Cap.2

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Cuando mi novio llamó al timbre, mi corazón saltó de alegría. Iríamos al partido de béisbol y luego a nuestra primera fiesta como pareja. 

Me había recogido el pelo en una coleta alta, llevaba unos pendientes de plata que me había regalado mi mamá para mi cumpleaños, mis jeans rasgados no faltaban y me puse una camisa de cuadros roja y negra. Obviamente, calzaba mis vans azules.

Abrí la puerta y me encontré con lo que menos me esperaba. Kendall subió la mirada y frunció el ceño confuso, luego se echó a reír. ¡Maldita sea! Llevábamos la misma camisa.

-¿Hasta aquí hemos llegado? ¿Ya somos esa clase de pareja?-Pregunté abatida. Él rió nuevamente.

-Bueno, supongo que tenemos el mismo gusto para este tipo de cosas. No te lo tomes a mal, Carol.

-Esto queda feo, Kendall, iré a cambiarme.

Pero antes de que me diera la vuelta, me atrapó cogiéndome del brazo.- No queda feo, linda, justo al contrario. Así todos pensarán que al final estamos saliendo, ¿No crees? -Sonrió.- No podrás estar celosa por que las otras chicas se tiren encima de mí.

-Alto ahí, vaquero, que no eres tan deseado. Has pasado de ser extremadamente tímido a tener un ego demasiado alto. Anda, vámonos.

Reí y cerré la puerta de detrás de mí. Miré a mi novio y él cogió mi mano, entrelazando la mía con la suya, como una verdadera pareja. Diablos, ¡Me encantaba tanto tener a un chico para mí! Subimos a su coche y tras un viaje de comentarios estúpidos y de la ropa en que habíamos coincidido, llegamos al estadio de béisbol. Divisé el pelo negro engominado de Logan y bajé del auto para ir en su dirección.

-Hey, buenos días.-Lo saludé desordenando su cabello. Me miró con cara de pocos amigos y luego apartó mi mano de su cabeza, intentando volver a poner sus pelos bajo control. Escuché la risa de Kendall por detrás.

-No-to-ques-mi-pe-lo.-Me advirtió enfadado. Luego, suspiró.- Vinistéis.

-Claro.

-Vamos a tomar las entradas ya, James está abajo en los vestidores, cambiándose de ropa. Van a salir muy pronto. Démonos prisa.

El rubio volvió a atrapar mi mano y detrás de Logan, caminamos hacia la gran cola que había para la taquilla. Estuvimos esperando como unos veinte minutos, esos pasaron lentamente y nos aburrimos demasiado. 

-Pff...-Bufé.- Tengo calor. Esto de estar al sol todo el rato me está matando.

-Quítate la chaqueta, yo la sujeto.-Kendall tiró de la manga.

Me deshice de mi prenda de más y se la dejé a mi novio, él giró las mangas para que estuvieran listas por si me entraba el frío y la dejó reposar sobre su brazo. Esto era realmente dulce.

-Tres, por favor. Gracias.-Dijo Logan al estudiante que se encargaba de las entradas. Se las dio y los tres entramos al estadio.

-Wooow, esto está mucho más grande que la última vez que vine. ¿Cuánto hace de eso?

-La última vez que viniste tenías cinco años, Caroline, han hecho reformas. ¿Sabes que con doce años pasan muchas cosas?

-Sí, sí.-Suspiré. Me estaba agobiando con tanta gente y tanto sol, esto realmente no era lo mío. Tomamos asiento en las gradas, para poder divisar el partido a la perfección. Y con suerte, podríamos atrapar alguna pelota.

-¿Te encuentras bien?-Me susurró Kendall al oído. Asentí con una cabezada.- Si quieres te compro un refresco, estás sudando.

-Tengo mucha calor.-Gemí.

El chico se levantó y caminó de nuevo hacia la taquilla, al parecer, allí también vendían cosas heladas. Dejé caer mi cabeza sobre el hombro de Logan. Tenía que reconocerlo; lo añoraba. Pero ahora las cosas habían cambiado, y pasar tiempo junto a Kendall era una de las cosas que más me gustaban. 

Sentí un bulto a mi derecha y vi cómo una chica se sentaba. Reconocí esos cabellos rubios y rizados al instante, con esos ojos azules y esa sonrisa de cínica que siempre traía en la cara. Vestía el uniforme de animadoras del instituto, demonios, ¿Qué hacía aquí Amanda Evans?

-Está ocupado.-Dije con un tono de advertencia.

-No lo veo ocupado.

-Ahí se senta mi novio. Ha ido a por unos refrescos.

-Oh, Caroline, no seas tan aguafiestas. Desde aquí todo se ve mejor.-Rió. Me tensé con ganas de estamparle el puño en su cara, pero me contení.

-Vete, Amanda. No tengo ganas de discutir contigo ahora.

-¿Quién es tu novio?

-No te importa.

-Sólo estoy tratando de ser amigable contigo, chica.-Se levantó del asiento y le sonrió coqueta a Logan. La aniquilé con la mirada.- Pero ya veo que es imposible. Qué te diviertas... o no.

Se giró y caminó en dirección opuesta, moviendo el trasero a propósito. ¿Qué había sido eso? ¿Amanda Evans había coqueteado con mi mejor amigo?

-Logan.-Dije con enfado.- Logan, escúchame.-El chico me miró con ojos de angelito.- ¿Por qué Amanda te ha mirado de esa forma? ¿Qué has hecho?

-Mandy no... -Se aclaró la voz.- Amanda no me ha mirado de ninguna forma, ¿Sí? Serán imaginaciones tuyas, Carol.

-¡Imaginaciones mías! ¡Eres un mentiroso!-Exclamé fustrada.- ¡Siempre has odiado a Amanda, y ahora la llamas "Mandy"! ¿Sois novios? Exigo la verdad, sabes que no te conviene estar así con ella. Es una mala influencia, es la ex de tu amigo y sólo quiere a los chicos para...

-Carol.-Murmuró con ternura. Luego negó con la cabeza.- No pasa nada entre la porrista y yo. Sólo hubo un día que... que... bueno, que volvía ebrio de una fiesta y... Tú no estabas en casa.-Susurró.- Supuse que estarías cuidando de Kendall en el centro de rehabilitación, así que me quedé esperándote en el banco de delante de tu casa. No quería molestar a tus padres, pues era bastante tarde y estarían durmiendo. Al igual que los míos.

-¿Qué pasó?

-Amanda me encontró. Ella también venía de esa fiesta, y estaba igual o más borracha que yo en ese momento. 

-Os acostásteis.-Dije con voz baja y los ojos llenos de lágrimas.-Perdiste tu virginidad con esa zorra.

-Oye, tengo diecisiete años, ¿Quién dice que aún era virgen?-Rió. Lo miré con advertencia y dio un suspiro.

-No me parece bien esto, Logan. Amanda no te conviene, y lo sabes. Además, tú no eres así, me habrías contado si tuvieras novia.

-Me conoces demasiado.-Miró el cielo.- Pero bueno, sí, fui un estúpido, y malgasté mi primera vez por un capricho de dos adolescentes salidos. A partir de ahí, no queda nada entre Amanda y yo, ¿Me oyes? Jamás ocurrirá algo.

-La llamaste Mandy.

-Fue un acto reflejo. No pensé... Aunque no te tengo el por qué contarte mi vida sexual, soy tu amigo, no un juguete. Tú no me cuentas lo que pasa entre Kendall y tú.

-Esque Kendall y yo no hemos hecho nada.-Susurré.-Ninguno de los dos está preparado.

-¿Quieres decir...? ¿Kendall aún es virgen? Tiene dieciocho.

-No lo sé.-Admití.- Ha sufrido tanto... No creo que haya tenido nunca novia. Soy la primera... Y no voy a decepcionarlo.

Y hablando del rey de Roma, el rubio apareció por detrás de nosotros con tres refrescos. Sonreí cuando se sentó, besé su mejilla y le pasé uno a Logan.

-Creo que a todos nos gusta la Coca-Cola.-Sonrió.- ¿Te sientes mejor, linda?

-Sí. Muchas gracias, Ken.

Spring Breeze {Kendall Schmidt}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora