Together Or Nothing |Charlos|

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Carreras, podios, besos robados, citas secretas y una que otra escena de celos eran los momentos que habían marcado la relación de Carlos y Charles desde que decidieron darse otra oportunidad.

Ahora, todo los traía hasta Spa-Francorchamps, el Gran Premio de Bélgica prometía ser impredecible. El cielo nublado y la alerta de lluvia anunciaban que no sería una carrera fácil. Era el final de la primera etapa de la temporada 2025, y ambos habían dado todo lo que tenían hasta ese punto, tanto dentro como fuera de la pista.

Dejando el mundial de pilotos así:

Charles Leclerc (Ferrari) – 227 puntosCarlos Sainz (Mercedes) – 218 puntosMax Verstappen (Red Bull) – 200 puntosSergio Pérez (Red Bull) - 200 puntosLewis Hamilton (Ferrari) – 198 puntos

Una disputa por el mundial de constructores

Ferrari – 425 puntosMercedes – 408 puntosRed Bull – 400 puntos

Pero, en medio de todas esas emociones, había un episodio que sobresalía, uno ocurrido en el Gran Premio de Silverstone, donde los celos de Charles hicieron que el monegasco actuara de una manera que Carlos no olvidaría fácilmente.

GP de REINO UNIDO

Carlos era especialmente cercano al piloto británico, Lando Norris, gracias a sus años en McLaren. Charles había notado las risas compartidas, los comentarios en redes sociales, y aunque intentaba no darle importancia, los celos lo consumían por dentro. Durante el fin de semana del GP, después de una sesión de clasificación, Charles no pudo más.

Antes de que Carlos pudiera reaccionar, Charles lo arrastró hacia una zona poco transitada del paddock, donde las cámaras y el personal no los verían. Apenas llegaron, Charles lo empujó contra una pared, sus ojos ardiendo. Y sin mediar palabra, se lanzó sobre Carlos, besándolo con una intensidad que desbordaba todo lo que había estado reprimiendo.

Carlos apenas tuvo tiempo de procesarlo cuando sintió los labios de Charles bajar por su cuello, dejando un rastro de besos y chupetones que no podían pasar desapercibidos.

—¿Qué haces, Charles? —dijo Carlos, como pudo, su voz entrecortada mientras Charles continuaba, marcando su cuello de una forma casi posesiva.

Charles no se detuvo, y con un tono casi ronco, murmuró entre besos:

—Solo es para que cierto piloto se dé cuenta de con quién estás.

Carlos suspiró, alzando la mirada hacia el cielo, un tanto divertido y al mismo tiempo sorprendido por lo territorial que podía ser Charles.

—¿En serio? ¿Otra vez con ese tema? —preguntó Carlos, aunque no pudo evitar el pequeño escalofrío que recorrió su cuerpo al sentir los labios de Charles en su piel.

Charles levantó la mirada, sus ojos intensos, y sin apartarse del todo, murmuró con una sonrisa peligrosa:

—Es solo para que ese niñito sepa con quién está tratando... y con quién estás tú.

Carlos soltó una risa suave, aunque una parte de él también se encendía por las palabras cargadas de celos de Charles. Con una mano, lo tomó por la nuca, mirándolo directamente a los ojos.

—Sabes que te amo a ti, solo a ti. No hay nadie más, Charles. —La sinceridad en la voz de Carlos era innegable.

Charles asintió, aunque no perdió la actitud desafiante.

—Eso lo sé, sweetie —dijo con una sonrisa pícara. —Solo quiero que a Lando le quede claro también.

Antes de que Carlos pudiera replicar, Charles lo besó de nuevo, esta vez con más calma, pero igual de intenso. El beso los envolvió.