Yᴏᴜ Bᴇʟᴏɴɢ Tᴏ Mᴇ - [Tagoti-Omegaverse]

Capítulo 19.

Después de varios días negándose a aceptar el acercamiento, el digidevil finalmente permitió que Homskiy le acompañara a su hogar luego del horario laboral. Anteriormente lo habían hablado y propuesto, específicamente aquel día en el edificio de la empresa productora de ambos cuando Tabi irrumpió en la sala de descanso cuando se encontraba con Ayana, sin embargo, había querido evitar la charla con Solazar sobre porque quería traer a otro sujeto a la casa. No hace mucho había terminado con Jacota, ¿cómo es que podía traer a otro alpha tan pronto?

Asomándose dentro de su hogar, Agoti miró a ambos lados antes de girarse a ver al encapuchado alpha que le acompañaba. Infiltrar a alguien en su casa era difícil, más porque contaban con cámaras de seguridad en todos lados, su familia era algo extremista con la seguridad del hogar, pero servía, eso era lo importante; ahora mismo su misión era ingresar a Tabi, que nadie se de cuenta y luego inventarse una excusa para cuando Solazar lo notara en los registros de seguridad. Si bien la cámara ahora era un inconveniente tampoco intentaría desactivar el sistema de seguridad, con un trabajo como el suyo era evidente que los acosadores se presentarían una y otra vez y conociendo su memoria olvidaría activar el sistema de seguridad una vez que Tabi se fuera.

Ahora que lo pensaba, era una suerte tremenda que hasta ahora nadie haya descubierto que vivía ahí.
Mudarse de nuevo sería una pesadilla, odiaba tener que adaptarse de nuevo a todo un entorno desconocido. No interactuaba con los vecinos, pero sin duda desempacar sus cosas y organizarlas como quería era la peor parte de todas.

— Ven. —Dijo volteando a verle cuando confirmó que no había nadie ahí dentro por ahora.

Dudó, tomando finalmente la mano de aquel ruso que le hizo sentir cosquilleos apenas sus dedos se rozaron. Seguía sin entender cuál era la ciencia detrás de todo este sentir, pero lo indagaría pronto, no era un sentimiento desagradable, así que podía disfrutarlo por ahora. Un poco de gusto no le hacía mal a nadie.

Jalándole hacia el interior de su hogar, se detuvo por un momento para cerrar la puerta con cuidado sin hacer demasiado ruido antes de continuar con su andar hacia la habitación.

— ¿Por qué me escondes? —Preguntó caminando completamente relajado al contrario del omega.— No es la primera vez que vengo a tu casa.

— Si, pero no conmigo. —Le hizo un gesto de que baje la voz.— Ya me han molestado contigo lo suficiente esta semana, no fomentemos eso.

Aquello le hizo sentir una ráfaga eléctrica trepar por su espalda. ¿Lo molestaban por estar impregnado en su aroma? Ahora que lo pensaba, no había hablado con Aldryx sobre este asunto, ¿él estaría de acuerdo con que se estuviera relacionando con su hermano menor? Sonaba algo desleal ahora que lo analizaba bien, pero no había sido algo que él mismo eligió hacer después de todo, el sentimiento nació poco a poco a medida que interactuaban; incluso podía decir que desde antes de saber que era omega ya llamaba bastante su atención, aunque en ese entonces lo manifestaba molestando constantemente al demonio hasta el punto de generar cierta enemistad y competitividad entre los dos. Conocer mejor a Agoti le hizo entender muchas cosas, incluso podía decir que se entendía mejor a sí mismo también, pero aún tenía curiosidad por conocer más allá de su sentir.

Subió las escaleras en silencio y aún sosteniendo la mano del chico frente a el, pasando de largo en aquel pasillo hasta finalmente ingresar en el cuarto del omega. Seguía tan desordenado como la primera vez que estuvo ahí, pero no diría nada respecto a eso. Era como preguntarle su edad a una mujer o el salario a un hombre.

— Perdona el desorden. —Dijo soltando finalmente la mano del extranjero.— No estaba en mis planes invitarte a venir aquí hoy...

En realidad si, ya estaba mentalizado, pero era demasiado vago para ordenar.