c i n c o

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THEODORE

La mocosa me chantajeó con mi propio mechero para ayudar a hacerle la redacción de Flitwick y por ello me dormí una hora menos, por lo que tenía un humor de mierda.

Estuviste muy obligado, como si no te pudieras comprar otro mechero y ya.

Era mi mechero favorito, ¿vale?

Seguro.

El punto es que desde entonces no me dirigía palabra y necesitaba molestarla. Me imaginé que iba a estar más agradecida pero luego pensé: ¿yo haría lo mismo? Y mi respuesta fue que no, así que no le gasté ninguna broma ni le arruiné nada, pero al verla tan emocionada preparándose para salir a Hogsmeade con Pansy, Granger y Pucey me motivó.

Estaba sentado en la silla con ruedas de mi escritorio cuando vi que tenía la puerta entreabierta, me incliné un poco para poder ver mejor y observé cómo la rubia aplanaba las pequeñas arrugas casi invisibles de la falda negra que se había puesto mientras se miraba al espejo de cuerpo que tenían, luego procedió a quitarse el jersey del uniforme. Yo no era tan indecente como para quedarme mirando, así que aunque quisiera, aparté mi vista y cogí un libro por si me pillaba. Unos minutos después decidí volver a mirar y llevaba puesto un jersey blanco de Ralph Lauren, le sentaba genial. Repasé su atuendo de arriba a bajo y debía de admitir que tenía buen estilo, las botas largas le quedaban genial al igual que las mayas negras y la diadema negra. Y el dorado le quedaba genial, aunque yo prefería el plateado.

—¿Qué miras tanto? —Draco preguntó distraído, buscando el libro que se dejó en mi habitación hacia unos días.

A tu hermana.

—Nada, un bicho.

Salió de su habitación y esa vez sí que dejó la puerta bien cerrada y hasta con llave, yo rápidamente cogí el libro de nuevo y fingí leer. Bajé un poco el libro para mirar si ya se había ido, efectivamente sí.

Mi plan empezaba ya.

¿No eres ya lo suficientemente mayor como para arruinar los planes de los demás por aburrimiento?

Calla.

Cogí mi chaqueta, mi permiso y mi monedero para salir de la habitación para alcanzarla sin que se diera cuenta. Draco me miró raro pero siguió con lo suyo.

Vi cómo Pucey aparecía y le tomaba de la mano y la empujaba hacia él dándole un beso en los labios, haciendo que la rubia se sonrojara un poco y se riera nerviosa pero le seguía el beso, luego ambos se cogieron de la mano y se dirigieron donde Pansy y la Gryffindor, preparando sus permisos para ir a Hogsmeade para que el profesor les diera el permiso. Saqué mi permiso del bolsillo minutos después de que los tres Slytherin y la Gryffindor se fueran y una vez me lo revisó fui en busca de la rubia, su cabello era más identificable. Los cuatro fueron primero a una tienda de cosméticos y entré con unas gafas de sol y una mascarilla para intentar pasar desapercibido.

—Este color te pega, Pans, y a ti este, Mione —¿Ya estaba con los apodos con Granger? —Y mira esta colonia, Adri, huele genial —¿Con Pucey también?

—A mi me gusta más tu perfume —el moreno se acercó más y olió su cuello, haciendo que Adelaide lo empujara con una sonrisa —. Sí, me gusta más ese.

¿Dónde estaba la horrible de Granger cuando de le necesitaba? ¿Y Pansy?

Primero de todo hice una foto de los dos, por si me algún día la rubia me amenazaba con algo y yo tenía algo con lo que chantajearle. Guardé mi móvil y pasé por en medio de los dos, separándolos fingiendo que quería mirar un pintalabios o un rubor, lo que sea que fuera la cosa que estaba mirando porque estaba demasiado ocupado en oír la conversación, para cuando se volvieran a acercarse demasiado fastidiarles.

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora