Spring Breeze {Kendall Schmidt}

Cap.1

Sorprendí a Logan tapándole los ojos por detrás. Escuché su risa y mi corazón dio un vuelco, hacía tanto que no le oía reír... Desde que pasó lo de Kendall todos estábamos más felices, como si hubiéramos vuelto a nacer. Y sé que Logan también se encontraba mejor al ver que yo era feliz, sabía que mi novio era un chico con el que se podía confiar.

-¿Quién soy?-Pregunté con alegría, notando los pasos de Kendall acercarse a nosotros por detrás. Le había adelantado un poco.

-Mmmh... No sé, ¿Una pirada que ha venido a incordiarme?-Bromeó. Le pegué una cachetada y estalló en risas.- Hey, Carol, qué bien que estés aquí. ¿Cómo fue tu cumpleaños?

-Genial, Kendall me preparó una velada estupenda.-Tomé la mano del rubio, que se había sentado junto a nosotros. Ellos se dedicaron una sonrisa. Me agradaba que después de todo, se llevaran bastante bien.- ¿Qué haces?

-Veo el entreno de béisbol. James juega en el equipo, y quiere que vaya el sábado a verlo también en el partido. La verdad es que de pequeño se me daba bien todo esto, pero desde que me fracturé la rodilla, lo he dejado.-Suspiró.

-Sí, vaya, recuerdo eso.-Negué con la cabeza.- Pero aún podrías jugar de nuevo, ¿No?

-No lo creo. Ya ni siquiera tengo tiempo, con todos los estudios, y cuando mis padres tienen que trabajar fuera debo cuidar a mi hermana y no puedo salir. Así que supongo que el béisbol tendrá que caer en el olvido.

-Pesimista.-Fingí una tos mientras decía esa palabra. Kendall rió por lo bajo.- Bueno, pero hace buen tiempo. Podríamos salir todos juntos.

-Podríais venir conmigo al partido del sábado.-Dijo mirándome. Sentí que lo suplicaba con los ojos.- Voy a estar solo, y no quiero aburrirme.

-¿Pero James no estará contigo?

-James estará jugando.-Rodó los ojos como si fuera obvio.- Además, Amanda es porrista y va a estar animándolos, no puedo dejar a mi amigo solo en esto. Desde que rompió con ella, no se soportan.

Su amigo. Sí, desde que Kendall y yo salíamos, y James estaba soltero, Logan se había hecho mucho más amigo de él. Me sentía un poco celosa, sinceramente.

-Mmm...-Miré a mi novio. Él confirmó mi respuesta al asentir, así que me volví hacia Logan de nuevo.- Bueno, no veo por qué no. Aunque no sé si deberíamos ir después a la fiesta...

-Será divertido.-Me animó el pelinegro.- Como la prepara el consejo de estudiantes, no va a haber bebidas alcohólicas, lo han prohibido por los alumnos más pequeños. Y apenas terminará de noche, supongo que a las seis o las siete de la tarde. Podéis hacer más cosas después de eso.

-Después de todo, no está tan mal.-Dije curvando los labios en una sonrisa.- ¿El sábado entonces?

-¡Sí, a las doce del mediodía! Comeremos allí.-Besó mi frente.- Te quiero, Carol. Me voy con James.

Logan se levantó del banco y casi corrió hacia el castaño. Yo me quedé con Kendall, me acerqué más a él y dejé reposar mi cabeza en su hombro. Maldita sea, se sentía tan bien estando así.

-Kendall...-Susurré. Él volvió la vista hacia mí, contemplándome con afecto. Di un beso corto en sus labios y me levanté un momento para sentarme en sus piernas. Él me acunó como si fuera un bebé, abrazándome para que no me cayera. Era tan adorable.- ¿Cuándo vas a retomar los estudios?

Dio un suspiro entre cortado y miró el instituto, con deseo pero a la vez con pereza.- No lo sé... En septiembre, supongo. Podremos ir juntos, así. De todas formas, quiero dedicarme un poco ahora a mi vida, no me apetece estar estresado por los estudios.

-Oh. ¿Y crees que podrías jugar con Logan y con James al béisbol?

-Mmm... Lo dudo. No soy bueno en los deportes, sólo se me da bien el fútbol.-Negó con la cabeza.- Aún así, ni siquiera conozco a una quinta parte de los adolescentes que vienen aquí, así que podrían burlarse de mí si no lo hiciera bien.

-No digas esas bobadas, nadie se burlaría de ti. De hecho, casi todas las chicas se quedan babeando cuando pasas por su lado.-Gemí. Él ahogó una risita.-No es gracioso.

-Qué le vamos a hacer, Carol, soy un partidazo.-Soltó una carcajada.- Pero tú sabes que sólo me tienes para ti.

-Claro que lo sé. Y me conformo con que te quedes leyendo libros de William Shakespeare. ¿Qué más quieres?

-Nada, linda. Lo tengo todo ahora.