Nid de Colibri | Chat Noir/Adrien x tú

Reina de la Moda

Absolutamente todo París hablaba de lo mismo, ese día en el Grand Palais se llevaría a cabo el desfile de moda de Gabriel Agreste donde invitados especiales acudirían, destacando a la esposa del alcalde, Audrey Bourgeois, una crítica de moda respetadísima al punto de llamarla "reina de la moda". Entendió porque Chloé tenía una actitud tan creída apenas su madre apareció con una actitud altanera, criticando todo lo que podía ver detrás de sus lentes de sol carísimos.

Suspiró encogiéndose en su lugar la moda no era algo que siguiera, mucho menos le apasionada, pero Adrien le había contado la última clase que estaría modelando para el evento, emocionado porque el sombrero que llevaría se lo había diseñado Marinette, que no pudo negarse cuando la invitó a la gala. Ahora se encontraba sentada al lado de Juleka entre los amigos de la chica, esperando a que el evento comenzase.

Audrey creó toda una escena, indignada porque su asiento asignado era en segunda fila y ser ignorada por Gabriel Agreste, decidió irse ofendida del lugar con la cabeza en alto. Chloé imitando las acciones de su madre la hizo sentir pena por ella, debía ser horrible que tu madre te tratara así.

La atención de las personas fue tomada por los reflectores prendiéndose al igual que la música sonando, el evento había comenzado siendo abierto por Adrien en traje negro y sombrero decorado con una pluma gris. Los flashes de las cámaras alumbraban el escenario, ni siquiera la cantidad de gente en el lugar intimidaba al chico, pasó frente de ella volteando a verla unos segundos en los que le regaló una sonrisa digna de un modelo famoso.

Posaba frente a los fotógrafos cuando detrás de él una bomba de brillo dorado dejó ver a una mujer del mismo color con un cetro —. ¿Un desfile sin la reina del estilo? ¡Brillosamente inaceptable! — fue sencillo darse cuenta quien había sido akumatizada —. ¿Y el desagradecido de Gabriel Agreste? ¡Ordeno que se arrodille ante mí!

— ¡Mi padre no está aquí! — Adrien salió a defender a su padre.

— Bueno, si el papi del desastre de la moda no está aquí, entonces tendré que conformarme con su hijo — lanzó un ataque de brillos —. ¡Despedido!

Todo se volvió un caos al ver como había convertido al modelo en una estatua de color dorado, _____ se puso de pie asustada, había reaccionado demasiado tarde así que no debía perder ni un segundo más, se escondió detrás de los tantos remolques que había.

La villana no dudaba ni siquiera de convertir a su familia en estatuas, por suerte Chloé había logrado usar la excusa de ser su ayudante para salvarse, las heroínas llamaron su atención.

— ¡Que horribles trajes! — se tomó de la cabeza horrorizada —. Demasiadas plumas y los puntos son tan del año pasado.

— Pues nosotras somos quienes imponen la moda — dijo la pelirroja mandándole un beso a modo de burla coincidiendo con el ataque de Ladybug usando el yoyo, arma que atravesó el cuerpo de la mujer.

— Les falta mucho para poder ganarme — se rio de ellas empezando a disparar rayos de su cetro.

Esquivaron como pudieron, giraron sus armas para hacer un escudo intentando cubrir el ataque poderoso que les había mandando, ambas salieron disparadas para atrás cuando no triunfaron en eso.

La villana carcajeó teletransportándose cerca de ellas para apuntarles con su cetro, Birella se tensó no encontrando como defenderse del ataque y su compañero no parecía llegar pronto, miró las plumas en su brazo respirando entrecortadamente pensando en si ahora podría hacer algo. La voz de Chloé llamó la atención de todas.

— ¡Mamá! Eh, Reina del Estilo — las heroínas aprovecharon que la villana se volteó para alejarse lo más pronto posible —. Te llevaré a casa de Gabriel Agreste, deja a esas dos, son insignificantes.