Cap.9

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-Me alegro de que te lo hayas pasado bien con Kendall, cariño. ¿Quieres que te traiga la merienda?-Preguntó con amabilidad mamá mientras me sonreía desde la puerta de mi habitación. Seguramente, ella creía que él y yo habíamos estado teniendo sexo.

-No gracias, no tengo hambre. -Le contesté con una sonrisa.

Mi madre cerró la puerta y me dejé caer en mi cama boca arriba, soltando un suspiro enorme. Estaba realmente agotada.

La mañana con mi novio fue espectacular. Creo que lo mejor de todo fue despertar junto a él, pero no debo olvidarme del hermoso paseo que dimos por la senda llena de cerezos ya con flor, en camino a la cafetería para pedir nuestro desayuno. Sí, fue un poco exagerado, pero Kendall estaba empeñado en ir a Starbucks, cuando en realidad, a mí me parecía un sitio para pijos.

Luego volvimos a su casa, tuvimos maratón de películas mientras encargábamos dos pizzas para comer y nos besamos hasta que nuestros labios nos amenazaban con sagrar.

Y ahora aquí estaba yo, necesitando urgentemente una ducha y algo para relajarme. Dos días con mi novio habían sido agotadores. Juntos no parábamos de hacer actividades.

Me despojé de toda mi ropa y me metí dentro de la ducha. Me enjaboné y me aclaré, disfrutando de cómo el agua corría por mi tensa y dolida piel. No era por hacerme la señorita, pero siempre tuve la piel muy sensible. Y eso me ha ocasionado varios problemas.

Un día, cuando éramos pequeñas, Amanda Evans me mordió en el brazo. Por culpa de tener los dientes tan afilados y la piel tan delicada, comencé a sangrar y se me hizo un hinchazón. Tuve que ir al médico por su culpa. Aunque bueno, ella y yo hemos pasado cosas peores. No me apetece recordar tantas estupideces. Prefiero tomar una siesta.

Salí de la ducha y me sequé el cuerpo, cubriéndome con una toalla para llegar a mi habitación sin que nadie me sorprendiera. El que sí que me sorprendió fue mi móvil, que sonó cuando justo iba a ponerme la ropa interior. Abrí mis conversaciones en Whatsapp y esperando un nuevo mensaje de Kendall, me encontré con uno de un número desconocido. 

Desconocido: Holiz <3

Carol: ¿Quién eres?

Me quedé un poco asustada debido a que no tenía foto de perfil y su estado constava de tan sólo cuatro palabras. "La muerte es vida".

 Desconocido: Tengo tu diario.

Me quedé helada. ¿Tenía mi diario? Un momento. Yo no tengo diario personal.

Carol: Basta de tonterías y dime tu nombre.

Desconocido: ¿Que ya no te acuerdas de mí?

Carol: En serio que te voy a bloquear si no te conozco. Ni siquiera tienes foto de perfil para que te pueda reconocer, o algo que me indique quién eres. 

Desconocido: Te doy una pista; mi nombre empieza por N.

Me quedé pensando unos momentos. Realmente no conocía a nadie que su nombre empezara por ene, salvo a una niña que la llamaban Nina que vino conmigo a la escuela, y otro niño que se llamaba Noel al que conocí en el dentista. Aunque al chico sólo lo vi un día y ya no más, y a la chica la tenía agregada desde que Whatsapp comenzó a funcionar en mi móvil.

Carol: ¿Te has cambiado de número, Nina?

Desconocido: ¿Nina?

Carol: ¿No eres Nina?

Desconocido: ¿Quién es Nina?

Carol: ¿Eres Noel, entonces? Hace mucho tiempo que no te veo.

Desconocido: No sé de qué me estás hablando. Me parece patético que te hayas olvidado de mí en tan poco tiempo.

Carol: Muy bien. Vamos ser claros. Si tu objetivo es que adivine quién eres a base de preguntas, lo haremos a tu manera. ¿Chico o chica?

Desconocido: Jajaja, chica.

Me desconecté unos segundos, al recordar que seguía enrollada con la toalla. Dejé el móvil en la cama y fui a mi armario a vestirme, tomé el pijama y me recogí el cabello en un moño desecho. Por fin podía estar cómoda. Cuando volví, me enteré de que la persona desconocida había mandado varios mensajes.

Desconocido: ¿Más preguntas?

Desconocido: Oh, vaya, te has desconectado. Esto no funciona así.

Desconocido: No me ignores.

Desconocido: Realmente pareces tonta, Caroline. ¿No sabes quién soy?

Desconocido: Me extraña que tu supuesto novio te pueda aguantar algunas veces.

Carol: Nancy.

Tecleé eso con bastante miedo. Si era Nancy, la chica de la fiesta la que no paraba de mandarme mensajes de texto, ¿Cómo había conseguido mi número?

Nancy: ¡Bravoooo! Ya era hora que a la princesita le funcionaran algunas neuronas.

Carol: ¿Cómo has conseguido mi número?

Nancy: Tengo contactos.

Carol: No te conozco. Me das miedo. ¿Para qué quieres hablar conmigo?

Nancy: Me caíste bien, chica. Y por cierto, odio tu foto de perfil.

Salí de la conversación y miré mi foto de perfil. Salíamos Kendall y yo, él abrazándome por detrás, como una pareja de enamorados, que es lo que éramos. No le veía nada malo. ¿Tal vez ella estaba celosa porque no tenía novio?

Carol: Basta ya. No quiero hablar más contigo. 

Vi que ponía "escribiendo..." en la parte de abajo de su contacto, pero ignorándola profundamente, apreté el botón izquiero de mi teléfono y la bloqueé. Esto comenzaba a darme escalofríos.

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Ok, chicas, esmeraros un poco más... en el anterior capítulo sólo hubo un comentario :(

Spring Breeze {Kendall Schmidt}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora