24. Sospecha

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La noticia de que la familia Scott estaba siendo investigada por la policía se corrió como la pólvora. Todos esperábamos que salieran indemnes de este escrutinio y que su reputación no se viera gravemente afectada.

Estábamos preocupados. No sabíamos nada de Clarissa, Daphne ni Daniel desde hacía varios días. Lucas había tratado de sonsacarle información a su padre, pero sin éxito. La investigación policial seguía su curso y ahora los Scott estaban en su punto de mira. No había nada que pudiéramos hacer por ahora.

Jack, Iván, Nozomi, Lucas y yo nos reunimos después del instituto para hablar del tema y desahogarnos. Fuimos a una cafetería que estaba muy poco concurrida; algo necesario para que los oídos ajenos no estuvieran atentos a nuestra conversación.

—¡Es imposible que Daniel esté metido en temas de drogas!—gritó Jack enfadado.

—Y Daphne tampoco—añadió Iván.

—Yo tampoco lo creo, no le veo sentido—dijo Nozomi—. La gente que se mete en trapicheos suele ser por dinero, algo que no parece faltarle a los Scott.

—Lo único que sé es que se encontraron restos de drogas en el contenido de las botellas de refresco que se utilizaron en la fiesta que organizaron— explicó Lucas.

—¿Dónde estaban las botellas y los vasos?—preguntó Iván—. Recuerdo que Daphne los estaba buscando cuando limpiábamos al día siguiente de la fiesta.

—Daniel y yo los buscamos por toda la casa y no aparecieron... Tampoco estaba en el contenedor de la basura—respondió Jack.

—Se lo habrá llevado alguien que no se quedó con nosotros por la noche —inquirí.

—Buena teoría...—admitió Nozomi—. Pero, ¿por qué querría llevárselo?

—Para ocultar pruebas de que nos habían drogado—dijo Jack.

—O para chivarse a la policía e incriminar a la familia Scott—añadió Iván posando su mirada sobre Lucas.

No me gustaba nada el rumbo que estaba tomando la conversación. Nos estábamos poniendo tensos y empezábamos a decir cosas sin sentido. Aunque era bastante extraño viviendo de Iván.

—¿Qué quieres decir?—pregunté—. Dudo que Lucas tenga algo que ver en esto.

—Pregúntale a él; su padre es policía.

—¿Qué insinúas? —La voz de Lucas sonó fría como un témpano de hielo.

—Vas a una fiesta, ves drogas y cuando nadie mira, coges pruebas y se las llevas a tu papá para que le pongan una medalla del mejor poli del mundo...

—No soy un chivato—masculló Lucas—Además, los Scott son como una segunda familia para mí. ¿Por qué iba a querer hacerles daño?

—¿Dónde estaban tu hermana y tú cuando nos levantamos al día siguiente y nos pusimos a limpiar? —preguntó Jack mirando a Lucas.

—Mi madre nos llamó a Julia y a mí muy temprano, cuando todos dormían, para que volviéramos a casa enseguida. Había surgido algo que no viene a cuento—respondió Lucas.

—¿Qué pasó exactamente? —insistió Iván.

Tenía que poner fin a este absurdo interrogatorio. Había más teorías que nadie contemplaba y ninguna prueba. También había oído lo suficiente a lo largo de mi vida como para saber que los Scott no estaban en una situación tan grave; solo eran culpables de haber organizado una fiesta.

—También cabe la posibilidad de que fuera alguien externo quien metiera la droga y sacara las botellas...—expliqué—. La policía puede que haya estado un tiempo siguiendo alguna pista que los haya conducido hasta ellos. Es muy fácil colarse en un chalet como ese y pasar desapercibido...

Ilusiones de invierno ©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora