ONE SHOTS ☁︎ Ben Hargreeves

#8 - What about us?

Un día más, una misión más, una de la que, como siempre, Ben salía cubierto en sangre de aquellos criminales que se había visto obligado a asesinar a sangre fría.

Sophie había estado cuidándolo en las últimas misiones, siempre solía hacerlo pero desde que habían perdido a Five se había visto con el compromiso emocional de cuidar de Ben a toda costa.

En algunas ocasiones incluso se quedaba totalmente al lado de Ben para protegerlo, la razón era simple...
Sus pesadillas constantes sobre sus hermanos muriendo eran simplemente aterradoras, la consumían desde adentro, pero ninguna le parecía tan real y dolorosa como la de Ben.

Ellos tenían un vínculo tan potente que era imposible que no se despertara llorando y gritando por la madrugada temiendo que fuera real. Ya no podía recordar cuantas veces había despertado así para terminar corriendo a la habitación de Ben y recostarse a su lado solo por tener la seguridad de que estaba vivo para poder seguir durmiendo.

La noche los había alcanzado cuando llegaron a casa de vuelta de una misión en el centro de la ciudad y casi todos estaban hastiados de tanto tiempo en entrenamiento y misiones que no permitían a los niños disfrutar su vida, sus únicos buenos momentos eran gracias a Grace y a Pogo quiénes en ciertas ocasiones mejoraban el humor de los 8 adolescentes lidiando con cambios de humor y hormonas descontroladas.

Ben se dirigió directamente hacia su habitación para tomar sus cosas y dirigirse al baño para limpiarse completamente.

Constantemente se preguntaba si era lo correcto lo que hacía, si era necesario matar a esas personas si podían encontrar manera de llegar a un acuerdo para que pagaran por sus crímenes.

Se desvistió dejando la ropa lista para entregársela a Grace y se adentró a la regadera, sintiendo un alivio inmenso por primera vez en mucho tiempo.

Se pasó las manos por el rostro, quitando toda la sangre de este, siguiendo con su cuello y pecho, tallando fuertemente con el jabón en sus manos.

Se sentía mal consigo mismo.

Cuando terminó, lavó sus dientes, el olor a sangre aún estaba inundando sus fosas nasales pero algo le decía que no era por la ropa que había dejado sobre el cesto de la ropa sucia sino porque estaba seguro de que el olor ahora era parte de él y lo perseguiría por el resto de sus días.

Sophie lo había visto salir del baño, con el cabello mojado y despeinado, como si estuviera demasiado cansado incluso para hacer algo tan simple como eso pero no fue su cabello el que llamó del todo su atención, sino las heridas en su espalda, brazos y probablemente en otras partes de su cuerpo. Realmente no recordaba haber visto a Ben alguna vez sin camisa o con pantalones cortos, todos sus recuerdos sobre él eran únicamente de su rostro.

Jamás había visto a Ben descubierto y aquello había despertado más su curiosidad, lo siguió con pasos apresurados hasta adentrarse a su habitación.

- Hola. -dijo ella con aquella voz dulce que la caracterizaba.

Lo que le pareció más extraño fue que Ben se cubriera de inmediato el cuerpo como si fuera un pecado que lo viera incluso sin importar si fuera su brazo.

- Sophie. -fue lo único que dijo.

Ella frunció el ceño. Cerró la puerta tras ella y colocó el cerrojo antes de trabarla con una silla.

- ¿Qué pasa, Ben? -cuestionó con confusión acercándose a la cama del muchacho.

El pareció nervioso y trató de cubrirse aún más con su sábana.

- No pasa nada.

"No pasa nada" era una de las frases usuales de Ben. "Estoy bien", "No se preocupen", "Puedo solo", "Voy a estar bien".... todas eran parte de la gran mentira que había armado como su escudo.