Al llegar al reino Arrakis y Aemond se bajaron de dragones, estos estaban en su lugar correspondiente, su castillo.
En todo el camino ninguno dijo nada, cada quien estaba sumergido en sus pensamientos.
Cuando llegaron el compromiso se apresuró a subir hacia la alcoba del castillo, donde ve podía ver todo el reino.
Estaban parados sin decir nada, pero Alicent llego interesada en lo que etsba por ocurrir.
Arrakis se sorprendió cuando vio la cabeza de Maelys, la dragona de su prima, Rhaenys Targaryen.
Suspiro con enojo, no creía que Cole sea tan estúpido e idiota como para mostrar el poder reino como cualquier cosa y más a los plebeyos, esta acción tendrá consecuencias
-¡Admiren a la traidora de Maleys! ¡Derribado en Rook's Rest por su rey! ¡Por Aegon! - El caballero grito hacia los presentes.
Aquellos estaban asustados, cada uno decía sus poniones, Rhaenyra hará algo al respecto.
Arrakis vio como pasaban a Aegon dentro de un caja junto a otras cosas, Aemond se inclino para poder apreciar más de cerca.
Alicent qué al lado de Aemond vio la daga qué estaba en su cintura, miró por última vez a su hijo para suspirar y marcharse de ahí, para ver el estado de su hijo.
Arrakis la vio irse, vio como Aemond se le quedó viendo, el hizo lo mismo suspiro y se marchó de ahí, a la misma dirección de Alicent siendo seguido por Aemond.
-Sabes que mostrar la cabeza de un dragon ara verse débiles, Aemond - Dijo caminado hacia los aposentos del Aegon, el rey.
-Debemos mostrar nuestro poder, a los traídos del reino - Aemond se puso al lado de el sin dejar de caminar.
-El poder de los Targaryen son los dragones y mostrarlos débiles también nos hace lo mismo... Tienes mucho que aprender Aemond - Arrakis dejo de hablar cuando llegaron, vieron como el cuerpo de Aegon completamente quemado.
Se acercó a la orilla de la cama, teníendo una vista perfecta, Aemond hizo lo mismo, se poyo en sus brazos para poder mirarlo.
El cuerpo de Aegon estaba rojo de las quemaduras, la mitad de su rostro estaba en las mismas condiciones, su pierna estava rotas, ya no volvería a caminar. Un rey en un trono de madera.
