Harry se sentó en su escritorio y miró alrededor de las pilas de papeles que se habían acumulado a su alrededor. No sabía qué había estado pensando al aceptar la última promoción que le habían ofrecido. Es cierto, ahora era jefe de su división de Aurores, pero el papeleo ciertamente no era su punto fuerte, y cuanto más alto subías, más papeleo venía con ello.
Que le den, no le importaba. Despejó un espacio apilando los papeles en montones más altos y condensados hasta que finalmente pudo ver el fondo de su escritorio. Cuando lo hizo, sus ojos cayeron en su calendario, más específicamente, en una fecha, el diecisiete de julio. Había llenado el espacio escribiendo Hermione en letras grandes, y al verlo tan resaltado, su estómago se contrajo. Eso estaba a solo una semana de distancia.
El diecisiete era la fecha de parto de Hermione. Era suficiente para hacer que su mente girara. La idea aún le resultaba extraña. Incluso después de ver cómo su estómago crecía progresivamente, nunca había aceptado realmente lo que estaba pasando.
Hermione iba a tener un bebé... sola.
Cristo, daría cualquier cosa por poder hacerse con el bastardo que la había dejado. Lo peor era que ella lo había defendido. Hermione decía que era su decisión, que estaba feliz, incluso emocionada, por su embarazo, a pesar de estar sola. Pero Harry no estaba convencido. A veces la veía mirando por la ventana o mirando al vacío, y sus ojos estaban llenos de una añoranza que casi le rompía el corazón.
–Eh, amigo... ¿Tienes tiempo para uno de los pequeños?– Harry salió de su ensueño al ver a Ron de pie en la puerta con dos tazas de té en la mano. Estaba vestido con un simple par de jeans y una camiseta azul cuando debería estar usando su uniforme de Auror. Si hubiera sido otra persona, Harry podría haberle recordado que se pusiera el uniforme, pero Ron simplemente habría puesto cara de desdén y habría ignorado la orden de todos modos.
–Sí, entra– dijo Harry, trabajando para despejar más papeles mientras Ron se sentaba frente a él. –De hecho, me alegra que estés aquí. Tenía algo de lo que hablar contigo.
Rendirse con el papeleo, Harry levantó la taza de té que Ron había colocado sobre su escritorio. Dio un sorbo y luego miró fijamente a su mejor amigo.
Ron arqueó una ceja. –¿Qué pasa?
–Recibí un informe sobre un incidente en Knockturn Alley– comenzó Harry, y luego esperó a ver si obtenía una reacción de Ron, pero, por supuesto, no la obtuvo. –Un funcionario del Ministerio resultó gravemente herido... Treyman, creo que se llamaba. Viene de una familia adinerada. ¿Has oído hablar de ello? Estuvo en el periódico.
Ron se encogió de hombros. –No leo el periódico... Es demasiado deprimente.
–Entonces no tienes idea de lo que estoy hablando, ¿verdad?
–Ni idea– dijo Ron sin perder el ritmo. –¿Por qué? ¿Necesitas ayuda? No he trabajado en un caso de asalto desde que comencé con la vigilancia. Estoy un poco oxidado.
–No, solo me pareció extraño... Lo encontraron con otro hombre, uno que se rumorea que está involucrado en la esclavitud infantil. Ambos estaban bastante golpeados, casi como si alguien estuviera tratando de castigarlos.
–Quizás lo merecían... La esclavitud infantil es un asunto horrible.
–Quizás– concordó Harry, mientras daba otro sorbo de té. –Pero no hay pruebas de que Treyman estuviera involucrado en tales cosas y ahora está demasiado aterrorizado para hacer una declaración en su defensa.
–Estoy seguro de que había suficientes pruebas... De lo contrario, ¿por qué molestarse? ¿Qué hacía un hombre como él en Knockturn Alley en primer lugar? Dudo que estuviera buscando repelente para babosas carnívoras.
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Más que Recuerdos (Romione)
Roman d'amourUna noche que comienza infligiendo el dolor y el horror de la guerra termina de una forma que Ron nunca había esperado. Una historia de amor que resiste la prueba del tiempo, y de una pasión innegable, incluso ante una traición desgarradora. Escrito...