Liz

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20/11/2017

07:21

No dormí en toda la noche, no puede decir con certeza cuándo el sol comenzó a levantarse.

Rota.

Estaba rota.

Ni siquiera sabía porqué llorar, si por toda la porquería que me había dicho Liam o por el hecho de que estuve años enamorada de alguien que no sentía lo mismo.

No lo entendía, ¿Qué carajo había hecho mal? ¿Por qué no podía mirarme y simplemente querer besarme? ¿Tenía algo malo?

No soy perfecta, lo sé, pero.... No lo entendía.

Tampoco era tan fea, ¿no? Tenía lindos ojos y buenos atributos.... ¿Acaso eso no es todo lo que los hombres quieren?

Estúpida, fui una estúpida por creer que Liam podía sentir algo por mí. Imaginé señales  donde no las hay, siempre lo hice. Así como toda la vida rogué para que un día él se levantará y me viera de la misma manera, que se enamorara de cada parte.

Ingenua niña.

Si enserio me creía tan terrible como lo había pintado ayer, entonces lo entendía. Pero no era necesario ser tan duro, mirarme y decirme que básicamente era una porquería de persona luego de tantos años juntos.

Me encontraba.... vacía. A menudo sentimos un enjambre de emociones a la vez, superponiéndose entre la lógica y el sentir hasta que somos incapaces de distinguirlas, los que genera un sentimiento de, justamente, vació. 

¿Por qué me importaba tanto después de todo lo que dijo ayer? ¿Por qué dolía tanto? 

Una parte de mí quería creer que había una explicación lógica para sus hachazos. Pero ni siquiera llamó, ni siquiera amagó con parar de soltar cosas por la boca cuando ya no pude contener las lágrimas.

Le puse todo en bandeja de plata: mis sentimientos, mis sueños, la parte más débil y oculta de mí.

Estúpida, estúpida, estúpida.

Egoísta, caprichosa, una chica que jugaba con las personas, una manipuladora... Segun mi mejor amigo, de repente, yo era eso. 

¿Por qué? ¿Por un puto audio?

Quería gritar de la impotencia. La cabezas me daba vueltas en círculos en aras de encontrar una explicación a cada una de mis preguntas

Liam Allister jamás había sido mío, no sé qué me hizo pensar que sí.

Ilusa.

¿Lo peor? Podría haberme tragado todo y no quedar aun más patética, pero no lo hice, fui tan estúpida como para contarle lo que me pasaba,creyendo que algo en él se activaría. 

Sin más, me encoraba como una porquería viviente. 

Egoísta.

Caprichosa.

Victima.

Tuve que morder la almohada para callar mis sollozos, no tenía la energía suficiente para explicarle a nadie lo que había pasado.

Sucia, me sentía sucia.

Tuve que vomitar una tres veces hasta que el estomago me dejo de dar vueltas. 

Ni siquiera me importo que mi celular cayera dentro del inodoro, tampoco tenía fuerzas para llorarle al dispositivo. Me senté en el piso frió, aprovechando la frescura para ordenar mis pensamientos, intentando callar las voces burlonas de mi cabeza. 

Me hice amiga de ese corazón vacío y lo eché rencor, ira, violencia. Asocié cada emoción con cada letra de su nombre hasta el hartazgo. 

Aniquilé cualquier deseo para solo quedarme con uno.

En una semana me iba para seguir un sueño, uno el cual dependía solo de mí y ningún imbécil con aires de superioridad me lo iba a arruinar.

La realidad es que yo perdí a Liam esa noche al igual que él a mí.  

La Carrera Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora