ONE SHOTS ☁︎ Ben Hargreeves

#17 - Mirrors & Mazes

- ¿Están seguros de que quieren entrar? -cuestionó por enésima vez Luther sin parar de moverse por los nervios.

- Luther es una casa de los sustos, no una orgía. -respondió Five acomodándose el cabello que había dejado crecer.

- Oye. -se quejó con indignación Klaus- ¿Qué hay de malo con las orgías? Son mucho más interesantes cuando hay juegos de por medio.

Todos lo observaron con el ceño fruncido y una mueca que demostraba su desagrado.

- No creo que sea tan aterradora como dicen. -agregó Diego.

- Bien. ¿Alguien de ustedes nenitas quiere quedarse afuera?

La voz de Allison capturó la atención de todos perfectamente y logró que todos optaran por entrar.

-No te preocupes. Yo te protejo. -murmuró Ben en el oído de su novia.

Mali se encontraba sujetando las manos de Ben que se se encontraban rodeando su cintura desde su espalda.

Unos segundos más tarde se encontraban adentrándose al tan mencionado lugar. Apenas entraron, Luther no pudo evitar tomar la mano de Allison, Allison tomaba la de Klaus, quien tomaba la de Diego, quien tomaba la de Five, quien tomaba la de Vanya.

- Vanya ten cuidado. -murmuró Five algo paranoico.

Tras ellos se encontraban el par que estaba demasiado concentrado en abrazarse que por momentos olvidaban dónde estaban.

Las paredes parecían totalmente desgastadas, las pocas luces lograban dar ese efecto espeluznante y los sonidos extraños inundaban el lugar.

- ¿Recuerdas el opening de la segunda temporada de AHS? -mencionó Ben mientras caminaban por el lugar, Mali asintió- Podríamos intentar eso aquí. -bromeó haciéndola girar un momento para tomar su barbilla y capturar sus labios en un beso dulce.

- Si nos atrapan estaremos en problemas. -reprendió entre besos antes de separarse y comenzar a caminar pues parecía que se quedarían atrás.

Continuaron caminando por la casa, la primera parte era solo un pasillo con paredes rotas de las que salía gente disfrazada de enfermos mentales muertos, fue un buen susto pero no demasiado, seguían tomados de la mano a pesar de todo. Quién sí estaba muerto de miedo era Luther, se habían escuchado unos cuantos chillidos justo después de que esas cosas se habían ido.

Cuando el pasillo terminó se encontraban en una parte ambigua, había dos caminos, y habían perdido de vista a los hermanos, así que siguieron el camino de la derecha, lucía más iluminado y menos aterrador que el izquierdo, o al menos ese era el propósito de la casa, confundirlos.

La iluminación de cada pasillo cambiaba cada 3 minutos. Era oficial, estaban por su cuenta.

Caminaron aún juntos y más aún cuando las luces de pronto se apagaron, los sonidos provenientes de las paredes eran demasiado abrumadores y no podían ver por dónde iban.

Los sustos siguieron hasta que de nuevo se encontraron con una elección, esta vez había tres caminos, tres puertas que dividían el lugar.

- ¿Crees que deberíamos ir por la número tres o cuál prefieres? -preguntó Mali concentrada en observar las puertas antes de girar y no verlo- ¿Ben? Si esto es una broma de verdad que voy a golpearte apenas te vea. ¿BEN?

Nadie había contestado, estaba sola. Eligió la puerta número dos al final. Un pasillo se extendió ante ella y caminó por ahí hasta llegar a un cuarto más abierto, una clase de pequeño laberinto de espejos que confundiría a cualquier persona cuerda.