#22 - Espresso

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Ben y sus hermanos solían pasar cada verano en una casa cerca de la playa. Luther, Diego y Klaus salían a fiestas juntos todo el tiempo, pero por alguna razón Ben jamás se sumaba a sus planes, al principio era por no querer dejar a su madre y hermanas solas, pero después se volvió una excusa.

Había pasado mucho tiempo encerrado en esas paredes, convivía con sus hermanos y su madre pero no del todo. Casi siempre estaba más sumido en sus libros, la navegación y en general, aislado.

Aquella noche de verano, había escuchado a sus hermanos hablar sobre la primera fiesta del verano en la playa, y la tradicional fogata.

Acababa de salir de ducharse, entrando a su habitación con el cabello húmedo sobre la frente y la toalla alrededor de la cadera cuando notó que su mejor amigo lo llamaba.

— ¡¿Qué hay de nuevo mi querido Benji?! —se escuchó desde el altavoz del teléfono en cuanto respondió la videollamada.

— Hola, Cam —respondió tranquilo pero con una sonrisa amable.— ¿Otra fiesta en la zona alta?

Su pregunta era principalmente porque escuchaba música al fondo, era de noche y había gente y luces tras él.

— Exactamente, Benny —afirmó sin dudar. Pareció notar a su amigo a través de la cámara y sus cejas se fruncieron sobre sus ojos marrones.— Espera un momento. ¿Qué estás haciendo en casa? Se suponía que este verano sería diferente. El último verano antes de irte a la universidad.

— Lo sé, eso había planeado pero no estoy seguro... ¿Qué tal que termino solo en un rincón como antes o vuelve a pasar lo de...?

— Ben, sólo debes salir de la casa. Estás en la playa ¿no hay alguna fiesta cerca de ahí? —cuestionó el moreno con cierta obviedad.

— Pues sí, la primera fiesta del verano, harían una fogata en la playa.

— ¿Y qué diablos haces en la casa? Ponte esa camisa de rayas que tanto te gusta y ve a divertirte —lo incitó su amigo y por un momento sus palabras funcionaron.

— Voy a intentarlo... —cedió Ben yendo hacia sus cajones y tomando la camisa que mencionó.

— ¡Mi mejor amigo tal vez pierda la virginidad hoy! —exclamó emocionado haciendo que aumentara el bullicio en la fiesta en la que se encontraba.

— Mierda, Cam. No tienes que publicar mi inexistente vida sexual en una fiesta — se quejó, soltando el teléfono en la cama para colocarse la camisa.

— Tal vez hoy exista de una vez por todas...

— Te llamo luego, Cam —canturreó antes de colgar la llamada.

Se colocó unas bermudas color arena y se acomodó la camisa tejida de rayas de tonos azules y beige. Se colocó los tenis y acomodó su cabello antes de salir de la casa.

Caminó hacia la playa esperando no parecer un loco por llegar sin invitación, aunque si eran sinceros, la invitación era bastante pública entre los jóvenes.

Pudo ver a la distancia la fogata, era más grande de lo que esperaba. Una vez que estuvo cerca, vio a Klaus coqueteando con un chico cerca de la fogata, estaba bastante tranquilo hasta que vio a Ben.

— ¡Mierda! Benito viniste, hermanito —anunció bastante alto para que un par de chicos escucharan.

— Sí Klaus, vine. Pensé en pasar un rato aquí igual que ustedes — le explicó tratando de restarle importancia.

— ¿Te traigo una cerveza? —ofreció Klaus, pero Ben lo rechazó amablemente para dejarlo seguir con su conquista.

— Sigue en lo tuyo, Klaus. No te preocupes.

ONE SHOTS ☁︎ Ben HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora