#14 - Insane

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Habían pasado ya ocho meses desde que sus padres decidieron internarlo en aquella clínica psiquiátrica.

Las razones eran diversas según sus padres pero ella sabía que no era así, los doctores también lo sabían. Siempre había sido algo más reservada, le gustaba guardarse las cosas, no solo las malas, sino también las buenas, era tan inteligente y a veces tan directa que sus padres solían pensar que ni siquiera tenía sentimientos.

Pese a las múltiples razones por las que sus padres creían que debían internarlo, no lo hicieron hasta que ella misma se los pidió.

— ¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que lo viste?

La doctora Hastings era encargada de su caso, hablaban muchas veces a la semana, de vez en cuando volvía a preguntarle el origen de lo que la había llevado ahí en primer lugar.

— La primera vez fue hace un año, mientras estaba en la escuela. Acababa de terminar la obra escolar, yo era parte del equipo de utilería y vestuarios...

Eran alrededor de las once de la noche, tal vez más cerca de la media noche de lo que ella pensaba. Se encaminó hacia el escenario después de tomar su mochila para poder salir del lugar por la puerta principal. Revisó su teléfono, vio el número once en la hora pero no vio algo más, colocó una canción y se colocó los audífonos antes de abandonar el edificio.

Vio a alguien al final del pasillo, pero no le prestó atención, el conserje debía estar comenzando con su trabajo o tal vez era el guardia patrullando el edificio, al menos eso fue lo que pensó.

El camino a su casa no era tan largo pero esa noche le había parecido eterno. Relámpagos y truenos anunciaban la tormenta que se aproximaba, aceleró el paso tratando de evitar mojarse con la lluvia.

El parque que solía atravesar por las tardes ahora se encontraba vacío, era irónico como es que por el día los resbaladeros y columpios reposaban de niños y que por la noche estaba tan solitario y oscuro que fácilmente podría ser un lugar tétrico.

El viento movía los columpios de manera extraña, incluso por momentos pensó que de hecho alguien estaba moviéndolos. Un escalofrío la recorrió entera cuando observó una sombra realmente extraña cerca de árbol, precisamente sobre el columpio que colgaba del árbol. Sus pasos se alentaron sin darse cuenta, temiendo lo que podría ser.

Parecía ser una persona, pero seguía sintiendo algo extraño en el pecho. No era normal.

Pasó por un costado sin mirarlo directamente, tratando de pasar de largo e ignorarlo, sin embargo no fue así.

— Buenas noches, Micaela. —habló aquella voz masculina, había sonado cínica, incluso algo macabra, a tal grado de que su cuerpo se había helado por completo al escucharla.

Se detuvo en seco.

No se giró, estaba asustada... No. Estaba aterrada.
Sus piernas y manos estaban temblando, no podía moverse.

— ¿Qué... quién... quién eres? —balbuceó sintiendo su corazón palpitando con fuerza.

— ¿En serio es lo primero que dirás? —se burló con el mismo cinismo. Micaela escuchó atentamente, sin girarse, un momento después escuchó el crujir de las hojas secas— Mi nombre es Ben... Ben Hargreeves.

Sus palabras resonaron en su cabeza y sintió su cuerpo erizarse cuando sintió su aliento en su nuca.

— ¿Qué es lo que quieres? ¿De dónde me conoces? —murmuró con la respiración entrecortada.

— Me sorprende que no lo sepas. —se paseó alrededor de ella hasta que se posicionó justo frente a ella, dándole la cara finalmente.

— ¿De qué hablas?

ONE SHOTS ☁︎ Ben HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora