Zombesito

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Chloé estaba mejorando como persona, claro que no le podías decir que de la noche a la mañana le dijera a todos cumplidos o que los quería mucho porque su actitud no es así, no la criaron así. Necesitaba tiempo. Incluso varias actividades de la señorita Bustier la habían ayudado muchísimo. Su problema es la gente que no le estaba creyendo, entre muchas tantas la principal enemiga era Marinette, le hacía tropezar en su camino cuando hacía cosas como el quitarle su papel en el video musical de Clara Ruiseño y ahora, ¿cuál era su necesidad de recordar que desde pequeña no había dado ni un solo regalo a su maestra?

Sabrina salió a su defensa diciendo que no celebraba los cumpleaños porque su madre no lo hacía así que tuvo que callarla para que no empezara a contar su vida privada. Ser mejor persona no significaba que se dejaría humillar.

— Todo eso de los regalos es ridículo, altamente ridículo — se cruzó de brazos escondiendo una cajita, Marinette susurró con su amiga que no tenía corazón —. ¡Ah! Claro que lo tengo y si quiero mi papi me puede comprar otro.

La campana sonó anunciando que era hora de ir a clases, todos salieron dejando al par de amigas solas en los casilleros.

Algo que Chloé odiaba es ser humillada y se estaba sintiendo así no por los comentarios anteriores, sino que su regalo también era una bolsita altamente cara, pero la de la peliazul era mucho mejor, se notaban los detalles al ser hecha a mano junto con la frase bordada. Todos habían quedado fascinados con ese regalo, el suyo quedaría como una copia exacta.

El casillero de Marinette había quedado abierto por haberlo cerrado con fuerza, se acercó pidiendo un marcador a Sabrina que se lo dio. Ella no se dejaría pisotear por nadie y si alguien lo intentaba se debía abstener a las consecuencias, rayó el bonito regalo con un dibujo de la chica.

Las clases pasaron de acuerdo con su horario, la hora que todos esperaban ansiosos era la que tenían casi al último con la maestra cumpleañera. El escritorio estaba lleno de regalos y todos la felicitaban según iban llegando.

Bustier tomó el primer regalo, aquella cajita con papel rojo y rosa de la cual sacó la bolsita sorprendiéndose por como estaba rayada con la cara de Marinette mal hecha y tachonadas las palabras que estaban debajo. La chica de coletas se la arrebató sorprendida por la maldad, claramente sabía quien era la autora acusando directamente a Chloé teniendo a todos de acuerdo.

— Tranquilos, no peleen en mi cumpleaños — habló la profesora, tomó de nuevo la bolsa —. Este regalo es maravilloso, la usaré como bolsa de maquillaje y así recordaré a ambas.

— ¿Qué? ¿Va a dejar que se salga con la suya?

Toda la clase se molestó porque la rubia no tuviera un castigo, la atacaban verbalmente llegando a compararla con Hawk Moth por lo mala que era.

— Chicos, por favor — la adulta aplaudió un par de veces para llamar la atención —, cálmense. La clase no es un lugar para insultarnos o difamar.

— No se preocupe, señorita Bustier — por primera vez en toda esa situación habló Chloé —. No me afecta y no tiene que usar esa fea bolsa, mi regalo es mejor puede revisarlo.

Eso había sido una verdadera sorpresa para todos, incluyendo a Sabrina que no se había enterado ni por ser su mejor amiga, la rubia señalaba una cajita forrada de amarillo con un listón plateada. La maestra abrió el regalo encontrándose con una bolsita un poco más grande color blanco con detalles en dorado, tenía bordado el nombre de su maestra en el medio.

— Muchas gracias, Chloé, es un lindo detalle de tu parte.

La sonrisa con que Bustier había agradecido hizo que la sangre de Marinette hirviera en coraje por sentirse totalmente ignorada, claro que la mayor lo notó pidiendo salir para hablar con ella dejando la clase a cargo de Alya.

Nid de Colibri | Chat Noir/Adrien x túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora