Cap.5

746 63 10
                                    

Llegamos al club donde se celebraba la fiesta. El exterior era tan sólo un local alquilable, pero dentro era dónde estaba toda la marcha.

No era como esas fiestas de discoteca donde todos acababan meando en las macetas y teniendo sexo en medio de la pista de baile, esto era muchísmo más civilizado. Había niños de doce años que bebían ponche, los de último curso estaban sentados celebrando no se qué, Logan le sonreía coqueto a una chica que jamás había visto y James discutía con Amanda. 

Todos iban con smoking y vestido, por suerte, ninguna chica se pasaba con una mini-falda.

-Vaya, qué ambientazo.-Bromeó Kendall.

Tomados de la mano, ignoré a mi amigo, sabiendo que había notado mi presencia. Pero el muy capullo, seguía ligando sin control con esa rubia. Aún tenía que preguntarle dónde había estado esta mañana.

-Estás espectacular, Caroline.-Dijo una voz masculina y sexy por detrás de mí. Estuve a punto de sacarle el dedo del medio, pero no lo hice. Me di la vuelta y lo miré con mala cara.- Esta es Sophie. Me está acompañando esta noche.

Sentí la mano de Kendall tensar un poco nuestro agarre. Maldición, su hermanita pequeña, la que fue abortada por culpa de su padre, también se llamaba así. Pobrecito.

-Enhorabuena.-Dije con mala gana.

-Oye, hermosa, vé a traer unos refrescos para los dos, ¿Vale? -La chica asintió.- No tardes, belleza.

Observé como la muchacha de buen cuerpo se daba media vuelta y caminaba con ligeros pasos hacia la máquina. Era realmente bonita; pelo rubio completamente liso que le llegaba casi a la cintura, ojos color marrón azabache, una altura muy buena para ser mujer y tenía forma de reloj de arena. Lo único que le fallaba era el escaso acné de sus mejillas, pero la hacía ver adorable.

-¿Qué pasó?-Preguntó confuso Logan.- ¿Estás enfadada?

-Voy a charlar un poco con James. Os dejo solos.-Susurró Kendall a mi oído, dejando un besito de regalo en mi mejilla. Me ruboricé y luego volví a concentrarme en el moreno.

-¿Estás enfadada?-Repitió.

-No, ¿Por qué iba a estarlo?-Pregunté con sarcasmo.- Sólo porque te hayas acostado con Amanda Evans, porque te fueras esta mañana y no me dijeras dónde, porque ocasionaras una discusión entre mi novio y yo y porque ahora te vea con otra chica realmente guapa. ¿Crees que iba a enfadarme por eso?

Suspiró y asintió.- Lo siento. He sido un imbécil. ¿Te lo puedo recompensar?

-No. Me puedes decir lo que pasa contigo.

-Hey, hey, relájate, ¿Sí? Te expliqué lo de Amanda esta mañana. Estaba borracho. Me fui con James porque estaba discutiendo con ella, al igual que lo hacía hace un rato. Ellos están llevando muy mal esto de la ruptura, no se soportan y acaban insultándose. Por eso estaba tardando.-Negó con la cabeza.- No quería quitarte tiempo para arreglarte, sé que esto de ir guapas a las fiestas es muy importante para vosotras las chicas.

-Bien. ¿Puedes acabar de contestarme?

-No sé por qué habéis tenido una discusión Kendall y tú, pero como son problemas de pareja, yo no me meteré. Y... Bueno, Sophie es la hermana mayor de una amiga de Presley. Vino a recoger a Hayley de mi casa y nos conocimos, conectamos y la invité a venir a la fiesta hoy. ¿Terminaste con el examen?

-Yo... Ehm, sí, supongo que sí.-Murmuré avergonzada. Este chico realmente tenía respuestas para todo.

-Toma.-Dijo la voz de la rubia mientras volvía y le daba su refresco a Logan.

-Carol, nosotros vamos a bailar.-Sonrió.- Nos vemos luego.

Asentí con un gesto de cabeza y le recolcé contra la pared. Así que después de todo, Logan no era tan mujeriego.

Caminé hacia mi novio. Estaba sentado bebiendo de un zumo y veía la telenovela en directo que emitían Maslow y Evans. Sonreí por su cara de abobado y me senté en sus piernas, robándole jugo al succionar de la pajita. Frunció el ceño y luego me miró con una cara de enfadado, aunque sabía que no lo estaba.

-Green, eso era mío.

-¿Ahora me llamas por mi apellido? Como cambió eso de llamarme "cariño" a llamarme Green. ¿Te parece correcto, Schmidt?

Rió y negó con la cabeza.- En absoluto, Green.-Repitió riendo de nuevo.- ¿Bailas?

-Claro.

Me levanté de un salto y caminamos hacia la pista. Podía observar a los niños mirarnos, con curiosidad, pensando en su futuro cuando ellos encuentren a su media naranja. Eran todos tan monos.

Sonó una canción lenta. Posé mis manos en sus hombros, y él deslizó las suyas hasta mis caderas. Tenía perfectas vistas hacia sus hermosos ojos, que me miraban con dulzura. Sonrió y apoyé mi cabeza en su pecho, esuchando el latido de su corazón mientras me acunaba al compás de la música.

Lo miré. Sentí que el mundo se paraba en ese mismo instante. Sólo estábamos él y yo.

Sus ojos se fueron cerrando a medida que se acercaba a mí, yo imité sus actos y nuestros labios se rozaron, originando un suave y lento beso aún moviéndonos por la pista. No fue nada desagradable, no éramos la clase de pareja que buscan el beso apasionado mientras se frotan bailando. Lo nuestro fue muy dulce. Incluso la gente que había mirándonos, comenzó a aplaudir y me separé avergonzada, con las mejillas al rojo vivo.

-Ohhh, ¡La parejita feliz se besó! Ahora es cuando el sapo se convierte en príncipe, ¿No? ¿O no era así? Porque sinceramente, el sapo sigue igual de feo. Y la princesa... Bueno, la princesa tampoco es una cosa hasta allá.

Me giré con ferocidad convencida de encontrar a Amanda burlándose de nosotros, pero ella estaba sentada sola en un extremo del local. En lugar de eso, había una chica desconocida, vestida con ropa negra y vaqueros rasgados. Llevaba su pelo carbón tintado con mechas rojas, unas botas de roquera anticuadas y maquillada también con cosas oscuras.

-¿Quién es?-Le susurré a Kendall.- ¿La conoces?

-No la había visto en mi vida.

Spring Breeze {Kendall Schmidt}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora