Ron encontró a Harry, el gemelo de Hannah, en la cocina, comiendo pastel de chocolate directamente del plato. Era una suerte que Ginny lo hubiera estado ignorando, porque lo habría matado solo por eso.
–Sabes, hicieron los platos por una razón–, dijo Ron, sonriendo mientras se apoyaba en la puerta y estudiaba a Harry, preguntándose si alguna vez había sido tan joven y desafiante.
Harry se volvió hacia él con el tenedor a medio camino de su boca. –No vas a decírselo a Ginny, ¿verdad?–
–Nah–, dijo Ron, entrando en la cocina y abriendo un cajón. Encontró un tenedor para él y se sentó junto a Harry. Tomó un bocado, saboreándolo. –Está bueno–, murmuró con la boca llena.
–El mejor–, coincidió Harry mientras se metía otro bocado de pastel. –Ginny hace los mejores pasteles. Nada en Hogwarts los supera–
–Mira–, dijo Ron, cortando el pastel con el tenedor, haciendo una rebanada limpia. –La clave es comer en secciones, no sacar el medio como has estado haciendo. Si lo comes como está cortado, nadie lo notará. Entiendo el asunto de no ensuciar un plato, sin pruebas, pero tienes que hacer que parezca que no se ha comido directamente del plato. Cosas como esas vuelven locas a las mujeres. Estos son años de sabiduría que te estoy impartiendo, muchacho–
Harry se atragantó con el pastel, volviéndose a mirar a Ron incrédulo. –Tienes una mente criminal–
Ron también se rió. –Eso me han dicho. Pero crecí con Fred y George, sin mencionar a la incorregible señorita Ginny. Prácticamente inventaron el pensamiento astuto–
Harry resopló. –Sí, claro, apuesto a que Ginny nunca rompió una regla en la escuela–
Ron tomó otro bocado de pastel y se volvió para mirar a Harry, arqueando una ceja. –¿De verdad crees eso?–
–Bueno, ella es perfecta, ¿no?–
Ron puso los ojos en blanco mientras dejaba su tenedor. –Nadie es perfecto, amigo. Nadie. Ni Ginny, ni tú, y ciertamente no yo–
Harry asintió y miró el pastel. Estuvo en silencio por un rato y finalmente sus hombros se hundieron mientras suspiraba. –Realmente la cagué, ¿verdad, Ron?–
–Te metiste en un buen lío, eso es seguro–, coincidió Ron mientras extendía la mano y ponía una mano en el hombro de Harry. –Leí la carta de Hogwarts–
Harry gimió, volviéndose para mirar a Ron con miseria. –¿Ella te la envió?–
–Sí–, dijo, sacudiendo la cabeza. –Enviaste a un chico a la enfermería... con tus propias manos. No hay razón para eso. Tenemos que trabajar en tu ira, encontrar una forma más constructiva de canalizarla o algo–
–Lo sé–, dijo Harry, mirando sus manos. –Lo estaba intentando, Ron. De verdad lo estaba. Sabes que no quiero cabrearte a ti y a Ginny. Ustedes dos son la única familia que Hannah y yo tenemos–
–Tienes más familia que nosotros. Mira a la abuela y todos los niños. Todos te quieren–, dijo Ron mientras tomaba su tenedor y daba otro bocado de pastel. –El abuelo, Fred y George. Charlie. Bill...–
–Lo entiendo–, dijo Harry, volviéndose para mirarlo con una mirada helada. Sus ojos azules se estrecharon. –Hazme sentir peor, ¿por qué no? La abuela Weasley es peor que Ginny. Ella va a patearme el trasero–
Ron se rió. –Probablemente, pero tengo un secreto que contarte–
–¿Cuál es?–
–Muy pronto la abuela Weasley va a estar tan furiosa conmigo que ni siquiera te mirará a ti–
ESTÁS LEYENDO
Más que Recuerdos (Romione)
RomanceUna noche que comienza infligiendo el dolor y el horror de la guerra termina de una forma que Ron nunca había esperado. Una historia de amor que resiste la prueba del tiempo, y de una pasión innegable, incluso ante una traición desgarradora. Escrito...