Cap.25

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Porque después de contestar a @kendallgirlsch vi que ya hacía un mes de mi último capítulo y me supo mal. Anda, esto como perdón por haber estado tanto tiempo sin publicar, pero que conste que mis vacaciones aún no han terminado :)

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Desperté con la respiración agitada y con un calor tremendo. Abrí los ojos y me asusté un poco al no ver mi familiar techo sobre mi cabeza, pero apenas tardé unos instantes en recordar que estaba en casa de mi novio.

No me extrañó estar completamente sudada, pues el chico rubio tenía medio cuerpo sobre el mío, y apenas podía moverme. Escuché sus leves ronquidos y me pude asegurar que estaba completamente dormido, al igual que yo hacía unos momentos.

Levanté su pierna con cuidado de no despertarlo y comencé a levantarme del sofá para respirar algo de aire fresco. Cuando logré sentarme y quitarme mi pegajoso cabello de la cara, Kendall se removió incómodo y murmuró algo que no pude entender. Puso su mano en mi parte del sofá y al notar un hueco vacío, comenzó a alarmarse.

—¿Carol?—susurró sin levantar la cabeza ni abrir los ojos. Aún estaba medio dormido.

— Shh, shh, tranquilo, estoy aquí—le dije para que se calmara. Se tranquilizó, y como por arte de magia, volvió a caer en las garras del sueño, emitiendo de nuevo esos leves pero adorables ronquidos.

Conseguí levantarme de ahí, y cuando lo hice me percaté de que iba desnuda. Ay, madre. 

Busqué entre todas la ropa revuelta que había por el suelo y alcancé la camiseta de Kendall, que no estaba muy lejos de la mía. Me la puse, y al encontrar mi ropa interior, también. Olí la camiseta. Su perfume aún estaba ahí y me reconfortó.

Algo se iluminó más allá de de la oscuridad. Era mi móvil. Caminé hacia él y miré los mensajes que me habían enviado. 

Uh, vaya. Dieciséis mensajes. Todos de... mamá.

— ¡Kendall, Kendall!—grité—. ¡Kendall, despierta!

Corrí hacia él y cuando sacudí sus hombros se despertó de golpe, alterado, desorientado y confuso, pero listo para protegerme. Se apartó el flequillo de la frente con un acto muy gracioso y miró a su alrededor, en busca del peligro. No lo encontró.

— ¿Qué? ¿Qué pasa?—susurró asustado.

— Siento despertarte de golpe—me disculpé—, pero son las tres de la madrugada y no les he dicho a mis padres que iba a salir. Logan es el único que sabe que fui a tu casa, pero supongo que él tampoco se esperaba que me quedara hasta tan tarde. Ya sabes, yo no lo esperaba. No pensaba que iba a suceder... mmm... ya me entiendes—dije ruborizándome al final.

— Sí, sí.—Sacudió de nuevo su cabeza—. Perdona, es que estoy un poco desorientado.—Suspiró—. ¿Qué vas a hacer ahora?

— No lo sé. ¿Le digo a mi madre que estoy bien y que regresaré por la mañana?  ¿Y si me pregunta adónde estoy? Aún no he leído sus mensajes. Si le digo que estoy contigo, sabrá lo que significa eso, y no creo que le haga mucha gracia... De lo contrario, tendría que decirle que estoy en casa de una amiga, pero yo sólo tengo a Logan, así que decirle que me he quedado en su casa también se haría un poco raro, ¿no crees?

— ¿Y Logan no te puede apoyar en esto? O sea, dile que le diga a tu madre que fuisteis al cine y que te quedaste dormida y que luego él dejó que durmieras en la habitación de invitados... ¿no?

—No, no se lo creería. Siempre que me he quedado dormida en casa de Logan, me ha traído de vuelta a la mía, y no se va a tragar eso, mucho menos ahora que acababa de salir de un resfriado. Además, no voy a despertar a Logan, seguro que está durmiendo.

—¿Tu crees? Yo creo que se ha ido de parranda y está por ahí borracho, como hace siempre—bromeó y comenzó a reírse. Lo miré con mala cara y detuvo su risa, con cara de asustado.

— Tenemos que encontrar una solución. ¡No puedo decirle que me he acostado contigo!

 —Caroline Green—me regañó con la voz ronca, por culpa del sueño—. Tienes diecisiete años. Soy tu novio. Que nos acostemos es lo más normal del mundo, a saber cuántas veces tus padres se habrán acostado a las espaldas de tus abuelos. Míralo por la parte buena. Tu madre también ha sido joven y lo entenderá. Dile que estás conmigo. No pasa nada.

— Oh, oh, por la parte de mi madre no pasará nada, pero te puedo asegurar que como esa información llegue a las manos de mi padre, te va a querer castrar y luego va a quemar tu casa—dije con exageración—. Bueno, tal vez me he pasado. Por cierto, estás desnudo.—Me reí.

Kendall volvió su cabeza hacia abajo y sonrió con vergüenza mientras se tapaba con las manos como podía y por suerte para él, yo le hice el favor de darme la vuelta para que no pasara más bochorno. Empecé a reír mientras se ponía sus bóxers y cuando regresó al sofá, me senté con él.

— Está bien, está bien. No me apetece quedarme sin casa ni sin...—Se detuvo y negó con la cabeza. Comencé a reír de nuevo mientras se ponía colorado—. Da igual. Tú ya me entiendes.—Se volvió hacia mí—. Entonces, ¿cuál es tu solución?

— No tengo solución. No me agrada ninguna de las opciones que tenemos.

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Spring Breeze {Kendall Schmidt}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora