Té de menta

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Eva.

Hemos hallado está imagen en la habitación del principe.

El aldeano que está al lado del rey, es desconocido para mí. Nunca lo había visto, y creo que eso la puede ayudar.

También... Hemos conseguido información de una posible guerra entre Lardword y Pertenec, Aran hizo un buen trabajo al anotarlo todo en la parte trasera de esta carta.

—Muchas gracias, Bob. —agradeció la princesa.

—Oiga, señorita Eva —habló Bob, captando su atención —Se que no debí  interferir ese día... Pero—suspiro levemente —Estoy seguro de que es una buena aliada para usted.

Eva le dió un leve sonrisa.

—Tienes razón, Bob. No debiste interferir.

Ya con eso se alejo, observando la imagen de aquel aldeano misterioso, el cual lucía muy familiar para ella.

—¿Mamut? —preguntó en un tono elevado, buscando al nombrado —¡Ahí estás!. Mañana hay que ir con Walter a primera hora.

—¿Solo los dos? —preguntó confundido.

—¿Estoy omitiendo a alguien?

—A mi— habló Gorila a su espalda —Princesa, ya he pedido perdón. Deje de ignorarme

—Lo dejaré de hacer, cuando cumpla con la misma cantidad de tiempo con el que tú me ocultaste aquella importante información.

—Me necesitará cuando vaya con Walter. Él es muy peligroso para que vayan usted y mi hermano, solos. —su rostro y su cuerpo se tensaron al pronunciar las últimas palabras.

Eva lo miró de arriba a abajo. Notando que aquella idea le incomodaba.

—¿Tú qué opinas Mamut?— Se dió la vuelta para toparse con él. —¿Crees que no estaremos bien, solos?

Este se quedó en silencio y con un rostro neutro ante la pregunta.

—Walter es un ladrón y asesino peligroso. Además, nunca he estado tanto tiempo sin mi hermano. —dio un pequeño suspiro y luego una pequeña sonrisa —Prefiero que nos acompañe.

Eva no coloco objeción alguna y afirmó la hora del viaje.

A la mañana siguiente, fueron en dirección a el hogar de Walter, tocaron la puerta, pero nadie abrió.

—¿Este, Walter sale muy amenudo?— preguntó Eva.

—De hecho, princesa. Él nunca sale de este lugar...—respondio Mamut en un murmuro.

Abrieron la puerta desde afuera, lo cual activo sus sentidos, ya que eso era muy inusual en aquella tierra.

—¿Walter?.

De repente la puerta se cerró, y quedaron a oscuras, lo único que les daba luz, eran los rayos del sol que se asomaban por el techo de madera.

—Entrar sin preguntar es una falta de respeto... —habló una sombra, que se movía de una esquina a otra.

Mamut y Gorila resguardaron a la princesa, protegiéndola y enfrentándose a la sombra.

—Walter, deja de bromear. —ordeno Mamut.

¿Quién asesino al Rey? (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora