Little Freak

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La carrera se reanudó casi una hora después del accidente. Sin ambos pilotos para las escuderías Red Bull y Mercedes respectivamente.

Los medios permanecieron a las afueras del hospital a la espera del alta de Carlos, la cual se dio después de tres días de estar internado. La salida del piloto no pasó desapercibida; las cámaras y los micrófonos se abalanzaron sobre él en cuanto cruzó la puerta.

—¿Carlos, tomarás acciones legales en contra de Max?

—¿Cómo va esa recuperación? ¿Estarás listo para correr, como según informan?

—¿Qué opinas de la penalización que le dieron a Max?

Las preguntas eran disparaban como proyectiles, cada una más invasiva que la anterior. Con la ayuda de su equipo de seguridad, Carlos logró abrirse paso entre la multitud de reporteros y llegar al vehículo que lo llevaría de vuelta al aeropuerto. Debería estar acostumbrado a la prensa, pero en ese momento lo único que quería era estar en su casa y descansar.

El equipo de prensa de Mercedes le indicó que, por el momento, evitara hablar con los medios y mantuviera un perfil bajo, ya que las cosas no parecían ir bien del otro lado. Los rumores volaban y la prensa se apresuró en sacar conclusiones, alegando que la maniobra de Max había sido intencional y poco ética.

Algunos titulares clamaban venganza, mientras que otros especulaban sobre una posible rivalidad creciente dentro de la Fórmula 1.

Carlos, sumido en sus pensamientos, apenas podía soportar el asedio mediático. Sentía que, en lugar de sanar, cada pregunta y cada cámara apuntada hacia él reabría las heridas del accidente.

➤➤➤

Carlos llegó a Londres en un vuelo nocturno.

Cerró la puerta tras de sí, apoyándose un momento contra ella, dejando escapar un suspiro profundo. Su cuerpo aún dolía por el accidente que había tenido y el viaje no había ayudado a aliviar su malestar. El vendaje en su torso le recordaba cada movimiento brusco y cada respiración profunda.

Caco, su primo, había aparecido en su vida como un salvavidas. Había llegado a Londres un día antes para ayudarlo a instalarse y asegurarse de que Carlos no estuviera solo en este momento difícil. Al verlo llegar, Caco se acercó con una sonrisa tranquilizadora.

—Te prepararé algo de comer —dijo Caco, notando la fatiga y el dolor en el rostro de Carlos.

Carlos sonrió débilmente, agradecido por el gesto.

—Gracias por estar aquí—dijo Carlos finalmente, con la voz cargada de sinceridad—No sé qué haría sin ti.

—No hay de qué —respondió Caco con una sonrisa cálida mientras empezaba a preparar algo de comida

Carlos se dejó caer en una silla, sintiendo cómo el dolor se apaciguaba un poco al estar sentado. Observó a Caco moverse por la cocina, agradecido por su presencia.

—El doctor dijo que debías descansar y no hacer movimientos bruscos —recordó Caco mientras sacaba ingredientes del refrigerador. —Pero también mencionó que es bueno que te muevas un poco para que no te atrofies.

—Sí, lo sé —respondió Carlos, frotándose suavemente el vendaje en su torso. —Solo que a veces duele más de lo que esperaba.

—Es normal, tuviste un accidente serio. Pero eres fuerte, te recuperarás pronto —Caco empezó a cocinar, llenando la cocina con el aroma reconfortante de la comida casera.

Together Or Nothing |Charlos|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora