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— ¡Te he dejado pasar muchas actitudes indecentes que un príncipe como tú no deberían de hacer! —, El rey hablaba con mucho enojo a su hijo mientras lo sostenía de los hombros para que sus miradas se encontraran. —... ¿Y así es cómo me lo pagas?

Luego de aquella escena en donde Jimin demostró sus habilidades con el arco y flecha en el valle, ganó la competición y reclamó su propia mano así evitando casarse con el príncipe Jungkook. El padre del doncel prácticamente lo arrastró hasta sus aposentos para reclamarle sus acciones incorrectas.

— ¡Tu sabes que esto no es lo que yo quiero!

— ¡Esto no se trata de lo que tu quieras o lo que no quieras, Jimin! —. El rey alejo sus manos de él y comenzó a caminar exaltado por el salón de dormir de su hijo. —. Dejaste en ridículo a aquellos príncipes, ¿Sabés que los reyes de los otros reinos podrían tomarlo como una ofensa?

Park Jimin humedeció sus carnosos y secos labios con su lengua, no se arrepentía de haber demostrado su postura, pero sabía que las consecuencias de sus acciones podrían ser severas luego.

— ¿Qué importa si se ofenden? —. Replicó. — No voy a vivir mi vida según los deseos de otros reyes.

El rey se detuvo en seco, girando para enfrentar a su hijo con una mirada penetrante, casi como si le salieran llamas por los ojos.

— Tu actitud egoísta podría desencadenar una guerra.

Jimin apretó los puños, tratando de mantener la calma. No era su intención poner en peligro a su pueblo, pero tampoco podía soportar la idea de un matrimonio sin amor, de ser una pieza más en el tablero político.

— No se habla más. En un par de horas te casarás, quieras o no con Jeon Jungkook o sino despídete de tu libertad que tienes aquí y del respeto de tu reino. — El rey volvió a girarse para acercarse a la puerta. — Ahora prepárate para tu casamiento.

Jimin sintió un nudo en la garganta, sus palabras parecían quedarse atrapadas en un mar de emociones. Sabía que su padre no bromeaba y que la amenaza era real.

— Padre, por favor... — intentó una vez más, su voz quebrándose.

Pero solo recibió el golpe de la puerta, su padre habia ignorado sus peticiones.

El salon central, los reyes de los distintos reinos discutían acaloradamente, sus voces resonaban en el espacio grandioso mientras debatían la actitud del príncipe Park.

— Es un joven impulsivo —intervino la reina del Este indignada por la situación. — Tal vez aún no comprende las implicaciones de sus acciones.

— Impulsivo o no, esto no puede quedar así. — Agregó el rey y padre de Taeyong, enojado por las acciones del príncipe. — ¿Para qué fueron esas pruebas si al final iba a decir que no?

— Dejo en ridículo a las excelencias y a los príncipes que compitieron por él.

—¿Y qué se supone que hagamos si su propio padre no puede controlarlo? —preguntó sarcásticamente otro conde.

Mientras la discusión continuaba, las puertas del salón se abrieron y entró el rey Park, padre del príncipe Jimin. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y rabia. Se adelantó hacia la mesa y levantó una mano para pedir silencio.

—Majestades, por favor, escuchen mis palabras —comenzó el rey Park, con voz firme —. Mi hijo ha actuado de manera insensata y yo, como su padre y como rey, les pido disculpas por su comportamiento.

Los reyes guardaron silencio, sus miradas fijas en el monarca que había entrado. El rey Park prosiguió.

— Entiendo la gravedad de la situación y les aseguro que la boda se llevará a cabo según lo planeado. Les pido que nos den un par de horas para resolver este malentendido. Jimin será convencido de la importancia de esta unión con Jeon Jungkook.

Destino Flechado ↑Kookmin↓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora