos.

—¿Con que Riddle? —Pansy y yo dijimos a la vez, apareciendo detrás de ella, apoyándonos en el respaldo del sillón.

Addy cerró su cuaderno de dibujo sonrojada.

—Tu secreto está a salvo con nosotras —ella nos sonrió —. ¿Vas con nosotras a verlos entrenar?

—Adivino, Nott y Zabini —Pansy asintió y yo negué arrugando la nariz, Addy se rió, se levantó del sillón y se vino con nosotras.

Las tres Slytherin entrelazamos nuestros brazos con las otras, Addy iba en el medio, Pansy en la izquierda y en la derecha. Primero fuimos a las cocinas para coger galletas y zumos que guardamos en la bolsa de Pansy.

Una vez en el estadio de Quidditch nos sentamos en las gradas y sacamos todo lo que habíamos traído. Pansy buscaba en su mirada a Blaise por las gradas y Adhara no podía disimular que buscaba a Matteo mientras yo preparaba todo.

—Parecéis que vais a hacer un picnic —Blaise apareció y se sentó con nosotras al igual que Tom, quien me sorprendía que apareciera, y Enzo. Eran los únicos chicos de nuestro grupo que no practicaban Quidditch, antes lo hacían pero decidieron retirarse.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora