Capítulo 16

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Liam:

Me encontraba al borde de la locura, no sé porqué motivo a mi abuelo y a mi papá se les dios por trabajar conmigo hoy. Pese a que el cocinero se encontraba enfermo, teníamos suficiente personal como para remplazarlo.

Bueno, tal vez, no nos haría mal una mano, pero... ¿Por qué ellos?

Me había levantado de un humor magnifico después de detectar que la guerra con Elle se enfrió un poco, por más que no me importara. Porque no lo hacía, no me importaba en lo absoluto lo que esa chica opinara de mi o cómo le cayera.

¿Ah, sí?

El punto es, había entrado al trabajo con mi mate y una sonrisa de punta en punta hasta que vi a mi abuelo armando las mesas y a mi papá reproduciendo tango en los parlantes.

Sus visitas al restaurante venían acompañadas de presiones.

Eso es lo que pensaba mientras cocinaba unas pastas y mi abuelo me hablaba al lado.

-Aprendiste mucho en los últimos años, quién sabe, capaz sos el Allister que va a expandir el negocio.

-Cuanta fé me tenés.- Solté entre carcajadas nerviosas.

-Me di cuenta de que sos un miembro fundamental para el restaurante.

Mientras más halagos me hacía, peor me sentaban.

-¿Por qué lo decís?

-Nos va mucho mejor desde que trabajas acá.

-Nos va mejor porque acá nació la jockey del momento, abuelo.

-No seas estúpido, las carreras a caballo no venden tanto como el fútbol. Nos va mejor porque aportas mucho con tus ideas, hacer un sitio web no ayudó muchísimo, ahora la gente puede ver nuestras reseñas.

Por supuesto que a un anciano de sesenta y ocho le iba a parecer una idea revolucionaria tener un sitio web en siglo veintiuno.

-Tal vez las carreras no venden, pero la movida feminista que hay detrás de ella sí. Además, en esta zona a todo el mundo le gustan los caballos, no hables como porteño.

-¿Porteño? No digas tonterías. ¿Te olvidas que yo abrí este restaurante mucho más joven que vos? ¿Sabés lo difícil que es salir adelante en un pueblo?

Ahí estaba otra vez su discursito. Por la mirada de consuelo que me echó Cata al buscar una bandeja supe que no debía de tener buena cara. Amasé con más fuerza.

-Sí, capaz no tengo tu edad, pero vivo en el mismo pueblo y soy muy consciente de lo difícil que es abrirse camino desde acá.

No soy fanático de responderle a mi abuelo de mala manera, es solo que últimamente mi paciencia era casi inexistente.

-No me gusta tu tono.

-Es que ya me sé toda tu historia de memoria, me parece hermosa y todo, pero no necesitas repetirla cada que nos vemos, en vez de eso, podrías preguntarme cómo estoy, por ejemplo.

-Los jóvenes de hoy en día, no agradecen nada.

Me mordí la lengua.

Liam, no hables.

-No estarías haciendo nada de tu vida si no fuera por este restaurante.- Esa fue la gota que rebalsó el vaso.

-¿Qué no estaría haciendo nada?-Deje de amasar para míralo a los ojos.- ¿Y vos qué sabés? ¿Acaso alguna vez vos y papá me preguntaron qué haría de mi vida si no siguiera el maldito legado familia?

La Carrera Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora