Un glotón cabeza hueca

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4: Un brunch de orgullo
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Descargo de responsabilidad: Bonesboy15 no es propietario de Helluva Boss ni de Naruto . Lo que sigue es un trabajo escrito por un fan-ficción . Contiene situaciones y lenguaje para adultos. Se recomienda discreción del lector.

Un glotón cabeza hueca

Un brunch de orgullo

"Feliz cumpleaños, Loona."

Loona sintió que le ardían las orejas y obstinadamente obligó a bajar la mirada para mirar su teléfono. Este tipo... No podía ser real, joder. Simplemente no podía . ¡Ese abrazo fue demasiado sincero para un "amigo"! ¡¿Quién hace eso?! ¡¿Qué clase de psicópata es tan, tan, tan jodidamente amable con una perra como ella?! Fingió desplazarse por Sinstagram y apenas logró mantener su cola quieta en su intento de mantener la compostura.

—Eh, gracias. —Bien. Qué buena manera de ser una Hellhound segura, ruda e independiente, Loona. Eso es súper atractivo. Miró a Naruto, luego a su teléfono, luego a su estúpida sonrisa, luego a la pantalla y luego a su teléfono nuevamente antes de apartarse un mechón de cabello del ojo para encontrarse con la mirada de sus lindos ojos. —Y eh, no menciones el eh... Ya sabes.

Cuerpo sólido. Abrazo cálido. Olor a violeta. Derretimiento .

—Bien, bien —se rió entre dientes mientras comenzaban a caminar de nuevo.

¿Cuándo carajo aceptó acompañarlo o dejarlo ir con ella? Debería ir... ¿Hacer otra cosa? ¿Qué? ¿Sentarse sola en un bar hasta la hora de la fiesta? Eso no es solo triste, es jodidamente patético. Sin embargo, este extraño silencio no ayudó mucho. Ugh, ¿por qué era extraño? ¿Era él? ¿Ella? ¡Tenía que parar, alguien tenía que decir algo!

—Entonces… —Oh, gracias a la furia siempre ardiente de Satanás, a él tampoco le gustaba el silencio, ¡y estaba dispuesto a romperlo! —¿Vas a celebrar emborrachándote?

"¿Eh? Oh, eh... Sí."

—Genial. Genial, genial, genial. —Naruto asintió y miró hacia atrás, al frente. Todavía llevaba en la mano su pedido de entrega.

… Mierda. ¿Lo estaba reteniendo? Vaya jugada de idiota. Podía ir a hacer algo... No, incluso fingir que le hacía gracia ese pensamiento le dejaba un incómodo calambre en el estómago. Y Loona siempre seguía su instinto. Todavía no la había llevado por mal camino... Incluso si eso la llevaba a que Blitzø la recogiera.

Ella lo miró de reojo y pensó: «Ella conocía ese edificio. Espera, ¿dónde diablos están?» Un complejo familiar que debía haber sido demolido apareció cuando doblaron una esquina... Oh, no. Mierda. Maldita sea.

Ella conocía este edificio.

¿Por qué ? ¿Qué carajo hizo para merecer esta mierda?

—Bueno, eh, tengo que entrar y dejar esto. —Naruto levantó lo que Loona ahora sabía que eran los pedidos de Fatass, Millie y Blitzø. …Eh, no jodas, había tres tazas. ¿Cómo diablos los convenció de hacer el pedido de Fatass?

—¿El gordo...? —Mierda, ¿había dicho eso en voz alta? ¡No le dejes saber que no fue intencional! —Oh, supongo que puedes ver el pedido de Moxxie. —Miró el recibo en la bolsa y resopló, lo cual, bueno, era una suposición justa—. Sí, es difícil no darse cuenta, y tienes razón, no querían hacerlo inicialmente. Yo, en realidad, eh... ¿Prometes no decírselo?

—No prometo nada a cambio de nada. —Loona luchó por curvar sus labios en una pequeña sonrisa y no en el ceño fruncido que quería hacer. En realidad no quería lidiar con la Trinidad de la Idiotez Total, pero allí estaba, ya caminando por el vestíbulo y subiendo al maldito ascensor.