23. Sustos que dan gusto

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Poco a poco te ibas despertando con la sensación de estar un poco fría, Enzo arrebató la
mayoría de las sabanas una vez más, una ocurrencia habitual. La habitación estaba oscura, el reloj digital de tu mesita de noche decía 3:42 A.M. Habías dormido durante unas tres horas.

Mirando hacia un lado, ves a Enzo enredado en las sábanas, acostado de lado, con la espalda hacia a vos. Al escucharlo tararear ligeramente, te acercas a él, te acercas a las cubiertas para que vuelvas a estar caliente y abrazar a tu prometido, enrollando tu brazo alrededor de su abdomen e incluso dormido, se derrite en tu abrazo, un gruñido bajo y suave que se desliza a través de sus labios arrugados.

Él era tan cálido que enterraste tu cara en su espalda, inhalabas su aroma y presionabas algunos besos en sus omóplatos antes de dejar que tu cabeza caiga contra la almohada.

Ya estabas volviendo a tus sueños cuando escuchas el suave murmullo de Enzo. Al abrir los ojos, levantaste un poco la cabeza, acercándote más a él con la esperanza de ver lo que está diciendo, pero sus palabras se estaban derritiendo.

— ¿Gordo?— Susurraste, preguntándote si está a punto de despertarse.

— Mi amor...— lo oyes tararear y luego algo incoherente.

— Acá estoy.— le dijiste en voz baja, besándole el hombro.

— Mi bebé... Te amo...—sigue repitiendo y sonríes suavemente ante la idea de aparecer en sus sueños, pero luego todo se rompe con una sola palabra. — Luci, te amo...—

¿Quién carajo es Luci?

Te despertó  más rápido que una alarma. Sentada, miras fijamente la forma de dormir de Enzo que todavía está en medio de su sueño que aparentemente es sobre otra mujer llamada Luci. No conocías a nadie con ese nombre, así que tiene que ser alguien que solo Enzo conoce y eso era alarmante.

— Mi Lucia... bonita...— las palabras se deslizan a través de sus labios, casi inaudibles, pero te perforan las orejas, son como un puñetazo en el pecho.

Había estado medio desorientado últimamente, pero no lo pensabas mucho, te dijiste a ti misma que es todo el trabajo que ha estado teniendo, pero ahora lo ves desde una luz diferente.

¿Puede ser que Enzo haya estado pasando su tiempo en los brazos de otra mujer? La idea de que él te engañara nunca se te ocurrió, todo estaba siendo tan bueno, estaban planeando la boda para el próximo verano y nunca pareció que se arrepintiera de su decisión de proponerte matrimonio.

Pero, ¿quién es Lucia entonces?

Apenas pudiste quedar somnolienta  después de eso. Enzo dejó de hablar, se enrolla hasta el estómago y duerme tranquilamente mientras te acostas despierta a su lado, pasando por todas las teorías posibles que podrían aparecer en tu mente y te estabas comiendo viva.

En el momento en que el sol se levantan en el horizonte, ya estabas fuera de la cama, encarando para la silla alta de la cocina con tu computadora portátil, desplazándote hacia atrás en el historial, con la esperanza de encontrar una pista que Enzo dejó atrás, pero si realmente te estaba engañando, no sería tan estúpido como para romperse así.

Hiciste un poco de té y abrías sitios de chismes que suelen publicar sobre sus salidas. Odiabas esas paginas, pero ahora quieres saber si ha estado en algún lugar extraño. Desafortunadamente, o tal vez afortunadamente, no surge nada sospechoso, la mayoría de las veces en los últimos meses fue fotografiado con vos o con los miembros de su equipo de trabajo. No hay rastro de otra mujer.

Enzo se despertó con una cama vacía. Era extraño no tenerte envuelta alrededor de él o que no se esté aferrando a vos como un oso koala.

Parpadea un par de veces a través de los ojos hinchados, su mano alisando sobre el otro lado de la cama donde debería estar tu cuerpo. Ni siquiera hace calor, así que sabe que habías estado despierta durante mucho tiempo.

O.S | enzo vogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora