22. Crisis

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Las clases del día terminaron y, después de comer algo en la cafetería, salimos del instituto. El frío invernal me dio de lleno en la cara y logró despejarme un poco la mente; seguía pensando en lo que me había dicho Daniel.

Ya era más que obvio que me gustaba Lucas, pero no tenía claro en qué posición me dejaba eso. En el pasado había salido con varias chicas y creía que sentía atracción por ellas, especialmente por Amber. Ahora ya no estaba seguro de nada...

Lo que sentía cuando estaba con él era muy diferente a cualquier cosa que hubiera vivido antes. Y eso me confundía mucho. Daniel me había recomendado no darle muchas vueltas al tema y dejar que todo fluyera, pero no podía...

Necesitaba saber quién era y conocer a la persona en la que me había convertido en estos últimos meses. Algo había cambiado en mí o, tal vez, siempre había sido así, pero ahora era consciente de ello.

—¡Brian!

Iván me gritó y me sujetó a tiempo; estuve a punto de darme irme contra el suelo porque no vi el escalón que tenía delante.

—Gracias por evitarme la caída—dije.

—De nada. —Mi amigo se ajustó las gafas y me miró fijamente—. Estás raro desde la fiesta... ¿Es por Lucas?

Asentí y le conté lo que me rondaba por la cabeza. Mi amigo me escuchaba con atención. Luego cogió el móvil y se puso a buscar algo en Internet.

—Aquí está, escucha—seguimos andando mientras Iván leía el artículo—: existen diferentes orientaciones sexuales y las que pueden encajar en tu caso son gay, bisexual, pansexual o queer.

—Vale—respondí —. Una persona gay siente atracción por los hombres y una bisexual por hombres y mujeres, indistintamente. ¿Qué es pansexual?

—Pansexual es la persona que siente atracción por otra persona, independientemente del género que tenga—explicó mi amigo.

—¿Y si no tengo claro dónde encajo? —pregunté.

—No importa, puedes vivir sin necesidad de poner etiquetas y dejar que todo fluya; explorar libremente tu sexualidad. Con el tiempo puedes descubrir que encajas en un grupo u otro, o no—aclaró Iván—. Espera, creo que esto se conoce como movimiento queer.

—Interesante—musité.

Llegamos hasta la parada del autobús y nos subimos; mi amigo iba al club deportivo y yo a rehabilitación en el hospital. Durante el trayecto me contó los pequeños progresos que había hecho con Daphne y me alegré por él.

Recordé algo y le pregunté:

—¿Sabes si les ha pasado algo a los Scott? Ni Daphne ni Daniel han venido a clase hoy...

—Hablé con Daphne anoche y todo parecía ir bien. Pero le escribí esta mañana y no ha leído mi mensaje. El entrenamiento de hockey sigue en pie.

Miré mi móvil y vi que mi amiga no se había conectado en todo el día, algo bastante inusual en ella. Le había escrito a Daniel hacía horas y seguía sin respuesta.

—Daniel tampoco me ha contestado...—observé.

—Ahora saldremos de dudas—dijo Iván.


Como todavía era temprano para ir al hospital, acompañé a mi amigo hasta el edificio del club deportivo. Nos sorprendimos al encontrar a un buen número de personas apostadas frente a la entrada. Iván y yo intercambiamos miradas de incredulidad.

—Aquí pasa algo raro—inquirió.

—Ya lo creo.

Nos hicimos hueco entre la gente y vi la cabellera rubia de Lucas y a Jack, la pareja de Daniel, con expresión preocupada. También estaba Patrick, el amigo de Clarissa. Me acerqué hasta donde estaba Lucas.

Ilusiones de invierno ©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora