v e i n t i c u a t r o

587 37 0
                                    

ADELAIDE

Los exámenes me tenían a su merced, y con ello no me despegaba de Hermione Granger porque ella se ocupaba de mantenerme despierta en nuestras horas de estudio.

No era la mejor en los estudios, la verdad, en cambio Draco sí que lo era, era naturalmente inteligente, él podía no estudiar y entrar en el too 3 de las mejores notas de clase tranquilamente.

Yo era todo lo contrario, mis sobresalientes eran un infierno de conseguir.

Cada vez que se acercaba la temporada de exámenes trimestrales en Ilvermorny me aislaba de casi todos, menos de mi grupo de estudio, solo para trabajar por mi aprobado.

Lo mismo pasó en Hogwarts, solo que no avisé y no me di cuenta.

—¡Addie! —Pansy me alcanzó por los pasillos, aligeré mis pasos pero no paré de caminar —. Vamos todos a las Tres Escobas a por una cerveza de mantequilla, ¿vienes? Incluso Tom se ha animado, el amargado le dio por ir.

—Lo siento, llego tarde a mi sesión de estudio con Hermione.

—Pero Addie...

—¡Mierda! ¡Pansy te amo pero no puedo nos vemos te quiero mil adiós! —la interrumpí, saliendo corriendo del pasillo para dirigirme a la biblioteca.

A medida que entraba a la biblioteca mi respiración se iba ralentizando y dejaba de correr, me fijé que había poca gente en ella, solo algunos de Hufflepuff y Hermione. La Gryffindor tenía una pila de libros grande y se mantenía ocupada en un manuscrito que estaba escribiendo. Me senté al lado suyo y empecé a sacar mis cosas de la bolsa.

—Creí que estarías en Hogsmeade, están todos ahí.

—No puedo, me faltan temarios por repasar —suspiré, me hice un moño improvisado con una coletera que siempre tenía en mi brazo.

—Has estado una semana y media sin salir.

—¿Y?

—No aguantas ni dos días sin salir de Hogwarts.

—Quiero aprobar Pociones y Encantamientos, sin hablar de Defensa, Historia, Astronomía, Herbología...

—Ey, relaja —Hermione me dio un apretón en la mano, reconfortándome —. ¿Un café?

—Claro.

Bebí el primer sorbo de café y me puse manos a la obra con mis apuntes de Pociones. Me quedaba de vez en cuando dormida en las clases de Snape (eran demasiado aburridas para mí) y el profesor tampoco le caía ni me caía bien, así que a la hora de hacer exámenes estaba muerta.

Más muerta que los padres de Harry.

Los apuntes siempre me los pasaba Draco o Tom, Hermione de vez en cuando lo hacía, y los tres tenían una pésima letra.

Me sorprendía de Tom, pero parecía que escribía sus apuntes en ruinas.

Hermione las hacía con taquigrafía.

Lo de Draco solo eran jeroglíficos.

Me rendí una vez Hermione se fue al lavabo y aproveché para dormirme, el café no me hacía efecto desde años.

Pasaron horas desde que cerré los ojos, era obvio, cuando desperté estaba en la cama tapada con sábanas. El olor a cigarros, que odiaba, y chocolate inundaba mis fosas nasales. No era ni Draco ni Mattheo, era Theodore. No me alarmé, después de todo éramos pareja oficialmente. El medio italiano estaba en su escritorio escribiendo en un pergamino bajo la tenue luz de una lámpara. Me levanté sigilosamente de la cama y rodeé por detrás mis brazos alrededor de su cuello, dejándole un beso en la mejilla.

—¿Qué tal has dormido? —me preguntó en un susurro, antes de darme un pico en los labios.

—Mejor de lo que esperaba. Gracias por traerme —él solo asintió, concentrándose de nuevo en el pergamino.

Estaba haciendo un ensayo de veinte centímetros de pergamino que Snape nos pidió.

—¿No que ya lo tenías hecho? —esta vez mis brazos ya no estaban abrazándolo por detrás, mis manos estaban jugando con las pequeñas ondas que tenía en el pelo.

—Para ti —me acerqué a él con ternura.

Theodore sabía que necesitaba estudiar para los exámenes, pero los deberes no me facilitaban el trabajo y hacían que me estresara más.

—No hacía falta, Theo.

—No has venido a las Tres Escobas —cambió de tema de conversación y giró la silla con ruedas para mirarme.

—Tenía que estudiar —Theodore puso su mano en mi cintura, haciendo mi corazón ir de setenta a mil por hora.

Sus dedos se habían colado debajo de mi jersey.

—Llevas dos semanas estudiando, cara mia —se acercó a mi oído, su aliento haciéndome cosquillas.

—Sabes que los exámenes me importan —mordió levemente mi lóbulo, me aguanté un jadeo.

—Pero necesitas un descanso —bajó sus labios a mi cuello, eché mi cabeza atrás para dejarle más espacio —. No lo reprimas.

No sé en qué momento pasó, pero acabé sin mi parte de arriba y con Theo encima mío.

Nota:

LO SIENTO SÉ QUE ES ABURRIDO AHORA PERO TENGO TREMENDO BLOQUEO Y A DURAS PENAS QUE PODIDO ESCRIBIR ESTO

OS QUIERO

LOVE U ALL 🫶🏻

𝐒𝐨 𝐇𝐢𝐠𝐡 𝐒𝐜𝐡𝐨𝐨𝐥| ᵗʰᵉᵒᵈᵒʳᵉ ⁿᵒᵗᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora